La población de Cantabria tiene derecho a estar informada sobre la situación de tramitación de los distintos polígonos eólicos que afectan a nuestra Comunidad Autónoma. A continuación denunciamos de forma rotunda la ilegalidad de los procedimientos y la parcialidad y las irregularidades que está cometiendo la administración autonómica en sus actuaciones. Los Gobiernos autonómicos cambian, pero no sus intereses.
Avalancha de polígonos eólicos en Cantabria:
El polígono eólico del Escudo, que afecta a los municipios de Molledo, Campoo de Yuso, Luena y San Miguel de Aguayo, es el buque insignia de las empresas Iberdrola, Banco Santander y Ocyener (Biocantaber S.L.), y del Gobierno de Cantabria, y constituye un atentado de gran magnitud contra nuestras reservas de agua y los valores naturales y culturales de la Comunidad Autónoma de Cantabria.
El Gobierno Autonómico de Cantabria autorizó los sondeos de este polígono eólico en enero de 2023, pero unos meses después se pararon: estaban perforando en zonas encharcadas, habían pisado turberas al acceder con maquinaria pesada, no cumplían lo que les exigía la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Un desastre. Sin embargo, el nuevo Gobierno levantó en noviembre esa suspensión y volvió a autorizarlos, en contra de las pruebas gráficas que nosotros mismos presentamos en una denuncia ante la Fiscalía y ante varias direcciones generales del MITERD y del Gobierno de Cantabria. La Plataforma en Defensa de la Cordillera Cantábrica solicitó medidas cautelares ante el TJS de Cantabria, pero fueron desestimadas. Además, se ha presentado varias demandas con petición de medidas cautelares ante el Tribunal Supremo en Madrid por parte de la Plataforma en Defensa de la Cordillera Cantábrica y otras entidades y plataformas, entre ellas la Asociación Territorio Cántabro (TC), que representa a los Colectivos Vecinales en Defensa del Territorio.
– Un total de cinco polígonos más están en tramitación avanzada en el sur de Cantabria, afectando a los municipios de Molledo, Santiurde de Reinosa, San Miguel de Aguayo, Campoo de Yuso, Campoo de Enmedio, Las Rozas de Valdearroyo, Valdeolea y Valdeprado del Río, a saber: PE Somaloma-Las Quemadas, Cuesta Mayor, Alsa, Campo Alto-La Costana y Bustatur. Todos ellos han recibido ya la autorización de construcción de la Consejería de Industria, y contra todas ellas Territorio Cántabro ha presentado los recursos de alzada correspondientes, etc.
– PE Cotío, Olea, Ornedo, Henestrosas y Morosos. Estos polígonos no han recibido la DIA positiva ni autorización administrativa previa, pero siguen proyectados, afectando a los municipios de Valdeolea, Valdeprado del Río, Valderredible, Campoo de Enmedio, Hermandad de Campoo de Suso y Las Rozas de Valdearroyo.
Polígonos Eólicos en Cantabria: una historia de ilegalidades e irregularidades cometidos por la Administración en contra de la población.
La tramitación de los polígonos eólicos en Cantabria es una historia de irregularidades, incumplimientos de algunas leyes y modificación de otras ad hoc para permitir su construcción cuando la ley lo impide.
1-Para empezar, se están tramitando instalaciones energéticas sin planificación, ya que el Plan de Sostenibilidad Energética está caducado desde hace tres años y el nuevo sigue en tramitación. Las promotoras proponen y la administración intenta complacerlas, sin que haya habido una evaluación de la demanda energética de nuestra Comunidad.
2- Como los polígonos están proyectados en suelo rústico de protección especial y en montes de utilidad pública que no permitirían su construcción, la Administración busca soluciones ad hoc: pone a disposición del promotor, mediante concesión para el aprovechamiento forestal durante un periodo de 30 años, los terrenos catalogados como Montes de Utilidad Pública (MUP) y que son propiedad de diversas Juntas Vecinales, para ser explotados como polígonos industriales de energía eólica. Además, se está utilizando la Ley 2/2001, Art 116, que regula la autorización de construcciones propias del suelo rústico y excepcionalmente viviendas unifamiliares y negocios turísticos, para la autorización de construcción de estos polígonos industriales en las cordales de los montes. Un despropósito.
3-Actuación del Servicio de Montes. No sólo utilizan las leyes del Servicio de Montes a su gusto, sino que además los funcionarios del Medio Natural ni siquiera cumplen sus funciones. Cuando varias personas subimos a la Sierra del Escudo a constatar las afecciones ambientales de los sondeos y comprobar que no estaban cumpliendo la DIA ni la autorización, llamamos al Seprona y a Montes. Pues bien, el Jefe de Sección Forestal Nº 5 del Servicio de Montes, Javier Carrasco, nos respondió telefónicamente de malas maneras que no pensaba subir y nos colgó la llamada. Era su obligación acudir ante la denuncia de un posible delito, pero se ve que alguien le había dicho que de eso, nada.
