Tengo que contarles que la prosa de Mario Yudicello de la que, en alguna contada ocasión (menos de las que yo quisiera) han disfrutado ustedes, me derrite por dentro. Tiene la facultad de mecerme en brazos de puro gozo. Es prosa con esos giros criollos y tangueros que amamos los de este lado del Atlántico. Mario es argentino. Un argentino universal. No elude su cultura, la trasmite,la drena por sus páginas como el Rio de la Plata. La deja fluir para inundarnos y empaparnos de belleza discreta y con la sencillez de un hombre que camina a ras de suelo compone sus relatos.
Nos presentó su obra El Juguete de Zeus, un viernes de un Octubre soleado en medio de un puente, en la librería y casi casa familiar La Vorágine, Cultura Crítica y allá nos fuimos todas las amigas/os del escritor a escucharle y celebrar con él su puesta de largo. No es que Mario no tenga más libros,que los tiene, tan solo es que llevaba tiempo sin publicar y añoramos mucho su prosa magnífica. Fue presentado por la gran Pilar Salamanca, que leyó un relato de Mario con su voz amorosa y rotunda, haciéndonos felices a quienes escuchábamos.
Escuchar a Mario casi es tan bello como leerle. Desgrana sus cuentos de cuando la vida era Argentina, su sapiencia fruto del pateo de ciudades llevando el corazón al aire recibiendo toda la información y también las heridas que propicia estar sin protección. Nos acarició con un bello relato de sus tiempos de médico, dejándonos el regusto de seguir, de escucharle sin parar horas y horas. No lo hizo, porque como todos los grandes es humilde y nos empujó, a tomar ese vinito que con generosidad agasajó a los que celebramos la alegría de las letras. Busquen ese Juguete de Zeus. Busquen a Mario que tiene mucha belleza que contar.
María Toca
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