El principal problema derivado de la situación adquirida por los/as trans una vez iniciado su proceso de transición y liberación es la expulsión del sistema social y laboral vivido hasta el momento en la mayoría de los casos. Ya puede ser astronauta, camarera, abogada del Estado o vendedora de libros que, en la inmensa mayoría de los casos, aún más en los de las que han transitado y se han liberado como mujeres, un/a trans pierde su empleo y en gran mayoría recala en el mundo de la prostitución.
Esa exclusión laboral deriva casi simultáneamente en exclusión social, en no pocos casos inmersión en el mundo de las drogas y la delincuencia en general con lo que llegados a este punto concluimos que para gran parte de las personas trans el difícil y vertiginoso camino de su autoafirmación personal es un camino más o menos directo a una muerte anticipada que la sociedad promueve y conoce de antemano sin hacer nada por evitarlo y son, por tanto, los representantes de esa sociedad quienes deben articular los mecanismos para que tal cosa no suceda. Mucho me temo que se lo toman con la misma parsimonia que la OMS para descatalogar el hecho trans como patología.
En Madrid hace dos años el área de LGTBI de Podemos Madrid que encabezo presentó a otras formaciones políticas y al entonces equipo municipal de Manuela Carmena un plan de medidas urgentes en favor del colectivo LGTBI entre la que destacaba el fomento de la incentivación del acceso de las y los trans al mercado laboral del que se les expulsó a través de la creación de cuotas laborales obligatorias en la administración pública y voluntarias pero con gratificación en la empresa privada así como planes de formación gratuitos. Estas medidas fueron acogidas muy favorablemente por Cs y PSOE con idea de comprometernos a llevarlas en los programas sin utilizarlas como arma electoral, pero los responsables municipales carmenistas no mostraron ningún interés por el tema y, finalmente, pasó lo que pasó, que Podemos Madrid no nos presentamos a las municipales y aquel plan quedó en el olvido siendo sustituido por una plaza dedicada a la «Memoria Trans«, iniciativa que había salido también de Podemos, al igual que los semáforos igualitarios, por cierto.
El pasado 19 de octubre se celebró el día por la despatologización trans y el próximo 20 de noviembre el día en memoria de las víctimas de la violencia contra ese colectivo. Es, pues, el momento perfecto para retomar iniciativas de este tipo. Y para retomarlas en serio como vía de presión para lograr que ésta sea también social. La comunidad trans ha estado siempre en la vanguardia y ha sido la más combativa del movimiento LGTBI, y a su vez es la más olvidada del conjunto del colectivo de la diversidad sexual y de género.
Porque no podemos ser los verdugos de nuestra propia sociedad exijamos despatologización y reinserción laboral trans YA.
Mario Erre
Responsable LGTBI Podemos Madrid
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