4- Modificación de la CROTU. Ya lo denunciamos en una nota de prensa hace unos meses: al apartar a los colegios profesionales de la CROTU, el Gobierno consiguió que los cargos políticos fueran mayoría y que resultara más fácil dar luz verde a proyectos ilegales. Y así sucedió con el proyecto de El Escudo: en la ponencia técnica, votaron en contra cuatro colegios profesionales, mientras que los cargos políticos lo hicieron a favor. Ya lo dijo Roberto Media, Consejero de Fomento: se trata de “agilizar el proceso y acortar plazos”.
5-Fragmentación. Se están tramitando como distintos polígonos un conjunto de decenas de aerogeneradores que comparten vías de evacuación, lo que permite a las promotoras ahorrarse una evaluación de impacto ambiental más restrictiva, que seguramente paralizaría los proyectos.
6-Simplificación de la evaluación ambiental. El Decreto-ley 6/2022, de 29 de marzo, por el que se adoptaron medidas urgentes en el marco del Plan Nacional de respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra en Ucrania, establecía “medidas de agilización de los procedimientos relativos a proyectos de energías renovables”, lo que, de cara a posibles nuevos proyectos que se presenten para su tramitación, potencialmente facilitará y acelerará su aprobación y tramitación.
7 –Evaluación de Impacto Ambiental fraudulenta del PE El Escudo:
El Dtor. Gral. de Biodiversidad del Gobierno de Cantabria solicitó a Biocantaber SL en fecha 04/03/2020 “por todo lo expuesto, se considera necesario la modificación del EsIA y del proyecto en los términos considerados en el presente informe y, en la realización de una nueva fase de información pública, al considerar estas modificaciones sustanciales respecto a la documentación sometida a información pública actualmente”. Dicha información complementaria, aportada por la empresa en junio de 2020, no fue sometida a información pública. De esta manera, se invalida el proceso de Evaluación de Impacto Ambiental.
La Montaña de Cantabria: tierra de sacrificio.
¿Y qué quieren conseguir con este atropello de irregularidades y uso fraudulento de la ley? Pues sacrificar las montañas de buena parte de Cantabria, hipotecar el futuro de nuestros valles y pueblos para beneficio de unas pocas empresas que buscan hacer dinero rápido aprovechando la coyuntura: Europa pone los fondos, y ellos se llevan el pastel.
Los daños sobre los valores ambientales y culturales del territorio cántabro serían enormes. Nos pintan los polígonos eólicos como verdes y sostenibles, pero resulta que para construir los molinos dependemos de los combustibles fósiles y de materiales escasos. Además, ¿es sostenible algo cuya vida útil son 20 o 30 años a lo sumo? Y después, ¿qué hacemos con ellos, los dejamos tirados en el monte, como sucede en el límite entre Burgos y San Pedro del Romeral?
Construir polígonos eólicos es industrializar el monte: requiere mover miles y miles de toneladas de tierra, desbrozar grandes superficies, abrir pistas, atravesar regatos, perforar tierra fértil en la que hay manantiales y reservas de agua catalogadas pero ninguneadas en los estudios de impacto ambiental de estos polígonos.
El PE El Escudo es un caso flagrante, ya que afecta de manera directa a la Red Natura 2000 y a hábitats prioritarios, fundamentalmente a superficies de turbera. Estos humedales gozan de la máxima protección ambiental en la Unión Europea porque capturan el CO2, es decir, ya luchan de por sí contra el cambio climático. Además, son reservas de agua para las poblaciones humanas y los animales de su entorno. ¿Qué sentido tiene destruirlas por una supuesta “transición energética”? Pero eso no es todo: El PE El Escudo, junto con los de Campo Alto-La Costana, Cuesta Mayor y Alsa, afectarían al acuífero subterráneo «Puerto del Escudo», que abastece de agua a una población de 99.339 personas, y al tramo del río Pas III, que abastece de agua a 91.930 personas, es decir, Torrelavega, Santander y sus alrededores. Los vecinos de los pueblos somos los más afectados directamente, pero esta es una lucha de toda la población de Cantabria: son la tierra y los recursos de toda la Comunidad Autónoma de Cantabria los que están en juego.
Fig. 1: Mapa de zonas húmedas y masa de agua subterránea en Puerto del Escudo, Cantabria. Fuente: Instituto Geológico Nacional. Ministerio de Medio Ambiente de España.
