ET IN ARCADIA EGO

Original oil painting showing waves in ocean or sea on canvas. Modern Impressionism, modernism,marinism

Una nube pequeña, serena, se deslizó frente a la luna
en ese instante de oscuridad, el sonido del mar
se volvió más profundo y sombrío.
Cuando la nube pasó, el sonido
se convirtió en un leve murmullo,

como si hubiese despertado de un oscuro sueño.
Todo volvió a estar en calma.
“En la bahía”Katherine Mansfield


I
Y Ares avanzó,
avanzó impasible
tocado con una corona
manchada por los destellos
de rojas corolas ensangrentadas,
envuelto por humaredas de vanidad,
el atrevimiento de las moscas y la petulancia
de los cantos de victoria.
Avanzó entre lagrimas ennegrecidas, cuerpos mutilados,
carne quemada, huesos rotos, crujir de cráneos
y lamentos desolados,
precedido por la guadaña del inclemente Azrael.
Traspasó la puerta derruida de la muralla,
y descansó ufano sobre la tierra enfangada,
rodeado por chozas en llamas, calles desiertas,
casas muertas, ulular de perros y zarpas de chusma,
rescoldos de la noche de la guerra.


II
El fuego calla, cierra los ojos,
guarda silencio ante cosecha tan repugnante y asquerosa,
pero tras su paso quedó el campo yermo,
los trigales desmochados
y la esperanza rota.
Al cielo se elevaron plegarias
en acción de gracias,
por el fratricidio
de haber ayudado a calcinar la tierra.
Las campanas tañeron a arrebato
para sumarse al rezo enaltecido
por el caminar solemne
de pobres figuras ornamentadas,
vesánicas criaturas
a las que el viento besa en el nicho de sus ojos.
Y solo el viento puede besar allí.

Pero Narciso se apartó de esa
tiránica primavera dejada por el crimen
y venciendo el miedo del frio de los sótanos,
orientó su paso tembloroso hacía el solar incierto
donde el recuerdo se muta en esperanza,
y el agua agonizante de un estanque
refleja la calma rebelde y sin acritud cuando grita:
¡Escuchadme bien, no seré más un esclavo!.


III
Y así tras la puerta abierta de un nuevo camino,
entre desheredados, proscritos y perdidos
se deshace el miedo
y habla el silencio,
la soberbia acepta su ignorancia
y la inocencia sobrevive al crimen.
Por ello brilló la luz entre las tinieblas aquella tarde,
y al gozo se unió incontenible el angélico trueno
y el alado gemir de un viento salvador,
hizo su aparición cual luciérnaga el relámpago
y el destello incipiente de un rayo incrédulo,
separó el trigo de la cizaña,
convirtiendo en festivo
el desnortado galopar del unicornio
y encumbrando la escuálida quima del acebo,
alimentada por ceniza y fuegos fatuos.
De sus brotes nació el capullo
dando paso a la flor,
dulcísima fragancia bajo los destellos naciente
de un pelo ensortijado,
desvelamiento de secretos, inmolaciones y sueños,
en la oquedad silente de la gruta,
donde el puñal justiciero
que un día empuñó contra su madre,
el vengador Orestes,
rodeado por mirtos,
escoltado por el aleteo esperanzado del Ave Fénix
y guiado por la luz cegadora
de los restos vigilantes de la torre del faro de Alejandría,
aguarda su segundo despertar,
para sesgar de nuevo otro pacto tenebroso
y abrirnos paso hacía el camino que desemboca
en las fértiles y floridas praderas
de la razón,
como en aquellos tiempos en los que desear
aún era algo útil,
la geografía carecía de sentido
y las fronteras, ríos y caminos, de nombre.
Fascinadas de tanto esplendor
y acompañadas de una sonora algarabía
elevaron el vuelo las adormecidas grullas
y el vigilante Martín Pescador,
uniéndose al coro concertado
el sonoro “plaf-plaf”
del salto de las percas desovando,
el alegre “cric-cric” de los grillos,
esperando aparearse,
el monótono “tric-tric” de las cigarras,
dedicadas a la holganza,
el enfebrecido “toc- toc” del patear
de las hormigas laboriosas,
el penetrante “zum-zum” de las abejas,
a la búsqueda enfebrecida de néctar y de polen,
cesó el “crach-crach” glotón del caracol y del gusano,
ávidos de devorar hojuelas y raíces,
volviendo a sentirse el “sim-sim” salvador
del fluir de la savia,
al circular libre
por entre los entrelazados nervios del helecho
y el olivo,
trayendo finalmente en su pico la paloma
ramas frágiles de esperanza.


IV
Pero mientras eso sucede,
¡Ay, amigos!, ¡yo cómo no he de gritar!,
si en su inmisericorde ira,
ávida de sangre
la guerra descarga sin templanza
la furia arrasadora de su empedrada pezuña
sobre el nido y la semilla.
¡Ay, yo cómo no he de gritar!,
si ese ídolo francés icono de la libertad,
símbolo de las Américas,
deja pudrirse el saúco,
bajo la fría luz de cemento
que sostiene en su mano,
desparramando sobre la tierra
la cabeza desmembrada del tronco
del cuerpo herido de los Atlantes
y trunca en inconsolables sollozos
los labios enmohecidos por el paso del tiempo
de las sonrientes Cariátides,
viendo cómo vilificados
huyen sin sueños,
arrastrándose por la selva de las ciudades,
los poetas,
entre los zarandeos de las danzas lascivas
de sumisos esclavos.
¡Ay, amigos!,
yo cómo no he de gritar
frente al desbarajuste de la verdad
y la obstinación ante el error
de esos promotores de luces irreales,
exterminadores del talento humano,
que dan de comer a los buitres
y hacen que los carniceros parezcan puros y limpios.
¡Yo cómo no he de gritar!
¡ET IN ARCADIA EGO! ,
contra la guerra.

Enrique Ibáñez Villegas

Sobre Enrique Ibañez Villegas 82 artículos
INGENIERO T. EN QUÍMICA INDUSTRIAL Universidad de Cantabria CERTIFICADO DE ESTUDIOS DE INTERPRETACIÓN durante 3 cursos en Institut del Teatre de Barcelona. Actor de teatro y cine Director teatral Poeta, escritor • EXPERIÉNCIA DOCENTE COMO PROFESOR DE TEATRO -CENTRO DE ESTUDIOS TEATRALES “ GENTE DE TEATRO DE BARCELONA” Profesor de Técnica de Actor y de Movimiento. 15 años -CENTRO CULTURAL “MASS MEDIA” Profesor de Técnica de Actor . 4 años -ACTOR’S STUDIO DE BARCELONA Profesor de Técnica del Movimiento. 2 años -ESCUELA DE CINE DE BARCELONA Profesor de Técnica del Movimiento. 1 año

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