Mujeres mirando el móvil.
Mujeres volviéndolo a mirar.
Mujeres analizando un mensaje de X.
Mujeres enseñándole ese mensaje a otras mujeres.
Mujeres debatiendo si mandó un beso o no, un icono de
un tipo u otro, si se muestra frío o cálido.
Mujeres ansiosas si no hay comunicación y a merced del refuerzo intermitente.
Mujeres esperando.
Mujeres comentando durante horas, días y semanas lo mal que él lo pasó en su separación, con su anterior pareja, lo herido que está y la comprensión que necesita.
Mujeres dando, dando, dando y poniendo de todo para que funcione la relación.
Mujeres compartiendo acerca de un conocimiento de dos meses como si fuera un vínculo de años del cual nos va a costar mucho prescindir.
Mujeres inventándonos mucho de lo bueno que nos ocurre, la intimidad erótica tan fantástica que tenemos y la generosidad de presencia y disposición que tiene el de enfrente.
Mujeres suponiendo que nos aman por un gesto amable y justificando las carencias ostensibles.
Mujeres conformándonos.
Mujeres sosteniendo.
Mujeres o la heurística de cómo perder el tiempo de vida tal que no fuera nada; nuestra energía, economía, valores, ilusiones, disposición para la ayuda, inteligencia y propósitos.
Todo ese oro que es lo único que poseemos y regalamos sin más, mirando hacia abajo.
Buen día, otro día.
María Sabroso
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