(contenido sensible)
NADA absolutamente nada justifica un abuso o agresión sexual.
Nada.
Ni que fueras una criatura simpática, pizpireta, cariñosa.
Ni que quisieras mucho a X, esa persona.
Ni que estuvieras explorando tu sexualidad.
Ni que la adolescente que lleva tu nombre deseara tener contactos eróticos en fiestas, conciertos o reuniones de amigos.
Ni que volvieras a casa de madrugada sola.
Ni que hubieras empezado a hacer una felación y no quisieras continuar.
Ni que te quedaras de piedra, en shock, en el momento en que ocurría.
Ni que hubiera silencio.
Ni que lloraras después y no durante.
Ni que no pudieras nombrarlo.
Nada, absolutamente nada, repito, justifica que abusaran de ti o te agredieran, te violentaran o te obligaran a lo que no querías.
Incluso si querías, nada justifica que alguien ejerza su poder sobre ti, tú cuerpo, tu deseo y tu integridad.
NUNCA.
La culpa no es tuya. Es de quien abusó.
Buen día, otro día.
María Sabroso.
Fotografía de Izumi Miyazaki.
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