Hace tiempo el precursor de la perfidia discursiva de esta loca carrera para comprobar quien dicen la perversidad más grande, Donald Trump, dijo literalmente : “Podría disparar ahora mismo a la gente que camina por la Quinta Avenida y no perdería votos” Dijo también, con esa locuacidad que le hizo famoso, que restablecería el ahogamiento simulado para los sospechosos de terrorismo. Dijo, sospechosos…
La historia del muro que debía separar México de EEUU ha sido reiterada, incluso aún colea. Hay un mariposario que está en la zona elegida por el loco Trump para el muro que ha tenido que cerrar hace pocos días porque sigue siendo atacado por los fanáticos del ex presidente para que las pobres mariposas no entorpezcan las ideas del jefe. Ante el acoso, la directora del museo ha decidido cerrar las puertas porque las amenazas eran constantes e insufribles.
Los acontecimientos ocurridos en Enero de 2021 en el Capitolio siguen en la retina de toda persona con memoria. Sabemos qué y quiénes encendieron la mecha del odio entre la población norteamericana. Sabemos que el cerebro que espoleó a la gente para entrar como barbaros en la sede popular, peina un estrambótico peinado y su piel se tiñe cada poco de un rojo azufrado.
Famoso fue el bulo de la pizzería Comet Ping Pong, que recibió el nombre del Pizzagate por las graves implicaciones políticas que tuvo. El joven Edward Welch de 28 años, condujo su coche durante 600 kilómetros desde Colorado del Norte hasta Whasington. Estaba convencido que en los sótanos de la pizzería se asesinaban niños después de haberlos disfrutado pederastas famosos. Entró en el local con el arma favorita de los grupos enloquecidos de la ultraderecha yanqui, un AR-15 y se lió a tiros con los que en ese momento tomaban su pizza sin problema. Milagro fue la mala puntería del enloquecido Welch que no consiguió dar en el blanco a ninguno de los comensales pero sí dejar un reguero de heridos y gente con miedo. Alguien levantó un bulo absurdo que fecundó mentes primarias y pudo haber costado muchas vidas.
Durante la pandemia recordamos las estrambóticas comparecencias del Donald Trump en las conferencias de prensa y sus peregrinos comentarios mientras el pobre Fauci palidecía detrás ante las barbaridades que desgranaba su jefe. Que el Covid se curaba tomando lejía, que era invento de izquierdistas controladores…Bazofia perversa que calaba en la población hasta convertirse en un problema de estado la desconfianza en las vacunas y la consiguiente negativa de millones de personas a inocularse el salvoconducto para seguir vivos/as.
La manipulación que realizó el loco de la Casa Blanca ante la pérdida de las elecciones y sus consecuencias las vivimos y los/as norteamericanos las padecen con una fractura del país que siempre fue bastante homogéneo hasta que llegó el tipo infame a gobernar el país que dicen con más poder del mundo. El promotor de las fakes. El creador de los bulos.
En realidad, el señor Trump no creó nada. Sus asesores, entre ellos el defenestrado y luego indultado Steve Bannon, https://www.lapajareramagazine.com/steve-bannon-el-darth-vader-del-conservadurismo-fascista pusieron las bases para que una mente psicopática, ególatra y narcisista pernicioso desarrollara la teoría. De él se exportó a Brasil, Bolivia, Italia…y como un reguero de miasmas por toda Europa y parte del continente Sudamericano.
La mentira, los bulos, las tergiversaciones canallescas en el lenguaje político germinaron con hambre de invadir el cuerpo social. La perversidad que dice “todo vale para ganar” Para ganar hay que manipular, mentir, vender procacidades, calumnias, entrar en la vida privada de los adversarios, desacreditarlos hasta la infamia. Si hay que hacer todo eso y más, se hace. El caso es ganar.
Estamos presenciando en nuestro país una bajada a los infiernos que nos producía risa, aunque pervive el susto de la invasión al ayuntamiento de Lorca, que los infames ignorantes (los llamo infames porque entrar por la fuerza en un lugar donde hay representantes del pueblo, es infame y los llamo ignorantes porque ellos mismos han manifestado su ignorancia ante los hechos…). A empujones, tirando a la fuerza pública, amedrentando a la corporación municipal como los miembros de QAnon en el Capitolio pero sin disfraces. O sí, disfrazados de sí mismos.
