Incluyo en el título la palabra «emprendedor» pero no se me confunda, la puse casi como provocación porque hablaré de un tipo de personas, que emprender, emprender como mucho han emprendido el camino del after hours de madrugada, del club de campo o de la tienda exclusiva de sus calles donde al comprar sirven Moet Chandon.
Dedico mis letras a esos lustrosos “emprendedores» a los que también denominan “empresarios” y no entiendo como no arde de casualidad el diccionario de la RAE por la falsa utilización del vocablo. Son los cachorrillos del poder y del dinero que han crecido entre Sotogrande, La Moraleja, el cuadrado de calles de la Milla de Oro madrileña y si han cumplido los treinta, Marbella, aunque ahora está completamente demodé por la incursión de plebe rusa y turismo out. Evolucionan positivamente hacia Bahamas, Qatar y cualquiera de las republicas ficticias creadas sobre balsas de petróleo, autarquía y mucho, pero mucho dinero. Justo tanto como la carencia de escrúpulos de quien reside y hace negocios con los tiranos criminales patriarcales, homófobos y genocidas, que las gobiernan.
Los cachorros se han formado en universidades privadas porque piensan que en la pública huele mal. Y el nivel de exigencia es desproporcionado para su estatus. Ellos lo valen por nacimiento, alcurnia y estirpe y no tienen que demostrar nada a la caterva de plebeyos que manejan las cátedras. Por eso marchan a colleges suizos, irlandeses o de cualquier sitio donde el dinero de papá llegue para comprar la educación exquisita (utilización de cubiertos, protocolos para desenvolverse en la alta sociedad y cosas del estilo) Lo de culturizarse o hacer carrera ni falta que hace porque el dinero ya lo tienen en casa. Se educan lejos de plebe, con lo que mantienen la burbuja donde nacieron y habitan conformando un mundo a su forma y manera sin ver ni mezclarse con el pueblo…O sí, a lo mejor, van de tabernas cuando se cansan de lujo. O de putas, que también porque son muy de comprar todo.
Se sienten especiales por la alcurnia y la trascendencia de su cuna. Algunos provienen de los ancestros del Medievo, cuando el duque de Alba andaba por Flandes batiendo infieles, otros provienen de las prebendas cedidas por el capital durante el franquismo. La mayoría mezclan ambas tradiciones, la antigua de torre y condado con siervos esclavizados que apoyaron con horca y cuchillo las huestes del fascismo y luego Franco les devolvió el favor regalándoles el país. Y la otra, la de condados y marquesados de antiguo. Aun llevan los colmillos mojados en la sangre de los republicanos que cayeron bajo su odio de clase. Como digo, algunos han mezclado ambas procedencias. Alcurnias antiguas con criminales renovados por la contienda civil.
Los cachorrillos han crecido sin ideología. Se me entienda: apolíticos de toda la vida. Es decir, con la ideología buena. La de derechas que es la que profesa la gente normal, oseaaa. Los Cayetanos, son híbridos entre la banalidad más hueca, la frivolidad y el gusto por las cosas de valor a las que se sienten con todo el derecho por estipe. No insulte usted a un Cayetano haciéndole trabajar o pagar impuestos porque llevan en los genes la falaz idea de pertenencia a raza superior. No genéticamente, como decían los nazis –esos brutotes que mataban judíos, por dios, que mal gusto, siempre de uniforme y cuero– No, ellos piensan que mean Chanel numero 5 por el hecho de haber nacido grande de España. O por ser español, que ya es un grado. Para ellos, claro, que consideran al solar patrio su trastero de dónde sacan los muebles, los esclavos y el poder. Por eso se encabritaron cuando el gobierno bolchevique les confinó y cogieron sus cacerolas –San Ignacio, por lo menos- y batieron con ellas la paz de la Milla de Oro madrileña, que es de donde proceden casi todos los Cayetanos, aunque provengan por ancestro de Andalucía o de Extremadura y tengan allí los casoplones/castillos/casas de veraneo/torres/ que ensamblan con los apellidos. Los Alba, los Medina Sidonia, Almazán…sigan ustedes porque hay una pléyade de mas de cien títulos que ensombrecen el sol con el brillo de su heráldica.
