Duerme, mi pequeña, no vale la pena despertar.
Voy a salir por ahí ahora tras la aurora más serena.
En Acalanto para Elena de Chico Buarque
I
Dejar que se vayan consumiendo lentamente
por hambre y desnutrición
hasta que la muerte les visite de súbito.
Hacer lo mismo pero alimentado les con lo justo
en campos de refugiados
de los que no saldrán nunca vivos.
Dejar que mueran ahogados en el mar Mediterráneo
provocando nos suspiros de dolor
por no saber qué hacer para evitarlo.
Despedazarles por bombardeos inhumanos,
escuchando a los perpetradores justificar la acción
como error o accidente colateral
para salvarles.
Contemplar como soldados bestializados
les asesinan deliberadamente
en el campo de exterminio de Gaza,
porque les lanzan piedras.
Despojarles de sentimientos,
como castigo por huir de la miseria
en la que viven en su país de origen,
enjaulándoles como animales peligrosos,
separados de sus padres.
Gasear las ciudades en las que se amontonan aterrorizados
para que mueran como ratas entre los escombros,
echando la culpa del crimen
a la labilidad de las musas.
Explotarles en campos de trabajo
con sueldo de esclavismo o gratis
hasta que mueran extenuados,
para que algunas industrias
puedan incrementar sus ganancias
al hacer que los precios de sus productos
sean más atractivos para los perturbados consumidores
de las sociedades desarrolladas.
Secuestrarles para utilizarles narcotizados
como androides sexuales
hasta que mueran extenuados
por su incapacidad de seguir prestando
más servicios carnales satisfactorios
a aquellos que pagan estos encargos.
Robar les para venderles por pedido
a traficantes de órganos de los países desarrollados,
camuflando, los restos triturados,
como despojos de carne molida
para perros de morro fino.
II
Todas estas cosas, me aseguran,
son visiones absurdas
producto del diario disparate en el que vivo,
pero claro:
¿ de qué me sirve recoger florecillas del bosque al atardecer mirando hacia otro lado
o ensimismarme ante la visión idílica de un mar impetuoso,
para poetizando libremente
ordenar el verso torturando las palabras
con la finalidad de darles una geometría formal
de hermosa fraseología vacua ?
cuando día tras día
gracias a la ingenuidad
de la solidaridad humana,
veo como la paloma se desangra,
mientras vuela por el cielo
y la silbante serpiente culebrea por el campo
engalanada con guirnaldas
como si de un manso cordero se tratase.
Enrique Ibáñez Villegas
Hola Maria, El poema de Enrique maravilloso y las ilustraciones me han encantado, he buscado quien es el autor o autora, que los ha realizado, seria interesante que debajo de la ilustración pusiera el o la artista que los ha realizado. Gracias un saludo.
Intento siempre buscar el nombre de los autores de las imágenes que utilizamos,raramente es posible porque están en la red, casi siempre sin autor. De todos modos, cuando son pinturas, si saca la imagen la traslada al buscador y la vuelve a pinchar le dará el nombre del autor. Cierto es que al ser el trabajo de edición largo y tener tiempo escaso, a veces omito el rastreo de los nombres…No me da la vida, querido Daniel. De todos modos, intentaremos subsanarlo. Gracias por su lectura.