Anna Magdalena Bach

 

Se ha reprochado muchas veces  la escasez de obras artísticas femeninas. En realidad, la historia nos habla de muy pocas mujeres de ciencia, arte y de casi todo lo que tenía que ver con una dedicación intensa. La tarea de ser ama de casa, parir y la crianza dejaba poco o ningún tiempo libre para dedicarlo a la creación, aparte de que era impensable que una mujer  se dedicara a cualquier cosa fuera de las tareas domésticas. Se nos prohibió acceder a centros de enseñanza, a universidades, no podíamos pintar cuerpos desnudos…casi ni pintar, y si se hacía lo común era tachar de loca a la autora. En realidad, se prohibía  cualquier formación ajena a lo considerado “femenino” hasta entrado el siglo XX. La famosa teoría que desarrolló Virginia Woolf, en La habitación propia, de la cantidad de talento malgastado, no por falta de aptitudes sino por no tener su sitio propio, la independencia económica y social que produce ser ciudadana y tener capacidad de decidir sobra la propia vida, que tratándose de mujeres era un lujo escaso. Considero que esas condiciones han sido un enorme drama para la historia y supone haberse perdido el cincuenta por ciento del talento.

Con la mujer que hoy traemos a nuestro magazine, ocurre algo bastante común que demuestra las terribles consecuencias de un patriarcado imbricado en la historia.

De Anna Magdalena Bach se conoce  poco, no hay imágenes de ella, ni sabemos la fecha de su nacimiento exacto, sí que vio la luz en Zeitz, (Alemania) que su padre, Johann Caspar Wilcken, era trompetista, y que poco después de nacer se trasladaron a Weissenfels, donde murió el progenitor a finales de noviembre de 1731. Tampoco sabemos nada  de Margaretta Elisabeth Liebe, la madre, solo que falleció en 1746.  Suponemos, que  la familia de Anna Magdalena conociera a los Bach antes de contraer matrimonio pero no tenemos datos al respecto.

Sí sabemos que desde  joven mostró talento para la música. Era soprano, cantaba con su padre en la capilla de Zerbst,  y teniendo solo diecinueve años fue contratada en la ciudad de Köthen. Recibía unos emolumentos de 200 guldas anuales lo que le permitía ser independiente y vivir una vida dedicada a su pasión por la música. Al poco tiempo de conseguir trabajar y mantenerse, conoce o intima con Johann Sebastian Bach, ya eminente musico por aquella época, de treinta y seis años (dieciséis mayor que ella) que había perdido a su primera esposa de forma fulminante, diecisiete meses antes. El músico tenía varios hijos con la primera mujer, lo que no fue obstáculo para que Anna Magdalena se casara con él.

Los historiadores (hombres, generalmente, o mujeres contaminadas de patriarcado) refieren con romanticismo ese encuentro de ambos artistas. Hablan del enamoramiento de Anna,  que la hizo obviar que Bach era  un señor mayor y varios hijos.  Ignoramos cómo fue la historia pero de ser así, pronto descubrimos la dura cara de un matrimonio que fue complicado  para ella, mientras que a Bach, que vivía para la música y pasaba su tiempo enredado en componer,  le facilitó la suya. Es probable que buscara en Anna Magdalena solucionar sus problemas domésticos con una nueva esposa, independientemente de que la amara más o menos. Los hijos del primer matrimonio no aceptaron a Anna Magdalena y se lo demostrarían años después con crueldad.

La talentosa Anna, tuvo nada menos que trece hijos seguidos…añadidos a los seis anteriores del marido. De sus hijos solo le sobrevivieron seis, uno de ellos Gottfried Heinrich Bach  (1724-1763), de quien se decía que era ligeramente discapacitado pero talentoso;  Elisabeth Juliana Friederica  (1726-1781), que se casó con uno de los alumnos de su padre;  Johann Christoph Friedrich Bach  (1732-1795, otro compositor conocido en aquella época como el «Bach de Bückeburg»; y  Johann Christian Bach  (1735-1782), a quien se le dio el sobrenombre de «el Bach inglés» y que influyó en los conciertos de Mozart. Las últimas hijas supervivientes de Anna Magdalena fueron  Johanna Carolina Bach (1737-1781) y  Regina Susanna Bach  (1742-1809), de las que se sabe poco. Bach tenía 57 años cuando nació  la última, Regina.