También hay Cayetanos sin título o solo con la titulación que da el dinero que es oro que reluce casi más que los blasones. No pregunten ustedes de donde salieron las fortunas de tanto inútil porque entramos en un jardín tenebroso que nos lleva a las maquinaciones de los primeros años del franquismo, de prebendas, intercambio de favores, mano de obra esclava, prevaricaciones diversas y oscuros intereses, muchos de los cuales los describe el Código Penal. Piensen que el Caudillo de las Españas creo el título del marquesado de Fenosa ¡sí, Fenosa, empresa de electricidad gallega! Para agasajar a Pedro Barrié de la Maza en agradecimiento a los dineros prestados para la contienda y los servicios de limpia en tierras galaicas. El marquesado lo heredó su viuda, que casó con el vejete cuando andaba en las últimas . Doña Carmiña Díaz de Rabago a la sazón Condesa de Fenosa, disfrutó de viudez solazada, dirigió los negocios desde el pazo inmenso (entre numerosas propiedades) en A Pobla do Caramiñal, ahí en plena ría de Arousa… Falleció hace tiempo sin descendencia por lo que ignoro si el título anda desparejado. Una pena, de verdad.
Las fortunas que se labraron durante el franquismo huelen a sangre inocente. A mafia política, a trashumancia de crímenes escandalosos que el secreto y la Transición sumieron en una nube de humo que no se traspasa. Haría falta mucho valor, tiempo y una valentía a prueba de balas para investigar fortunas franquistas. Quizá en breve nos pongamos con alguna. No se me despisten que les puedo sorprender, tengo cerca a los Botín…
De las sagas que nombro, salen cachorros inutilizados por tanto gregarismo sanguíneo. Estos regüeldos de la aristocracia tienden a emparejarse entre ellos, sin sangre que renueve las genéticas depauperadas, así ocurre que cada generación son más tontos, más simples y más retrógrados. Algunas veces -siempre con escándalo por parte de la sociedad gregaria en la que viven- renuevan la especie desposando con modelos o actrices. Pero poco que el aire fresco no es del gusto de los de rancio abolengo.
Eso sí, trabajar no trabajan, pero manejan el yate con primor, el coche de alta gama como si hubieran nacido con él en las manos, y las tarjetas black de papá con el mismo gusto que pasean a las cachorrillas tan pijas e intrascendentes -reconvertidas en influencers, ahora, por favor…oseaaa- como ellos. Se emparejan y procrean cachorrillos de la misma laya y condición. Y siguen con la tradición de inutilidad, esquilmación que sus progenitores. Porque ellos provienen de esa aristocracia no reconvertida que entiende la vida como disfrute y el patrimonio saliendo del lomo de los siervos o del estado, con las golosas subvenciones que les caen en las cuentas a razón de tierras que mantienen poco menos que en barbecho. Disfrutan de palacios, cotos de caza y servilismo porque sienten que les pertenece todo. No den más vueltas. Son los amos.
Hemos asistido a un caso prototípico de lo que cuento. Luis Medina, el cachorrín de la casa Medinaceli. Hijo y nieto de dos prendas de cuidado, su padre, Rafael Medina, duque de Feria, condenado por pederastia, trafico de drogas y abuso infantil. El abuelo, Rafael Medina, también duque de Alcalá de los Gazules. A estas alturas ya han visto ustedes la foto del buen duque encabezando una horda falangista en funciones de limpieza de la España que decían defender.
Fue un terrateniente despiadado que se unió a los fastos fascistas desde el principio con el entusiasmo de un psicópata. https://www.eldiario.es/politica/familia-medina-terratenientes-recaudaron-limpiaron-rojos-franco-comisionistas-almeida_1_8908355.html Encabezó una de las organizaciones más siniestras de la Guerra Civil, La Guardia Cívica, que dejó un reguero de cadáveres en las cunetas de los pueblos de Andalucía. Mucha sangre, mucho odio llevó el duquecito con orgullo porque en sus memorias, escritas en 1977 alardeó de su pasado(presente) falangista y asesino. Fueron los precursores de los “paseíllos” de las sacas indiscriminadas, de la limpieza de rojos y de la apropiación de terrenos mancomunados. Esa joya de familia aristocrática es en la que se ha criado el cachorrito Luis Medina. Genuino Cayetano, tan inútil como su padre y tan banal como toda su estirpe. Banales pero mala gente. Muy mala gente.
