Aquí los únicos que entienden de mujeres son Pedro Almodóvar y Federico García Lorca, por lo que se lee. No me lo creo. Sobre nosotros escribió hace años un libro mi amiga Pepa Roma que no sé si se ha empadronado ya en la India que amó más y mejor que la reina Federica la que se casó con un tío suyo después de abandonar a Lutero y a Hitler. Si te sale un empleo de reina lo dejas todo, los precios, los catálogos, el azul del océano en los mapas, y el republicanismo antiguo en casa de Andrés Sorel. Que ese tren sólo pasa una vez en la vida, tan llena de segundas y terceras oportunidades pero para trabajar.
A Pepa Roma yo le propuse otro libro que se llamase « Hablan ellas«, contrapunto del primero. Así se cerraría el círculo y nos conoceríamos mejor, no como en mis tiempos de bachillerato donde la segregación por sexos nos convertía en calamidades a la hora de juntarnos en la universidad. Pero se ve que Pepa Roma quedó tan tocada por las hazañas sexuales de Sánchez Dragó en la barra de un bar que renunció a empezar por Segolene Royale, como le sugerí. Y no hubo libro.
Ahora leo que Katy Perry, una famosa cantora y más cosas, dice que si su marido Orlando Bloom (a este le conozco algo por hacer de elfo y de pirata en el cine) friega bien los platos después de comer le premia con sexo oral. Y si los friega muy bien le hace cosas para que el hombre alucine.
Tengo que preguntar a los Fernandos (Lucini y CiberCanción) si la musical Katy merece la pena, de sí debo escuchar sus canciones u ofrecerme voluntario para dejarle la cocina como los chorros del oro.
De momento, ya alucino yo como Orlando si friega muy bien. Anda muy equivocá la cantora. Me recuerda a una monja del pueblo de las sardinas que trabajaba conmigo. Una vez, al regreso de un viaje, me contó que había conocido a un hombre tan guapo que estaba como para hacerle un favor. Que vamos a ver, que esto no va de favores, y en todo caso el favor nos lo hacemos los dos.
Ningún favor le hacen a las mujeres iconos famosos como la tal Katy Perry. Porque en cuestiones de sexo, el hombre y la mujer tanto monta monta tanto. Digo yo.
Valentín Martín
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