«La otra amenaza a la seguridad de nuestra tradición, creo, se encuentra en casa. Es el miedo actual a las ideas radicales y de las personas que las proponen. No estoy de acuerdo con los extremistas de la izquierda o la derecha, pero creo que se les debe permitir hablar y publicar, tanto porque ellos mismos tienen, y deberían tener, sus derechos, y una vez que sus derechos se han ido, los derechos del resto de nosotros apenas estarán seguros …»
Jane Jacobs
Nace como Jane Butzner, en Pensilvania un cuatro de mayo de 1916, la que sería llamada a revolucionar las ciudades aunque nada lo presagiaba. Su padre Jonh Decker Butzner, es médico y su madre Bess Robinson, enfermera y maestra. Son protestantes en una ciudad marcadamente católica. Jane no es buena estudiante, parece no interesarle la mayor parte de las cosas que debe estudiar; como puede se gradúa en Scranton High School y poco después entra como asistenta no remunerada al servicio del editor de las páginas femeninas del Scranton. En 1935, en plena Depresión, marcha con su hermana a Nueva York donde residen en el Greenwich Village de Manhattan y Jane comienza a tomar gusto por pasear y observar los barrios que integran la ciudad. Poco después tanto Betty, como Jane se mudan a Brooklyn, a la vez, Jane comienza su labor como taquígrafa y escritora independiente encargada de analizar y reflejar en las páginas de la publicación las característica de los distritos laborales de la ciudad. Mientras completa sus estudios en la Escuela General de la Universidad de Columbia y durante dos años se dedica a aprender lo que le gusta, zoología, geología, derecho, ciencias políticas y economía.
Poco después es contratada en la revista Iron Age. En 1943 escribe un artículo sobre el declive económico de su ciudad de origen, Scranton con tan buena acogida que la empresa que fabrica aviones de combate para la guerra decide invertir en la ciudad abriendo una factoría. A la par, Jane, toma conciencia de las diferencias salariales en la revista donde trabaja reivindicando la igualdad entre hombres y mujeres.
Se convierte en una de las escritoras de Office of War y reportera de Amerika, publicación del Departamento de Estado que se distribuye en la URSS. Conoce a Robert Hyde Jacobs Jr. arquitecto diplomado en Columbia y en 1944 contrayendo matrimonio. Tendrán tres hijos, Burgin, James y Ned. La pareja adquiere un edificio de tres plantas en la 555 Hudson St. y lo reforman como casa familiar, incluso crean un pequeño jardín en el patio trasero del domicilio.
Jane Jacobs, es anticomunista, no obstante apoya la sindicación de los/as trabajadores, sus lecturas y opiniones le hacen sospechosa para el macartismo que ha comenzado a increpar a la sociedad norteamericana con la Caza de Brujas, incluso es investigada. En 1952 abandona la publicación Amerika y la familia se traslada a Wasingron D.C, donde comienza a trabajar en la revista Architectura Forms, comenzando a redactar un expediente sobre planificación urbana y la decadencia que comienza a observar en las ciudades.
En 1954 cubre el desarrollo de Filadelfia diseñado por Edmundo Bacon. Ha observado mucho las ciudades por las que ha pasado, las camina con atención dándose cuenta de que los popes de la arquitectura ciudadana han perdido de vista el tamaño humano de las ciudades para dar consistencia al automóvil. Son ciudades que no se caminan, diseñadas con grandes avenidas sin vida urbana, diseñadas para ser recorridas en coches, lo cual la desgrada profundamente. Entiende que la ciudad debe ser cómoda, asequible a la vida, no tanto diseñada por factores estéticos sino prácticos que tejan un entramado urbano a la medida de las personas que lo habitan. Comienza a hablar de los “ojos ciudadanos” dando prioridad a las casas que contemplan la calle, con avenidas vivas, llenas de comercios, de gente que va de un sitio a otro cubriendo sus necesidades vitales de forma racional, en el vecindario. Se da cuenta que de esa forma se tejen redes personales fuertes que potencian la seguridad ya que la gente ve, camina por las calles con lo cual, la seguridad es plena porque un barrio lleno de vecinos que se conocen inspira seguridad y confianza. No como pretenden los arquitectos que diseñan ciudades a lo alto, con amplias avenidas llenas de coches y sin vida comercial.
Jane Jacobs, se enfrenta a esa forma de entender el urbanismo con enorme lucidez y es reclamada por la Universidad de Havard para impartir una conferencia sobre el East Harlem. Allí pide respeto para los fragmentos urbanos y solicita deferencia para el caos urbano surgido de forma espontánea.
Jane Jacobs no es urbanista, ni arquitecta, pero sí ha observado las nuevas tendencias de los grandes popes de esas ciencias que tienen poco que ver con la vida de los barrios y de las ciudades. La conferencia impartida en Havard tiene mucho éxito, pero determinados estamentos la critican acerbamente, llamándola “ama de casa” “inexperta” “advenediza” Poco después se enfrenta al gran arquetipo de lo que ella detesta como es el gran arquitecto, Robert Moses al que criticó duramente su construcción del Lincoln Center. Poco después el editor de la revista Fortune preguntaba a gritos al director White, “¿quién es esa loca?”
Se enfrenta a todo el establishment de los promotores inmobiliarios, constructores y urbanistas famosos que mantienen sus proyectos grandilocuentes y artísticos sin tener en cuenta la realidad social en la que los desarrollan. Jane Jacobs ha revuelto el minado mundo del urbanismo poniendo sentido común a tanto dislate.
