I
Los dioses existieron
desde el mismo momento
que penetró en los humanos
el fascismo original.
Ideal camino espiritual
para justificar el exterminio de otros pueblos,
robarlos las tierras y transferir la culpa
a unos seres inventados
a los que se llamaron dioses,
promoviendo en torno a ellos una trama
de divinas leyes o mandatos,
medio infalible para levantar muros y fronteras
con el objetivo de que lo arrebatado
no pudiese ser recuperado
por una rebelión de los robados
o por los deseos codiciosos
de otros depredadores de su especie.
.
II
Los dioses del Olimpo
ya nunca más ejercen poder alguno
sobre los griegos de este siglo.
Tampoco los del panteón Romano,
la jubilación y la desafección les convirtió en mitos,
lo mismo sucedió con el surtido canon
de otros prestigiosos panteones.
Para emanciparnos solo falta ahora enviar al paro
a los que ejercen todavía.
Quebrantar sus divinas falsedades.
Liberarnos del miedo a su castigo
y restituir sin despistes el robo a los robados.
Pero ¿ quién comenzará a destejer
el entramado de las diversas formas
de leyendas, mitos y mentiras ilusorias
que nos han ido vendiendo
desde la Holyland a Holywood?
tapizado negocio justificativo de robos,
matanzas y apartheids,
que para hacernos huir de la realidad,
nos va hundiendo lentamente
en esa felicidad diaria
del como si…,
como si…,
como si…
Enrique Ibañez
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