Aunque nace en Delaware, un ocho de febrero de 1831, es criada por una tía, en Pensilvania. Sus padres son Matilda Webler y Absolum Davis, enseguida la dejan con la tía, donde Rebeca crece aprendiendo métodos tradicionales de sanación que realizan las mujeres de su comunidad, como paliativo a la falta de sanitarios de los que carecían los afrodescendientes. Su tía es una mujer que dedica su tiempo a cuidar de gente enferma y solitaria, menos afortunada en general, por lo que Rebecca desde muy niña, recibe una formación de servicio comunitario.
Ingresa en la Escuela West Newton English and Clasical, en Massachusets, donde realiza estudios de Matemáticas destacando en ellos. No obstante, su vocación de servicio y la atracción que siente por la medicina, la llevan a ingresar en 1860 en la New England Female Medical College de Boston, que se trata de la primera facultad de Medicina para mujeres siendo, Rebecca de las primeras afrodescendientes en ingresar allí.
Cuando se hallaba inmersa en sus estudios Medicina, estalla la Guerra Civil, por lo que Rebecca interrumpe la docencia y se hace enfermera de campaña. En esa época, no existían escuelas de enfermería por lo que la formación se realiza sobre la marcha. Es la practica la que la forma como enfermera.
En 1852 se había casado con Wyatt Lee, por lo que se traslada a vivir a Charleston, pero poco después, en 1863, Wyatt muere, durante la contienda, por lo que al terminar la guerra, tiene dificultades para continuar sus estudios debido a la falta de dinero. Después de que la Guerra Civil Americana terminara en 1865, se trasladó a Richmond, Virginia, convencida de que era «un campo propicio para el trabajo misionero real, y que presentaría amplias oportunidades para familiarizarse con las enfermedades de las mujeres y los niños. Durante mi estancia allí casi cada hora se hicieron progresos en esa área de trabajo. El último trimestre del año 1866, se me permitió … tener acceso todos los días a un gran número de indigentes, y otros de diferentes clases, en una población de más de 30.000 negros.» Son sus propias palabras que demuestran el afán de servicio que tenía Rebecca, aunque sigue con la intención de formarse como médico, aún con las dificultades de la falta de recursos económicos. Poco después, consigue una beca del Fondo de Becas Wade (creada por un abolicionista) y de esa forma puede continuar sus estudios y la vocación que la mueve.
El 24 de mayo de 1865, contrae nuevo matrimonio con Arthur Crumpler, que ha luchado en el ejército de la Union, en Fort Moroe, Virginia y anteriormente ha sido esclavo fugitivo.
Consigue al fin el sueño de diplomarse en Medicina, convirtiéndose en la primera mujer afrodescendiente en hacerlo; a partir de ese momento la dedicación a la Medicina conforma el resto de su vida.
Rebecca es consciente de las carencias de la comunidad negra. Las personas de color enfermas no son atendidas por médicos ni en hospitales de blancos, por lo que dedica su vida y empeño a cuidar de su gente. Atiende, sobre manera, a mujeres y a niños de color que de otra forma no tendrían posibilidad de curar sus enfermedades. No solo practica la medicina sino que también realiza tareas formativas sobre hábitos saludables y nutricionales. A la vez, tiene una hija en 1870, Lizzie Sinclair Crumpler.
Rebeca Lee Crumpler, lucha por ser considerada dentro de la comunidad científica norteaméricana como una más, cosa harto difícil por su condición de mujer además de negra.
Cuando sus fuerzas no la permiten el trabajo activo, Rebecca se dedica a formar y a escribir sobre sus conocimientos que quedan recogidos en el libro A Book of Medical Discourses.
Tanto Rebecca como Arthur son miembros de la Duodécima Iglesia Bautista donde él es fideicomiso.
Después de una ingente vida dedicada a mejorar la vida y la salud de su gente, muere el nueve de marzo de 1895.
En 1989 se crea la Rebecca Lee Society, entidad medica de apoyo a mujeres negras, por las que tanto había luchado su precursora.
María Toca Cañedo©
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