La unión de un peruano de origen vasco, coronel de la Armada Española, natural de Arequipa, Mariano de Tristán y Moscoso con una burguesita parisina, Anne-Pierre Lasnay, en plena efervescencia de la Revolución Francesa, da lugar al nacimiento de Flora Tristán en París en 1803. Los padres celebran un matrimonio que no es válido, por tanto a la muerte del padre, tanto la madre como Flora, que cuenta con solo cinco años de edad, pasan de mantener una vida lujosa, rodeadas de personas influyentes como Simón Bolívar (que se dijo que podía ser su padre, ya que Ann-Pierre fue su amante) a ser desposeídas de todo cuanto el coronel Tristán poseía. Se ven obligadas, madre e hija, a trasladarse a un barrio marginal de París, cerca de la Plaçe Maubert.
A los dieciséis años, Flora, comienza a trabajar de obrera colorista, en un taller de litografía. A los diecisiete, su madre la obliga, como forma de salir de su miseria, a contraer matrimonio con André Chazal. Su vida a partir de ese matrimonio fue desgraciada, sometida al carácter violento y resentido del esposo. En cuatro años tiene tres hijos, uno de ellos muere, y la hija, Aline, será más adelante madre de Paul Gouguin.
Flora sufre constante maltrato por parte de Chazel. Se evade de su triste vida con lecturas y cultivándose ávidamente. Los celos enfermizos de Chazel, y la violencia con que la maltrata, la consumen y a los veintidós años decide romper su matrimonio. Huye del hogar, llevándose sus hijos. Chazel la persigue desaforadamente; pasado un tiempo consigue un acuerdo de separación (el divorcio había sido abolido) en el que ella se queda con la niña y él con el pequeño. Su condición de hija natural y separada, además de pobre, la convierten en una paria, nombre con el que ella se autodenomina de forma constante.
Teme que Chazel no la deje en paz, y marcha de París, llevándose a la niña comenzando una vida errante, huyendo de su ex marido. Intenta contactar con la familia de su padre, en Perú y decide embarcarse hasta Arequipa a fin de reclamar su herencia. Su tío Juan Pío Tristán y Moscoso, la ayuda durante cinco años, enviándole dinero y parece, por el tono de las cartas, cariñoso con ella.
El 7 de abril de 1833, justo el día en el que cumplió 30 años, Flora se embarca en Le Mexican y durante cinco meses realizará la travesía hasta llegar a su destino. Ciertamente, el tío, se muestra afable con ellas, pero se niega a entregarle la herencia del hermano, debido a las dudas sobre su origen y que carece de pruebas . Accede, solamente, a pasarle una pensión ínfima mensual. Flora retorna a Europa, llegando a Liverpool.
Durante su estancia en Perú ha sido testigo de varias crisis políticas y de la guerra civil entre los partidarios de Agustín Gamarra y los de Luis de Orbegoso. A lo largo del viaje, Flora, escribe el libro: Peregrinaciones de una paria. Durante todo ese tiempo tiene lugar su despertar político y feminista, debido a las experiencias personales y las lecturas que realiza. Fue definitivo conocer las ideas y los escritos de Mary Wollstoncraft, para desvelarle los condicionantes que sufre por ser mujer y el paralelismo que tiene esa condición con la lucha obrera.
A su vuelta a París, contacta con el socialismo que estaba germinando en esos momentos, así como con el feminismo, que para ella, caminan de forma indisoluble.
Comienza su lucha a favor de los derechos de la mujer, de la emancipación, de los derechos de los trabajadores, contra la pena de muerte, en favor del divorcio. Es la creadora de la frase: Proletarios del mundo, uníos, hoy quizá un tanto olvidada. Fue la primera mujer en hablar del socialismo y establecer sus cimientos, Karl Marx y Engels la reconocieron como precursora.
Para entonces había conseguido la total separación de Chazal y la custodia de sus hijos, pero el tipo, enfurecido por ello, la persigue de forma constante y un día la dispara a bocajarro. Una bala se aloja en el pulmón, y ahí quedará como recuerdo de la violencia patriarcal de su marido. Es encarcelado y condenado a veinte años de prisión; ella consigue una cierta notoriedad en la prensa, así como Chazal tiene el desprecio social, debido, también, a un intento de violación de la pequeña Aline.
En 1840, publica La Unión Obrera, programa socialista donde clama por la unión de los trabajadores, la lucha por sus derechos organizándose dentro del internacionalismo proletario. Su lucha se unifica con la del feminismo, con la que siente que hay un total paralelismo. No hay libertad ni igualdad obrera si la mujer sigue sojuzgada, y al revés.
Contrae el tifus y muere de forma temprana en Burdeos en 1844.
Hoy es considerada pieza indiscutible del feminismo y del socialismo.
María Toca
https://www.lapajareramagazine.com/mary-wollstoncraft
«Peregrinaciones de una paria», su libro acerca de su estancia en Arequipa, es interesantísimo para entender un poco la sociedad peruana de esos tiempos, que no ha cambiado mucho, la verdad.