Digna estirpe para el cachorrito que ni la sangre renovada de la modelo Nati Abascal
-tuve ocasión de cruzarme con ella por una calle madrileña y les juro que aún aparto su glamour de mi cuerpo, nada guapa pero elegante en grado sumo…siempre que esté callada y no beba, cosas ambas que hace con frecuencia-
El chavalico, guapo y estiloso como la madre pero bodoque y tartufo como la estirpe paterna, decía en 2018 a una revista que le entrevistaba, que él aborrecía el separatismo catalán como buen patriota, que era más de Tabarnia…porque ¡era andaluz! Haciendo añicos los topicazos del andalucismo más ramplón. Patriota como su padre y como su abuelo. No podía ser menos, digno hijo de una estirpe de hienas que defienden privilegios medievales aniquilando al pueblo como hizo el abuelo.
El chico, Luis Medina, ha estudiado en colegios privados para ricos y a su vuelta ha “emprendido” negocios tales como Sextante Trade Desk, así, en inglés que les apaña más. Antes representaba ropa de moda, de esa con la que se visten ellos en un showroom en una de sus calles. Las de la Milla de Oro, porque los Cayetanos no son mucho de salir de su zona de confort ¿para qué? Se dirán ellos si tienen todo lo que desean con solo abrir el piquito de oro o extender la mano. Además el mezclarse con la plebe no les gusta…a menos que sea para hacer “limpiezas de rojos o dar paseíllos”, que eso sí les presta.
Cuando saltó el escándalo del padre, duque de Feria -horror de noticias, las víctimas eran niñas pequeñas- doña Naty con buen sentido, los sacó de España deprisa y corriendo, pero el chico Medina a la salida del padre de la cárcel marchó a vivir con él. En solidaridad, contó a la prensa. Con el pederasta…Solidaridad que mostró en declaraciones a los medios con otros abusadores notorios como Mario Testino o Woody Allen.
Ustedes (y yo, no crean) se preguntarán que cosa es esa empresa de nombre inglés que montó el Medinita…Explicaba en la prensa rosa, sin mucho éxito, la verdad, que eran una especie de intermediadores entre las marcas, los publicitarios y los clientes. Es decir: humo.
Hace años me topé con un timador que ejerció de intermediario en unas obras que realizaba junto a unos socios. Me impusieron al fantoche que nos timó de mala manera, a las personas que pagábamos la obra y a los gremios porque recogía el dinero y no abonaba los trabajos. En la tarjeta del timador (aún le maldigo con saña) ponía su nombre y debajo la palabra: Intermediaciones. Recuerdo la chufla que hacíamos (antes de descubrir el timo porque luego no reímos, no) al intentar desentrañar el significado de la palabreja. No he podido evitar el cabreo al toparme con la palabreja que el cachorrico Medina utiliza para definir a su empresa.
Intermediaciones… ¿Qué quiere decir? Pues eso, que vende humo. Pone en contacto a alguien que necesita algo con quien lo produce y se lleva la mayor parte del beneficio. Extracto puro de capitalismo. Genuino y salvaje definición del sistema capitalista. No produce, no trabaja, pero esquilma a quien lo hace porque él tiene contactos, porque es un aristócrata y las puertas se abren de par en par. Imagino al pequeño Almeida correteando por los pasillos de la alcaldía como buen súbdito agradecido a su señor. El intermediario de toda la vida, con glamour y nombre inglés pero igual de camastrón. Nos roba, sí, pero ¡es un Medina! se diría el pobre alcaldito para sus adentros.
Eso hacen los cachorricos de esta aristocracia rancia y podrida que padecemos. La que puebla las calles del lujo, improductivos y sanguijuelas del propio sistema que los mantiene. La que sostiene esos partidos de la derecha (derecha ultra y más ultra) y amparan con sus leyes y patrocinios.
Cuando los ultras atacan a los/as inmigrantes y nos gritan que llegan para aprovecharse de nuestro trabajo, que se niegan a producir y que son vagos e improductivos, yo creo que se refieren a los Cayetanos. Esos cachorros de sangre podrida y ademanes educados que son pura escoria. Escoria aristocrática, eso sí.
María Toca Cañedo©
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