A continuación en @LaPajareraMgzn publicamos el texto integro que ha redactado la poeta Ana Pérez Cañamares, con el que hemos colaborado varias personas más. Porque nos cansa ser víctimas, porque entendemos que el problema de la violencia contra la mujer, de tipo que sea, se está planteando mal. Proteger a la víctima no ha solucionado nada hasta ahora, exigimos a quien corresponda que se penalice a los violentos, que se les custodie a ellos, que se elimine la patria potestad y cualquier derecho a visita de los hijos habidos de un padre violento. Jamás puede ser buen padre quien maltrata. Solo perpetúa el terror y los parámetros violentos en los niños. Tal como ahora mismo lamentamos de la desaparición de dos pequeños. Exigimos que se tomen medidas disuasorias contra los violentos no contra las víctimas. Exigimos por parte de toda la sociedad, que se culturice para resolver el problema, para ello la labor en la enseñanza es prioritaria. Hay un grito común: no queremos ser castigadas por ser víctimas.
A continuación paso el texto integro del escrito:
Nos violan, nos agreden, nos matan por el hecho de ser mujeres en una sociedad patriarcal.
Más de cincuenta asesinadas durante el año 2017. Por encima de las mil doscientas en los últimos diecisiete años. Sólo en el primer trimestre de este año, cerca de cuarenta mil mujeres contabilizadas como víctimas de alguna forma de violencia machista. Las agresiones de todo tipo hacia las mujeres se han convertido en algo con lo que ya se cuenta; como un tributo anual que hubiera que pagar a esta sociedad enferma; como un mal hábito enquistado y consentido.
Por eso, las y los firmantes de esta carta EXIGIMOS:
– Medidas enfocadas a reforzar la vigilancia a los maltratadores. Creemos en la eficacia de vigilar al agresor, hacer pública su condición en su entorno y no minusvalorar su capacidad de agredir no sólo a la mujer amenazada sino a sus seres queridos (madres, hijos, actuales parejas, amigas…) para ejecutar su venganza. En definitiva, consideramos prioritario no estigmatizar a la víctima, sino al culpable.
– Que se niegue la patria potestad a los condenados por maltrato: un maltratador no puede ser un buen padre. Los menores son víctimas directas de las agresiones en el seno de la familia. En ello coinciden las organizaciones feministas y también las que luchan por los derechos de la infancia.
– Considerar como violencia machista no sólo la dirigida hacia la pareja, sino todas aquellas agresiones que tengan como origen la violencia ejercida hacia la mujer. Pensamos que circunscribirla al ámbito de la relación sentimental incide en la visión de una estructura patriarcal de la sociedad. Es necesario visibilizar a TODAS las víctimas de esta violencia.
– Campañas dirigidas a los maltratadores, que les señalen y que dejen claro que no tienen sitio en una sociedad del siglo XXI. No puede ser que las campañas se sigan dirigiendo a las mujeres que, además, en muchos casos, antes de ser asesinadas, han cumplido con los protocolos: abandono del maltratador, hacer pública la situación en su entorno, denunciar… sin que les sirviera de nada. Es primordial tener en cuenta los consejos y directrices de expertas en el tema, para no caer en tópicos que terminan por reforzar el estado de cosas actual.
– Campañas educativas dirigidas a jóvenes. No conseguiremos nada mientras no se trate el problema del auge del machismo entre los adolescentes y dentro de las relaciones entre menores. Charlas, debates, obras de teatro… son múltiples las maneras en que se puede abordar en el ámbito educativo con una educación emocional para la igualdad y el respeto.
– La implicación en la lucha contra la violencia machista de todos los estamentos sociales: judicial, político, médico e institucional a todos los niveles, así como medios, mundo de la cultura… No se puede seguir consintiendo la frivolización, cuando no complicidad, que reina entre muchos profesionales con poder en sus ámbitos, con respecto a este tema.
Estamos hartas de que se asuma irremediablemente nuestra condición de víctimas; de que se trate la violencia machista como algo endémico y sin solución desde los medios y las instituciones; de los recortes que afectan a unas políticas ya de por sí insuficientes; de tener miedo, ser culpabilizadas y tachadas de histéricas. Es urgente el apoyo, la implicación y la concienciación de todas y todos para que el avance hacia la erradicación total de la violencia contra las mujeres sea un hecho en el que participe y del que se beneficie y enorgullezca la sociedad al completo.
No queremos ser víctimas. No nos resignamos. No dejaremos de presionar para que el terrorismo machista sea erradicado de nuestra sociedad.
NI UNA MENOS.
Desde el equipo de @LaPajareraMgzn pedimos a toda persona sensibilizada con el problema firme la petición.
Totalmente de acuerdo, no entiendo cómo se obliga a la vícctima a cambiar de vida, mientras el delincuente mantiene la suya, es absurdo, intolerable… Y además, debería crearse un registro público de los maltratadores condenados en firme para evitar en la medida de lo posible que reincidan. Hay que acabar con el terrorismo machista ya.
En ello andamos. Hay que presionar socialmente en esa dirección. Gracias por tus palabras, Jaime