Los Cuñizos

A la larga lista de  apelativos que nos ha producido la pandemia de Coronavirus (uno es precisamente, éste) quisiera añadir el que  encabeza el artículo: el cuñizo. Procede el palabro del apocope producido entre cuñado y cenizo. Me explico.   A estas alturas todas conocemos y damos por sabido lo que  queremos decir cuando apostrofamos a alguien con el nombre o adjetivo de “cuñado” El sabelotodo que no sabe nada. El plasta que en cualquier momento y lugar, aunque le evites y jamás le des comba, te coloca sus filosofías de mercadillo. Tú eludes cabeceando afirmativamente porque sabes que busca pelea, que gana siempre porque a tus razonamientos él/ella expone las suyas extraídas del mismísimo Radio Patio o Radio Barra de Bar, o de Forocoches que viene a ser lo mismo pero en red. Da  igual  que  seas experta en lo que habla, que seas doctorada en lo que expone. Siempre, siempre, sabe más y mejor que tú. Porque tú eres una ingenua, que te crees todo. Porque tú no tienes  los contactos que tiene el cuñado/a por tanto desconoces el meollo del asunto.  Es así de simple.  En todo momento y lugar su fin último es demostrar lo listo, perspicaz, sagaz, despierto, bien informado que es él y lo merluza sin sal que eres tú.

Lo tenemos claro. El drama, queridas mías, es que a esa especie molesta cual mosca cojonera se le ha unido en estos tiempos, el cenizo…Y han hecho simbiosis como esos insectos que  se unen para convivir plácidamente y fastidiar al personal. De ahí surge   la unión o apocope de  palabras que les apunto: el cuñizo.  Esta unión la consiguen, las más de las veces en la misma persona o en siameses que se retroalimentan.

Si te pillan, querida mía, estás muerta. Porque al cuñadísmo, descrito en el párrafo anterior se le une el cenizismo que es algo parecido pero en vidente catastrófista. El cenizo es ese personaje que siempre, pero siempre, extracta de cualquier hecho, por positivo   que sea lo malo, lo peor. Él  llega con su mente afilada y sibilina a los supuestos más extremos a fin de augurar  el desastre. El fin del mundo, vamos. No aporta soluciones, ni disyuntivas ni alternativas ¡Jamás! eso va contra la esencia de estos seres ignotos. Las soluciones son para los otros, ellos solo apuntan, disparan y remueven el miedo y la inseguridad con el fin último de…¡tachan, tachan! Han adivinado: demostrar lo listos que son, lo bien que nos iría si les hubiéramos hecho caso a ellos, porque ellos auguraron hace muuuucho tiempo el desastre que nos acontece y pasamos de su culo. Y por eso tenemos lo que nos

merecemos. Todas. Menos él/la que lo supo ver. La coletilla con que ustedes identificarán a los cuñizos suele ser ésta: «como yo dije, como ya te expliqué pero no me hiciste caso. Como ya había dicho yo…»

Una se los imagina hociqueando como jabalí salvaje entre las noticias y percances diarios en busca y captura de cualquier material empeorable y manejable hasta la extenuación. Toman los hechos, que jamás son perfectos porque están realizados por personas imperfectas -menos ellos, claro está-   los expanden para regocijo de su maltrecho ego y nos los endosan dejándonos maltrechas, con la sensación de que se acaba el mundo y somos tan tontas que no caemos en ello.

Lo que a mí me deja perpleja y suele ser argumento cuando me encuentro algún cuñizo, es preguntarles  ¿Por qué no aplican esa proverbial  sabiduría y videncia a su propia vida? ¿Por qué no han sabido ver las gambadas, las bofetadas que les han dado para vérselas así? Porque, queridas mías, suele ser gente un tanto gris, sin mucho futuro ni pasado. Con un bagaje amplio en malaventuras. Por último y no falla -se enfadan y marchan con el rabo entre las piernas, con bloqueo, enfadito y morrito subsumido- es  pedirles que den opciones. Que expliquen, por favor, desde la cátedra de su conocimiento ¿qué proponen?

Ay, queridas y pacientes  lectoras/es ese momento…Ese momento es magistral porque embadurnan su feroz semántica de farfulleos varios para, como les decía antes, marchar en busca de personal más receptivo. Ya les he dicho que son espécimen que crece de forma favorable en las redes sociales, suelen bloquear o simplemente ignorar con ojo abierto para seguirla a una a ver si tropieza para entrar con fauces de hiena  a olisquear el desastre.

Pero  me dejan tranquila en mi oasis de trabajo activo y estudio de las mil formas que tienen los hechos de mejorar. Les aconsejo a ustedes, por el bien de su salud psíquica en estos duros días que me imiten. Tendrán menos amigos en sus redes, seguro, hasta menos en wassap, pero pasarán  una cuarentena la mar de creativa. Y saludable.

 

María Toca©

Sobre Maria Toca 1674 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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