Decíamos –ilusas de nosotras- que saldríamos mejores de la pandemia y lo que estamos comprobando mientras dura es que, siendo cierto que vemos a profesionales cuya entrega nos dejan sin aliento. No solo los/as sanitarias, también esas empleadas de supermercado, de limpieza, gasolineras, farmacias…y tantas que han cubierto con su trabajo nuestras necesidades sin un mal gesto. Nos hemos dado cuenta que hay profesiones sin mucho lustre pero imprescindibles para la vida. Y al revés. Como les decía, nos hemos dado cuenta que luego están las ratas.
En el apartado del mundo ratonil podemos incluir de pleno derecho a las grandes farmacéuticas que han sido subvencionadas por los diferentes gobiernos, como por ejemplo el alemán, a la socia de Pfizer, BionTech, con 375 millones de dólares, España aportó ocho millones. Recibieron préstamos del Banco Europeo de Inversión por valor de 100 millones. Las fundaciones privadas se volcaron con la investigación de la vacuna que nos sacara del marasmo. Como ejemplos , la Fundación Bill, Melinda Gates, Alibaba, incluso Dolly Parton, aportaron del orden de 8.600 millones de dólares, según nos confirma la sociedad de análisis científicos Airfinity, https://www.bbc.com/mundo/noticias-55293057. De otras entidades cayeron 1900 millones más, y de empresas particulares, 3400 millones…
Es decir se les ha adelantado dinero para investigación y ahora, sabedoras de la necesidad casi desesperada de los gobiernos por las preciadas vacunas juegan al despiste y al mejor postor. Se amparan en unos contratos secretos que nunca debieron blindarse sin darlos a conocer a la opinión pública, porque jamás debemos fiarnos de nuestros gobiernos. Aunque sean nuestros. Jamás.
Nunca el capitalismo (decir salvaje es oximorón, todo capitalismo es salvaje por definición) brilló con más descaro que ahora. Y no es que no tengamos precedentes ¿Recuerdan la batalla que se luchó para que los laboratorios cedieran patentes de los antirretrovirales de forma que los países del Tercer Mundo accedieran a ellos? Poco importaba los millones de muertes producidas por el virus del VIH, que las farmacéuticas pelearon como titanes para seguir ganando miles de millones y dejando morir a quien no pudiera pagar. Se las doblegó pero hubo que unirse distintos gobiernos y poner encima de la mesa más de 20 millones de muertos. Un genocidio que tenía solución. Pero no querían cobrar menos. Como ratas buitreras.
Como recordamos el Sovaldi y su puesta en escena millonaria. Murieron muchas personas cuando ya estaba el medicamento en el mercado. Por no pagar las sustanciosos precios que devengaba en plusvalías salvajes. Ya les dije: capitalismo en estado puro. No importan los muertos, solo los dividendos.
Ni que decir tiene que hay enfermedades que no se investigan por falta de “clientela” Las llaman enfermedades raras, que no lo son. Son solo enfermedades poco rentables. Para que una farmacéutica se remangue a investigar debe tener en mente muchos millones de usuarios ricos que paguen por sus medicamentos debidamente patentados. Y que se mueran los pobres. O si son pocos los enfermos y no compensa económicamente el esfuerzo de investigar, no lo hacen. Así de sencillo. Esa realidad la conocemos de sobra.
Lo que ocurre ahora, con el Covid 19 es que o nos salvamos todas o nadie. Todo apunta a que la inmunidad de rebaño funciona poco tiempo, es decir, que si no se vacuna el mundo recaemos. Y ahí se frotan las manos las farmacéuticas y sus consorcios de hombres rata. Cronificar la enfermedad, ese es el secreto. Como se ha cronificado el VIH, hasta el cáncer, que no se engañen. No quieren solucionar la enfermedad, solo cronificarla. ¿O creen ustedes que no hubieran encontrado solución para, por ejemplo, la diabetes, de no ser por el amor profundo de los consorcios por la cronificación? Es el negocio perfecto, medicación para siempre. Ganancias aseguradas de por vida. Patentes que duran años y años. Plusvalías millonarias aseguradas.
Hoy y ahora, los laboratorios tienen en su mano la formación del personal sanitario, puesto que los gobiernos han hecho dejación de la instrucción médica y ellos -los laboratorios- han llegado como banda de buitres para amansar al personal y condicionarlo a sus prebendas. Claro que no todos, claro que hay personal médico íntegro que no se pliega, pero si a usted le forma Pfizer, en un hotelazo de lujo, le regala muestras y cosas más jugosas…usted receta a sus pacientes sus medicamentos porque ignora (o no) si en la India se fabrica un genérico mejor y más económico. ¿Les hablé del capitalismo? Pues ahí lo tienen. El negocio de la salud reparte los mayores dividendos del mundo. Más que el tráfico de armas, de drogas…Es el negocio más lucrativo que existe.
De ahí parte mucha de la desconfianza y el negacionismo, no lo duden. Lejos de mí justificar a los cretinos que niegan la mayor, pero reconozcan que el choriceo de los grandes laboratorios farmacéuticos hace que tengamos prevenciones.
¿Qué opciones hay? Se levantan voces a favor de la nacionalización de patentes, incluso de laboratorios…y una se pregunta ¿Cómo es posible que hayamos dejado la ciencia y la salud humana en manos privadas siendo como son manadas de ratas capitalistas?¿ No sería más lógico que los estados financiaran con dinero público las investigaciones médicas y dejaran las patentes libres salvando los gastos de inversión? Porque es salud. Es vida y la vida no debiera estar en la báscula del capital. Ya les oigo llamarme ingenua. Y tienen razón. O cubana…
Lo que digo es una perogrullada, soy consciente pero ¿qué lo impide? Ay, queridas mías, la respuesta está en el viento…otra vez: el capitalismo ratonil.
Cambiando de tema pero siguiendo en el mismo territorio. Hemos visto, con poco asombro, porque ya estamos curadas, la carrera de ratas en busca de la vacunación. Alcaldes/sas, jefazos varios, hasta ¡dos obispos! y bastantes curas han pisado a viejillos y sanitarios para vacunarse. Una se pregunta si no debería –el clero- plantearse su fe un poco. Que poca confianza tienen en su jefe. Y que poco leyeron el evangelio. De poco a nada.
Por último en esta carrera de ratas baratas, hemos visto cómo los chavalillos youtubers corrían hasta Andorra con sus youtuberadas para salvar los dineros. Que no es por ellos, dicen, porque son sobrios…Lo de los BMV y las piscinacas hollywodienses de sus mansiones es pecata minuta. Es que se sienten acosados por el fisco. Pobretes. Claro que el problema está en esos paraísos fiscales consentidos. El problema está en que nos molesta (o no tanto) que los chavales rata (según el Maestre) corran a salvar los milloncejos sino que , por poner ejemplos conocidos, las SICAV de los grandes de España, de don Amancio, de Koplovitz, Botín incluso de los Borbones y demás quincalla, parecen no molestar tanto. Les aseguro que lo de los youtubers es calderilla comparado con la fuga de millones de los admirados hombres y mujeres ejemplares. Claro que luego regalan una maquinita para el hospital y se nos caen las bragas de agradecimiento.
Ya les dije, nunca como ahora verán una carrera de ratas tan concurrida.
María Toca Cañedo©
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