La triste España que embiste, la que hiela el corazón, en palabras de nuestro poeta estaba bien representada por los cabestros de Lorca. Fueron engañados, dicen. Los mintieron y marcharon en tromba a secuestrar a la corporación municipal que votaba una ley para proteger a los vecinos del cáncer de las macrogranjas…Mientras ellos creían que defendían sus modestas propiedades de los malignos izquierdistas comeyerbas.
Desde las aceras urbanitas, capitalinas y ligeramente intelectualizadas asistimos, primero con sorna y luego con cierto terror a esta escalada de violencia, mirando con suficiencia a los “pobres ignorantes” que aceptan pulpo como animal de compañía y votan a semejantes cabestros. Nos olvidamos que son millones los que en EEUU, Brasil, Italia, Austria, Polonia, Hungría y parece ser que en España y algo menos pero también en nuestra idealizada, Portugal.
Son muchos millones de personas que se han dejado convencer por los perversos argumentos de una ultraderecha sin escrúpulos. Mala gente que camina y va ensuciando la tierra.
Conozco personas de todos los partidos. Menos de Vox… con gente Vox no tengo relación, no porque yo los excluya a priori sino porque son ellos los que me excluyen a mí. Lo cual me parece perfecto porque me evitan la molestia de mandarles a la mierda. Puedo decir que tengo amigos/as en el PP, Psoe, Unidas Podemos, Bildu, PNV, ERC.
Y lo fácil es creer en conspiranoias. Lo fácil es creer que hay unos tipos malos que siempre vienen de fuera, son “Los Otros” llámense judíos, moros, chinos, extranjeros, mexicanos, negros, latinos…Son “Los Otros” el enemigo exterior quien nos produce el terror de no tener seguridades eternas. Son “Los Otros” quienes nos arrebatan el trabajo, quienes cobrando paguitas nos roban el dinero de los pobres españoles (aquí pongan ustedes la nacionalidad que quieran) recaudamos con nuestro trabajo. Son “ellos” los impuros. Los malos. Llámense socialistas, sanchistas, podemitas, catalanes (así, a cascoporro, sin distinción) vascos, chinos, latinos, negros, moros…Hasta el infinito y más allá. Claro que las fobias son intercambiables entre sí.
He escuchado a mexicanos despotricar de hondureños. A cubanos de venezolanos. A venezolanos de cubanos. A gays de negros. A gitanos de gays. A peruanos/as de chilenas… Para no aburrir, a todas de todos. Porque el mal siempre está en “Los Otros” Con esa premisa llegan los perversos, que se lo saben muy bien, dando forma al argumentario y
Odio contra niños solitarios que viven en refugios amparados por el estado. Odio contra inmigrantes que huyen de guerras infames (que son producidas por los intereses espurios de los mismos que nos venden el mensaje) de hambrunas, de sistemas políticos atroces. Que han sido violadas, vejadas y humilladas y están dispuestas a salir adelante, a luchar con uñas y dientes por una sociedad más y mejor con tal de ser acogidos con calor. Odio y desprecio a mujeres violadas, maltratadas incluso negando el minuto de silencio ante el crimen machista. Acusándonos, a las feministas, de buscar privilegios y las consabidas paguitas. Hemos visto las marchas de odio contra los centros de menores. Los discursos plenos de falacias, de desprecio larvado que se introduce en la mente de personas asustadas y lamina la mejor parte del alma social que tenemos (menos los perversos narcisistas y los psicópatas) Trayendo un gusano larvado que corroe la parte de bondad, de justicia, de equidad que tenemos y los transforma en odio. Y nos encanalla. A toda la sociedad.
Para acabar les hago una pregunta ¿Creen ustedes que alguien que miente, engaña, calumnia, difunde bulos, es capaz de hacer algo bueno por su país, por su gente, por la sociedad? Yo no creo que se pueda escribir derecho con
María Toca Cañedo©
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