Decíamos que estos sacrificios no impedirán la crisis climática y ecológica, que la industria eólica no es la solución. Pero es que además nos venden que los polígonos eólicos nos ayudan a luchar contra la despoblación, generan puestos de empleo. Más falsedades que pueden comprobar ustedes mismos leyendo un informe del mismo Banco de España del año 2023 al respecto. Pensemos en Soba, el único ayuntamiento de Cantabria con molinos en sus montes. Allí se construyó el primer polígono eólico de Cantabria: la primera fase, Cañoneras I, se inauguró en 2008 con 21 aerogeneradores; la segunda, Cañoneras II, fue puesta en servicio en 2010 y cuenta con 17 aerogeneradores. Se suponía que con ello llegaría riqueza al valle y se frenaría la despoblación. Pues bien: Soba es el municipio más pobre de Cantabria, con una renta bruta anual por persona de 12.424 €, y su población ha caído de 1.427 habitantes en 2008 a 1.108 en 2023. Juzguen ustedes mismos.
Y la ambición de las empresas no termina con los polígonos que hay en tramitación, el sacrificio no se reduce al centro o al sur de Cantabria. Recientemente hemos tenido noticias de que representantes de promotoras están visitando distintos concejos y juntas vecinales en busca de montes donde plantar sus polígonos. Concretamente, se trataría de los proyectos “Astillero I y II” en los municipios de Villafufre y Santa María de Cayón y de los polígonos “Fuente Pico” y “Sierra del Sel” en Ruesga y Junta de Voto. Además, han preguntado también en Penagos y Liérganes. ¿Recuerdan ustedes aquel mapa de exclusión eólica que el Gobierno anunció a bombo y platillo, y que ya denunciamos porque no tenía ninguna validez jurídica? Pues ahí lo tienen. Las empresas siguen buscando montañas que explotar, la amenaza se agrava en el centro y sur de Cantabria y vuelve a los Valles Pasiegos y a Trasmiera.
Fig. 2.- Mapa de tramitación de polígonos eólicos en Cantabria. Fuente: Colectivos Vecinales en Defensa del Territorio, Cantabria.
¡No a la especulación con nuestros montes!
El Gobierno de Cantabria pone a los consejeros autonómicos al servicio de las empresas eléctricas para promover los intereses de éstas, incumpliendo la propia normativa de la Comunidad Autónoma de Cantabria en la tramitación íntegra de los expedientes de polígonos eólicos en Cantabria. En concreto el del PE El Escudo presenta indicios de actuación delictiva desde hace ya casi cuatro años.
Los promotores de los polígonos eólicos en Cantabria responden a la perfección al tipo de figuras económicas propio del modelo actual. Los proyectos parten del tejido financiero transnacional y dependen de las cotizaciones en bolsa. Para estas empresas, no se cansan de repetirlo en sus declaraciones, las energías renovables son oportunidades de negocio. Como táctica publicitaria , junto al lucro, a través de sus lobbies mencionan otras cuestiones, por ejemplo hablan de aprovechar el viento para importar menos y reducir la dependencia energética de España, mitigar el efecto invernadero, o crear actividad económica y empleo. Pero la realidad es que ninguna de estas cuestiones tiene trascendencia a la hora de tomar sus decisiones empresariales. Los habitantes de Cantabria no les importan nada, y el territorio cántabro menos aún. Lo que realmente importa es la posibilidad del lucro y el resto es meramente tangencial.
La sociedad cántabra empieza a preguntarse cómo es posible que los que nos gobiernan no nos protejan.
La sociedad cántabra tiene que dejar clara su oposición a esta forma de imponer un mapa de destrozo eólico promovido por las empresas del oligopolio energético y favorecido por los sucesivos Gobiernos Autonómicos de Cantabria.
A los cántabros y cántabras que vivimos en las montañas, en los valles y en la costa nos une la necesidad de proteger nuestra calidad y nuestra forma de vida, que depende en gran medida en preservar los montes que aún hoy siguen dando nombre a nuestra tierra: LA MONTAÑA.
Y es que cada vez son más las personas y argumentos que se oponen a la forma en la que se está llevando a cabo esta burbuja. No todo vale en nombre de la descarbonización. Sobre todo cuando ésta se realiza con una falta de planificación, en claro fraude de ley y destrozando espacios de especial protección como es el caso de la Sierra del Escudo. Un auténtico despropósito. Un ecocidio sin precedentes en nuestra comunidad y de consecuencias irreversibles para las generaciones futuras.
¿Es este el futuro que queremos para Cantabria? Las montañas destrozadas convertidas en polígonos industriales eólicos y los valles y la costa saturados con el modelo urbanístico, industrial y económico “made in Ibiza”? ¿Dónde y de qué vamos a poder vivir las cántabras y los cántabros, expulsadas de las montañas, de los valles y de la costa?
No permitiremos que esto suceda.
CANTABRIA SE DEFIENDE, DESDE LA MONTAÑA HASTA EL MAR.
Colectivos vecinales en defensa del territorio
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