Dicen los taxonomistas,
expertos en roedores ,
que las cortes de justicia ,
de este pobre planeta llamado tierra,
han sido invadidas
por una plaga de ratas de alcantarilla
de la repugnante variedad
“Paquita, la culona”,
que se mueven a dos patas
por todos los tribunales del mundo
con estúpida arrogancia,
dando les la sensación
de que esta variedad de animales
ha retrocedido gran cantidad de peldaños
en la escala evolutiva que va desde
el animal hasta el hombre, tal y como
Luís Cernuda relatara,
de algunos humanos,
en su Díptico Español,
al haber abandonado la timidez
de exhibir públicamente su gran cortedad de miras , falta de equidad
en las sentencias que emiten
y considerar un rugido o pesadilla total,
tener que aplicar el principio jurídico,
que la legalidad democrática impone,
de que “todos los humanos son iguales
ante la ley” ,
descarrío mental de estos roedores
bípedos, que atemoriza a todo humano decente
que quiera preservar al mundo
de la contaminación del fascismo universal,
por lo que han sido indexadas en el árbol filogenético animal,
con las características de roedores inmorales de dos patas,
comunión dominical,
puñetas y cruz gamada tatuada en el alma,
para no ser confundida,
su barata dignidad,
con la de sus familiares de origen,
que andando a cuatro patas,
felices entre la mierda,
nunca aplaudieron el golpe de estado,
de “ Paquita la culona”,
pues en ese criminal periodo, el hambre entre la población española fue tal,
que para poder sobrevivir,
hubo algunos españoles que
tuvieron que comer las ratas de cuatro patas,
como manjar especial para no morirse de hambre.
Enrique Ibáñez Villegas
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