Chadbourse Gilpatric, director asociado de la Division de Humanidades de la Fundacion Rockefeller la invita en 1958 a trabajar como revisora de propuestas y subvenciones, poco después la Fundacion Rockefeller la concede una subvención con el fin de producir un estudio sobre urbanismo en EEUU. En 1961 Random House publicó dicho estudio cuyas conclusiones, Jacobs refleja en el libro La muerte y la vida en las grandes ciudades estadounidenses, convirtiéndose en la obra más influyente en la historia de la planificación urbanística.
Las criticas arrecian y en 1962, Jacobs, renuncia a su puesto de trabajo para dedicarse a escribir e investigar además de cuidar a sus hijos. La guerra del Vietnam se convierte en una terrible realidad para la generación estadounidense de entonces, Jacobs, muestra su desaprobación ante esta guerra y comienza una lucha como activista contra el gobierno y también contra la construcción de la Wold Trade Center a la que tilda de “desastre para Manhattan”
Robert Moses sigue con sus planes faraónicos para Nueva York, planteándose extender la Quinta Avenida atravesando la ciudad…siguiendo con las premisas de potenciar el vehículo frente al desplazamiento a pie forzando a la ciudadanía a convertirse en desconocidos entre si.https://letraslibres.com/politica/robert-moses-el-hombre-que-construyo-y-destruyo-nueva-york/
Forma un comité que obtuvo el apoyo de notables como Margaret Mead, Eleanor Roosevelt, Lewis Mumford, Charles Abrams y William H. Whyte, así como Carmine De Sapio, residente de Greenwich Village e influyente líder demócrata. La participación de De Sapio resultó decisiva. El 25 de junio de 1958, la ciudad cerró Washington Square Park al tráfico, y el comité conjunto celebró una ceremonia de atar con cinta (en vez de cortarla)
Los planes para la autopista LOMEX continuaron, sin embargo, a pesar de la creciente oposición de la comunidad en áreas como Little Italy. En la década de 1960, Jacobs presidió el Comité Conjunto para detener la Autopista del Bajo Manhattan. Cierta prensa como The New York Times simpatizaban con Moses, mientras que el Village Voice recientemente creado, cubría los mítines de la comunidad y estaba contra la autopista. Jacobs continuó luchando contra la autopista cuando los planes resurgieron en 1962, 1965 y 1968, convirtiéndose en heroína local por su oposición al proyecto. Fue arrestada por un oficial de policía vestido de civil el 10 de abril de 1968, en una audiencia pública durante la cual la multitud cargó contra el escenario y destruyó las notas del taquígrafo. Fue acusada de incitar disturbios, daños y obstrucción a la administración pública. Después de meses de pruebas llevadas a cabo en Nueva York, su cargo se redujo a una conducta contra el orden público.
La nueva ubicación no supuso un cambio en su lucha por un urbanismo a la medida del ser humano, se implica en las luchas vecinales de su nueva ciudad, realiza marchas, manifestaciones, da conferencias y sigue predicando un urbanismo razonado.
Poco después de su arresto en 1968, Jacobs se mudó a Toronto, y finalmente se estableció en 69 Albany Avenue en The Annex desde 1971 hasta su muerte en 2006. Decidió abandonar Estados Unidos en parte porque se opuso a la guerra de Vietnam, le preocupaba el destino de sus dos hijos en edad de reclutamiento y no quería seguir luchando contra el gobierno de la ciudad de Nueva York. Ella y su esposo eligieron Toronto porque era agradable, ofrecían oportunidades de empleo. Se mudaron a un área de Toronto que incluía a tantos estadounidenses que evitaban el reclutamiento que se conocía como el «ghetto estadounidense»
Rápidamente se convirtió en una figura destacada en su nueva ciudad; ayudó a detener la propuesta de Autopista Spadina. Un tema recurrente en su trabajo era preguntar si estamos construyendo ciudades para las personas o para los automóviles.
Su lucha por un urbanismo humano continuó en Toronto, ya que tuvo una influencia considerable en la regeneración del vecindario de St. Lawrence, un proyecto de vivienda considerado como un gran éxito. Se convirtió en ciudadana canadiense en 1974, y más tarde le dijo al escritor James Howard Kunstler que la doble ciudadanía no era posible en ese momento, lo que implicaba que había perdido su ciudadanía estadounidense.
Jacobs siguió luchando toda su vida por la idea de hacer ciudades a la medida de las personas y no grandes urbes surcadas de autopistas donde reinaba el automóvil. En 1997 se opuso a la amalgama de ciudades que suponía el metro de Toronto. Respaldó a Tooker Gomberg, ecologista que se presentaba para la alcaldía y en el año 2000 al asesor David Miller. También influyó en la planificación de Voncouver.
Murió en el Toronto Wester Hosptial a la edad de 89 años un veinticinco de abril del año 2006 de un derrame cerebral.
El alcalde Michael Bloomberg de Nueva York declaró el día 28 de junio de 2006, día de Jacob y en Toronto se escogió la fecha de su cumpleaños como día de esta mujer que revolucionó el urbanismo enfrentándose a los grades ideólogos de unas ciudades impersonales e invivibles. Porque la ciudad está viva y habitada, es preciso hacerla a la medida de las personas que la habitan, pensaba Jacobs.
María Toca Cañedo©
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