 

No obstante los dramas vividos con las muertes de sus pequeños, Anna Magdalena, abrió su casa de Leipzig, ofreciendo conciertos en donde se cantaba y se tocaba para los amigos que se los visitaban con frecuencia ya que las veladas eran un compendio de arte y amistad.

Durante años el príncipe Leopoldo de Anhalt Cothen les permitió vivir en su palacio, incluso se casaron en las dependencias del mismo, en el momento en que Leopoldo contrae nuevas nupcias con la princesa Anhalt-Beruburg, que era “amusa” según Bach, es decir que no era amante de las artes, los despiden del palacio teniendo que buscar casa propia.

Se ha pensado durante siglos que Anna Magdalena copiaba y transcribía las partituras que Bach componía, se le concedía cierta capacidad para confirmar o mejorar algo de lo realizado por el compositor, pero poco más. En 2011, en la Universidad Charles Darwin, el profesor Martin Jarvis  señaló con absoluta certeza que Anna fue la autora de “Variaciones Golberg” y el primer preludio de “El clavicordio bien temperado” Incluso es posible que su participación en el resto de la obra bachneriana tuviera más aportes que se desconocen…Lo cual demuestra el genio y la capacidad artística de una mujer que atendía una prole tan grande, sus tareas como anfitriona, sus embarazos y el dolor producido por las muertes de sus pequeños.

https://www.elmundo.es/cultura/2014/10/27/544e7ff7ca47414c028b4596.html

https://www.abc.es/cultura/musica/20141027/abci-documental-mujer-bach-201410271917.html

Nos preguntamos ¿hasta dónde hubiera llegado el talento de Anna Magdalena Bach de haber tenido el mismo tiempo que su esposo para componer? Quizá hubiera llegado a crear una obra tan hermosa como la suya. Algo que ignoramos.

 Johann Sebastian Bach muere un 28 de julio de 1750 con 57 años. No ha dejado testamento por lo que los hijos mayores reclaman su parte quedando Anna Magdalena con cinco hijos menores, entre ellos el discapacitado y la última, Regina,  que cuenta   un añito, solo tiene los justos ahorros para pagar el entierro del esposo. No le llegó ni para poner lápida en la tumba del artista. El Concejo, de quien dependían debido a la labor de Bach, la dejan conservar la custodia de los pequeños a condición de que no se vuelva a casar, de hacerlo, perdería a sus pequeños.

Poco después de la muerte del maestro, el mismo Concejo la desalojó de la vivienda que mantenía el matrimonio, tan solo le pagaron el traslado a una casita en Haynstrasse, donde malvivió con sus cinco pequeños. Lo más que hizo el Concejo por ella fue, en una ocasión en que el hambre arreciaba,  regalarle un par de fanegas de maíz…

Sus últimos años fueron muy duros. Vivía gracias a la limosna de los vecinos, dependiendo de la caridad de quien quisiera ayudarla. Los hijos mayores del artista no la auxiliaron y eso que tenían un buen vivir y prestigio profesional. Con todo, Anna Magdalena conservó las partituras originales de Bach, negándose a venderlas a pesar de su penuria, cosa que no hicieron los hijos mayores que sí malvendieron tanto las partituras como las cantatas del padre.

Estas fueron las palabras que constaron en su acta de defunción: «Mujer pobre de 59 años, Anna Magdalena, nacida Wilkin, viuda de J. S. Bach, Cantor en la Escuela de Santo Tomás en la Haynstrasse, 8» 

Este fue el triste fin de una talentosa mujer que, además, fue la compañera, ayudante y compositora de algunas de las obras más brillantes de Bach. Final triste de quien pudo brillar por si misma.

María Toca Cañedo©

 

https://www.youtube.com/watch?v=zlEySS0xmGM

 

 

Sobre Maria Toca 1630 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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