Tenía mucha razón el otro día, Iñigo Errejón cuando le espetó a la sublime Monasterio que las chicas y los chicos de colegios privados estaban muy mal educadas. El circo producido por los impresentables de la ultraderecha en el Parlamento ha subido varios enteros nuestra perplejidad, con las carreritas para coger sitio, cuál escolares afanosos de dar la nota porque se saben los tontos de la clase y con el pataleo posterior ante la toma de acta de los diputados catalanes presos. Condecoración merece el parlamentario José Zaragoza por quedarse encerrado entre los cachorros de Medievo españolista, ganas daban de enviarle bomberos al rescate. Con todo, no es la esperable gamberrada lo que molesta más es que preveemos que seguirá la juerga. Era y es previsible que hagan del parlamentarismo el mismo circo mediático que utilizan como resonancia a su nulo discurso y mentiras bien orquestadas. Se sabe, porque lo han dicho, que para ellos estar en el escaño es simplemente una forma de dar salida a la violenta caspa españolista. Tienen derecho, sí, por supuesto, pero nos van a dar la nota sin recato porque es la forma que tienen de salir en los medios que venden casquería política tal que comercian con casquería de corazón. Y esa es su forma de pescar en el río revuelto del populismo ultraderechista más casposo.
Se sabe que en los realitys se pide y se elige a los participantes por su capacidad de crear bronca -espectáculo, lo llaman los popes de las audiencias- Si no eres capaz de pelearte por una croqueta, dejar las bragas en el suelo, no ducharte en días y hacer un edredoning con uno o varios participantes, no te comes nada. Y estos magos del espectáculo casquero lo saben y lo practican. Veremos sacar más conejos de la chistera, recuerden la voz tronante del macizo Ortega Smith la noche electoral cuando aseguraba a sus fans que llegaban al Parlamento para que se oyeran sus berridos. Y sus patadas y sus rebuznos, le faltó decir pero estaba implícito.
Con otras formas pero no mejores, están los ojos disparadores de odio adrenalítico de Carlos Alberto Rivera y su mirada de fulgor anfetamínico a las señorías catalanas cuando tomaban posesión de los escaños. Recordemos, por si se olvida, que han sido los votos de la ciudadanía quienes los han puesto ahí. Cuando patean y miran con odio a Junqueras, es a los miles, cientos de miles de votantes catalanes que los han elegido, también a millones de españolas, que como yo y muchas de ustedes, aborrecemos esa forma de hacer política. Ahí estuvo sembrada Batet cuando dijo que los/as parlamentarias eran del pueblo pero no el pueblo. Nos tragamos a estos impresentables…porque detrás hay votos. Nos molestan, nos irritan pero jamás impediríamos su participación, es más, pelearemos por el derecho que tienen a estar, mirar y rebuznar.
Ellos no. Ellos anulan, vician con miradas de odio visceral lo que debiera ser un día de celebración y buenas formas. Luego se rasgan la camisa cuando alguien les escrachea o les recrimina por su nombre de pila:ultraderecha violenta. Fachosillos de pacotilla. Ayyy, que dolor, no me llames lo que soy que no me gusta.
Les recordamos a las señorías de los pateos y las miradas alucinógenas, que los señores diputados presos están sin sentencia, en absurda prisión preventiva pues se dieron todas las condiciones de ponerles en libertad antes de juicio. Solo la venganza más falaz los ha mantenido en la cárcel. Les recordamos que esta justicia rastrera aprovecha cualquier resquicio para pasarse la patata caliente de unos a otros, utilizando trucos de mal tahúr para torpedear el mandato de las urnas. NO ESTÁN CONDENADOS; es probable (muy) que no lo estén nunca y que tengan que ser los Tribunales Europeos los que saquen los colores a la malquerida y maltratada justicia española.
Miren, si yo no estuviera a favor del derecho a decidir, del derecho a la autodeterminación de todos los pueblos, les aseguro que ver el comportamiento machunesco/matón/macarra de esos señores que fueron a colegios privados de postín, me haría cuestionarme muy mucho las ideas al respecto ¿Cómo les pedimos que se queden con esa forma de tratar a sus representantes? ¿Con qué autoridad moral hablamos de desprecio a España después de ver lo ocurrido el 1 de Octubre y en el Parlamento los pateos de la toma de posesión?
Sabemos perfectamente la respuesta que darían los chicos de la ultraderecha a mis preguntas: por huevos. Por huevos se quedan, por huevos están presos, por huevos se hace lo que yo digo porque para eso soy lo que soy, que usted no sabe con quién está hablando.
Con este argumento tatuado en la piel de la carcundia derechil tenemos que batirnos. Sin concesiones, con el desprecio que merece su mala educación, su falta de principios democráticos pero con la determinación de borrarlos de las urnas. De las urnas, queridos, no como vosotros que nos borraríais del mapa.
Menos mal que nos queda don Amancio Ortega; de vez en cuando se desprende de calderilla para cerrar bocas, hacer una buena campaña de imagen que tape la esclavitud infantil en India, Indonesia, Brasil…la sangrienta forma de hacerse millonario y nos dona unos milloncejos para salvar vidas. Las que él quiere, las que él decide. Con lo que ÉL considera que debe tener la Sanidad española. Por huevos y sin pasar por el fisco. Que también.
María Toca
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