“Teresa Wilms es la mujer más grande que ha producido la América. Perfecta de cara, perfecta de cuerpo, perfecta de elegancia, perfecta de educación, perfecta de inteligencia, perfecta de fuerza espiritual, perfecta de gracia”
Vicente Huidobro
“Soy Teresa Wilms Montt y aunque nací cien años antes que tú, mi vida no fue tan distinta a la tuya. Yo también tuve el privilegio de ser mujer. Es difícil ser mujer en este mundo. Tú lo sabes mejor que nadie. Viví intensamente cada respiro y cada instante de mi vida. Destilé mujer. Trataron de reprimirme, pero no pudieron conmigo.
Cuando me dieron la espalda, yo di la cara.
Cuando me dejaron sola, di compañía.
Cuando quisieron matarme, di vida.
Cuando quisieron encerrarme, busqué libertad.
Cuando me amaban sin amor, yo di más amor.
Cuando trataron de callarme, grité.
Cuando me golpearon, contesté.
Fui crucificada, muerta y sepultada, por mi familia y la sociedad.
Nací cien años antes que tú sin embargo te veo igual a mí.
Soy Teresa Wilms Montt, y no soy apta para señoritas”.
Teresa Wiltms Montt
Con estas palabras se definió la mujer que nació a finales del siglo XIX, en 1893 y que convirtió su vida en una vorágine novelesca. Teresa vino al mundo en Viña del Mar, un ocho de Septiembre. Era la segunda de una familia de seis hijas. Luz Teresa, María Inés, Carolina Isabel, Carmen, Victoria Margarita y Ana Esperanza, fueron sus hermanas.
Su padres procedían de la alta burguesía, Federico Guillermo Willms, descendía de la realeza prusiana y la madre, Luz Victoria Montt y Montt, era bisnieta del presidente de la República chilena Manuel Montt.
La educaron, como al resto de sus hermanas, para ser la perfecta esposa, fiel y madre modelo que brillara en sociedad, pero Teresa no encajaba en el papel. Adoraba leer, mientras que sus padres le impedían el acceso a determinados libros. Ella buscaba la forma de obtenerlos, aunque fuera robandolos y leía a escondidas los libros prohibidos. Era de una enorme belleza y carácter apasionado, libre e inteligente pero demasiado rebelde desde muy niña. En sus diarios se queja del trato que tuvo con respecto a las hermanas. Se la trató con dureza, se la culpabiliza por el afán de libertad que tuvo desde niña. Los padres quisieron enjaular su libertad pero no fue posible.
Conocía el idioma francés, inglés, italiano, portugués y algo de alemán, aunque su educación puede considerarse autodidacta más que reglada. Cuando tiene solo 17 años, en una fiesta de sociedad de las que organizaba la familia conoce a GustavoBalmaceda Valdés, joven del que se enamora siendo correspondida. Gustavo tenía ocho años más que ella. Se enamoran apasionadamente mientras que las familias de ambos se oponen a la relación. Les da igual la oposición, quizá solo espolea su ansia de rebeldía y de escapar a las normas, siguen viéndose y poco después de conocerse para casarse.
Por motivos laborales de Gustavo, marchan a Santiago y poco después de la boda nace su primera hija Elisa. Teresa comienza a relacionarse con el mundo intelectual y a escribir. Publica con seudónimo en la prensa santiaguesa logrando un triunfo social intenso, lo cual produce celos en su marido. Gustavo Balmaceda, pasado el momento inicial de amor pasional se destapa como un hombre tiránico, celoso del triunfo de Teresa y bebedor. Comienza a maltratarla. Marchan a Iquique donde nace su hija pequeña Silvia Luz. Allí se relaciona con feministas y con masones. Sigue escribiendo y publicando con seudónimo.
Teresa no es feliz en su matrimonio, busca refugio en el consuelo que le ofrece un primo del marido, Vicente Balmaceda, del cual se enamora, Gustavo pronto descubre la relación y decide llevarla con la familia. Reunidos en tribunal familiar deciden internarla en un convento, que también era psiquiátrico. Le arrebatan la custodia de las niñas, que pasan a ser tuteladas por los abuelos y la recluyen en el convento de la Preciosa Sangre, poco después, un 26 de Marzo, intenta suicidarse.
El poeta Vicente Huidobro, amigo de la infancia la visita y le escribe con asiduidad. Enterado del intento de suicidio decide ayudarla a escapar del convento, lo cual hace disfrazada de anciana. Viaja con Huidobro a Buenos Aires donde reside por una temporada relacionándose con Victoria Ocampo, Jorge Luis Borges, Pelegrina Pastorico (que le influye a vestir pantalones con gran entusiasmo por parte de Teresa)
En 1917 publica en Buenos Aires, Inquietudes sentimentales y Los tres cantos. También publica en la revista Nosotros, donde escriben Gabriela Mistral, Unamuno, Azorín. Mantiene una intensa vida social relacionándose con la intelectualidad bonaerense. Un joven, enamorado de ella, Horacio Ramos Mejía, contrariado por no ser correspondido decide suicidarse en su presencia, lo cual la impacta decidiendo cambiar de vida. En 1919 publica un poemario, Anarí, en memoria del joven suicidado.
Se embarca en el Vestris rumbo a Nueva York con idea de ponerse al servicio de Cruz Roja con el fin de ayudar a los heridos de la I Guerra Mundial. Al desembarcar, sus ojos claros, piel transparente y pelo rubio, además de viajar sola, hacen sospechar a los americanos que se trata de una espía alemana y es detenida en la isla de Ellis. Hace solo unos meses han fusilado a Mata Hari y hay sensibilidad contra el espionaje. Pasa solo tres días privada de libertad, cuando sale de la prisión decide que no quiere vivir en la sociedad americana y embarca de nuevo rumbo a España
Una vez en Madrid, se integra en la bohemia de principios de siglo, alterna en el café Pombo con los intelectuales de la época que se rinden ante su ingenio y belleza, haciéndose amiga de Gómez de la Serna, Valle Inclán decide prologar el libro que publica en la capital de España.
Al poco tiempo se entera de que sus hijitas, que hace cinco años que no ve, llegan a París con los abuelos para vivir una temporada, Teresa marcha para intentar verlas de nuevo.
Lo consigue a regañadientes de los abuelos, instalándose en París. En ese tiempo la ciudad del Sena era un núcleo cultural muy intenso, coincide con Max Ernst, Bretón y Paul Elouard, que la admiten en sus círculos, mientras continúa escribiendo con éxito. A pesar de la vida bohemia de París, su ilusión es pasar unas horas semanales con las pequeñas. En el momento en que los abuelos deciden volver a Chile y llevarse a las niñas se le produce una gran desesperación.
Teresa al despedirse de ellas entra en una depresión absoluta y decide suicidarse ingiriendo Veronal .Dos días después, el 24 de Diciembre de 1921 muere en el hospital. Teresa Wilms Montt solo tiene 28 años, una intensa obra poética que sigue considerándose de las mejores de América Latina.
Está enterrada en el cementerio de Pere-Lachaise, de París.
María Toca Cañedo©
Gracias, Maria, por descubrirme personajes tan interesantes. Voy a busxar su obra para leerla.