Cuesta descubrir esta serie que se estrenó hace tiempo y de la que no se habla. De forma completamente casual di con ella y les aseguro que ha sido un buen descubrimiento. La revolución de las buenas chicas –su nombre en castellano- es una serie que podríamos llamarla feminista y tendríamos razón. Pero no solo es eso.
Su acción parte de un libro que escribió la periodista Lyn Povich, sobre su experiencia en el Newsweek, semanario donde trabajaba como documentalista, que no se permitía firmar ningún artículo a las mujeres. La lucha por conseguir que se cumpliera la ley en cuanto a igualdad de derechos que ya entonces en EEUU, existía es el argumento de la novela y de la serie. La serie se desarrolla a finales de 1969 y principios de los 70. El ejemplo de una compañera, la mítica Nora Eprhon, que se despide no sin antes cantarle las cuarenta a los jefes ante la imposibilidad de escribir sus propiso artículos . Lentamente se abre una brecha de realidad en el dorado y firme espacio que transitan las jóvenes neoyorkinas integrantes de la redacción que se sienten privilegiadas por trabajar acumulando información, aportando ideas, incluso redactando ellas mismas parte o todo de los artículos, para que los chicos, periodistas como ellas, firmen y se lleven los laureles ya que a ellas les está vedado convertirse en articulistas. El descontento arraiga y se extiende junto con las vivencias personales de unas mujeres que han visto su vida con los ojos de un patriarcado deformante y que al comenzar a ajarse la imagen proyectada por los ojos masculinizantes y ver la realidad, primero sienten miedo, para luego traducirse en una rabia que las llevará a la rebeldía.
Hay escenas memorables, como esa sala de reuniones donde los machitos periodistas buscan la foto de portada que explique el movimiento feminista que comienza a dar que hablar en las calles neoyorkinas. Buscan mujeres guapas, sin ropa, que atraigan y exploten la imagen masculina sobre la mujer. Al final son unos perfectos labios rojos, de carmín, que incitan al beso lo que va a representar la enjundia feminista en la portada. Los comentarios que se producen en esa mesa donde se discute la portada son antológicos. Todas podemos decir que los hemos escuchado algunas o muchas veces… con perplejidad, otras con rabia. Las más con un sibilino desprecio que ha labrado una profunda rebeldía ante un patriarcado ofensivo.
Son chicas buenas que trabajan. A su manera triunfadoras en una sociedad que las rodea de protección. Algunas esperan a un marido redentor que las confine en un hogar como en la jaula dorada de la burguesía. Cuando la triste realidad se eriza de soledades, de incomunicación y de una sensación de ¿qué hago yo aquí? cuando las casadas relatan su experiencia en una reuniones terapéuticas que realizan a modo de experiencia y hermanamiento.
El contexto de la serie es el explosivo de los años sesenta/setenta con la guerra del Vietnam en plena efervescencia, la creación y primeras acciones de los Blacks Panthers (memorable esa entrevista con el periodista sobrecogido ante la presencia y la potencia semántica del líder negro) La eclosión de un sistema que no servía ante el que mucha gente joven, privilegiada, de buena familia, se rebeló ante la inapelable convulsión del cambio. Nixon es presidente y se augura un cambio de época que el poder pretende detener.
Los exteriores son perfectos, la interpretación estupenda y la puesta en escena de la redacción -las casas, fiestas, el coqueteo que se iniciaba con las drogas- tanto el vestuario como los peinados son tan perfectos como nos suelen tener acostumbradas las series americanas.
Un solo problema se da en esta magnífica serie: solo hay una temporada. Cosa inverosímil porque la trama y el final piden a gritos una continuación. Se iba a hacer, pero en plena era del #MeToo el productor de la serie Roy Price fue acusado de acoso y cesado de forma fulminante con lo que el proyecto de continuación quedó varado y sin fecha. Mucho nos tememos que para siempre.
Pensamos que el machismo violento, por desgracia, no acabó tan pronto como muchos quieren hacernos pensar. Sigue y daña.
Aun con todo, les recomiendo la serie encarecidamente. Si es mujer para revisar conceptos y recordar de dónde venimos…si es hombre para ver desde fuera los comportamientos que pasan desapercibidos a fuerza de ser costumbre y dejan huella dolorosa en las mujeres y en la propia sociedad.
No se pierdan sumergirse en esa redacción de la revista News of the Week, y hacerse amigas de sus chicas…también de los chicos. Pero menos.
La serie se puede ver en Amazon Prime.
Interpretes: Genevive Angelson. Lyn Povich. Anna Camp. Erin Darke. Chris Diamannoutopoulos, Hunter Parrish, James Belushi.
María Toca©
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