Durante la pandemia han pasado muchas cosas. Buenas y malas, aquí cada cual saca sus percepciones y experiencias. Fue un tiempo de incertidumbres y de encierro que nos puso frente a nuestros miedos y debilidades. La percepción de cada persona ha sido variada, desde los/as que les resultó insufrible el silencio y la compañía de los suyos (ya he visto más de una ruptura pos encierro) a las que, como yo, tuvimos tiempo de leer, escribir como posesas, meditar y descansar saliendo del proceso con dos novelas terminadas (estaban a medias, que no soy tan portento) habiendo recuperado el tiempo de lectura sin prisa así como las siestas monumentales que me demostraron que si antes dormía poco era porque no le daba el tiempo necesario al sueño.
También surgieron ideas espontaneas, gente que llenó el vacío con logros que cuajaron. En uno de ellos me vi ligeramente implicada.
De los variados mensajes que recibíamos en los días en que el encierro pesaba un poco por la incertidumbre y el desconocimiento del devenir, me llegó uno de una persona que , aun conociéndole poco, aprecio por diversas cosas que no vienen al caso, una de ellas es saberle buena gente. José Elizondo, me comenta que se ha formado un grupo de gente diversa que están escribiendo sobre el encierro y sobre cualquier cosa que se perciba de la situación vital que nos ha tocado vivir. Me propone enviar textos propios y la publicación en https://www.lapajareramagazine.com de la producción diaria. Nuestro hermano mayor El Faradio, se presta a ello, lo cual resulta garantía de buen encuentro.
Durante semanas fuimos publicando pequeños textos en nuestro magazine, bajo el título de La Madriguera. Simbólico preámbulo que ha servido de hilo conductor para poemas, textos literarios, exabruptos, desahogos varios incluso buena literatura. Se lo aseguro. Una literatura de campaña, de trinchera pandémica que poco a poco fue tomando cuerpo.
José Elizondo es lo que Machado definió bien: “en el buen sentido de la palabra, bueno”. Sí, buena gente, que se implica asumiendo las propias limitaciones y haciendo con ellas un nudo solidario que se hace grande y nos enlaza a las demás.
Acabada la pandemia a José se le ocurre que todo lo escrito y publicado día a día no puede quedarse solo en eso. Piensa y propone a la buena gente que se encuentra a lo largo de su camino hacer un libro con el material que le ha llegado. Es lo que tienen las personas que viven dentro del ideario de comprender que un grano de arena no es nada pero bien conjuntado con otros muchos granos hacen empalizada social. Mantiene la creencia, que comparto con más o menos suerte, que la cultura es un arma poderosa que toca cerebros y corazones y los trastorna para siempre jamás.
Nuestro gran José, zascandilea de aquí para allá, lía a la Dirección de Cultura del Gobierno de Cantabria (que le escucha y eso les honra) consiguiendo financiar su proyecto. Un libro de La Madriguera. Con ilustraciones hermosas que van donando los artistas que se sumaron al proyecto. El libro sale. Para remate, este titán de buen corazón, se da de bruces con algo que desconoce y al acercarse se deslumbra porque entiende que ese será el epilogo de la Madriguera. Lo recaudado por la venta del libro irá para el colegio San Roque Los Pinares, centro donde se integra una educación integral de niños de cualquier parte del mundo que colabora con Cantabria Acoge y demuestra que la integración y el respeto caminan de la mano de la cultura.
San Roque Los Pinares es un proyecto educativo que pretende hacer comunidad. Sus clases tienen un ratio que para sí quisieran los coles más elitistas de la ciudad, aproximadamente diez alumnas/os por aula. La calidad educativa es sublime, como atestiguan los premios y las consideraciones oficiales, pero eso es lo de menos. La conciencia social de los integrantes de este colegio es mucho más porque atienden no solo a niños/as inmigrantes, con problemas de exclusión, dificultades de idioma, sino que bajo su paraguas se acogen familias a las que se les guía por los intrincados caminos burocráticos de un país que puede resultar hostil a quien no lo conoce. Es una comunidad donde las necesidades privadas se solventan entre las personas que integran el centro.
Los peques de San Roque Los Pinares, comen en el colegio, comida sana, porque no hay catering sino que tienen cocinera…Los menús son sanos, nutritivos y bien elaborados. Las familias pagan 30€ por esos platos…Claro que diversos restaurantes de la ciudad colaboran con sus alimentos, también Banco de Alimentos para que nadie se quede sin su comida porque hay casos en los que el alimento en las familias es precario. Los peques tienen actividades extraescolares de lujo. Comienza la semana con el lunes donde se hace hockey sobre patines, con un monitor que ofrece su tiempo de forma altruista. La Federación de bolos está organizando colaborar de la misma forma. Los martes se les da un apoyo de inglés. Miércoles es día de baile y juegos. El jueves un antiguo jugador del Estela les monitoriza el baloncesto y también hay clases de informática para quien necesite apoyo.
Los proyectos educativos son variados siempre basados en la integración, los valores sociales y culturales exentos de discursos proselitistas o dirigistas, porque tal como dice Ana, una de las responsables del centro, se trata de aprender a ser humanos, personas de bien, porque adquirir conocimientos es lo más sencillo, se aprende, se estudia y ya. Son los valores sociales de solidaridad, empatía social, integración, diversidad , lo que es imprescindible transformando a personas que dentro de poco saltarán al mundo con valores más amplios que los nuestros.
Y a ese proyecto, José Elizondo, ha dirigido lo recaudado de la venta de este libro. Las librerías donde lo encontrarán a la venta se unieron al proyecto y absolutamente todo lo que ustedes pagan por el libro va a las manos del colegio. Creo que se ha creado una cadena solidaria que va a llegar muy lejos porque este proyecto que se concibió en la soledad de una pandemia ha crecido y le auguro buena vida.
Les aseguro que estar en él, aunque sea de refilón, participar de este pequeño sueño, ha merecido tanto la pena que no me queda más que dar las gracias a José y al resto de los/as participantes por contar con https://www.lapajareramagazine.com que a partir de ahora es la de todas las personas de La Madriguera. Que por cierto, hoy se presenta el libro en el Palacio de la Magdalena, por si quieren asistir.
María Toca Cañedo©
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