Tuve que leerlo dos o tres veces. Al principio pensé que era una de esas cadenas absurdas que se envían con motivos espurios. A punto de borrarlo, algo llamó mi atención, sin precisar bien el qué. Bajé los ojos por el escrito; encontré que era respuesta a otro mail. Leí con cierta curiosidad, encontrando rastros de escritura profesional algo reconocible. Me dije: esa escribe. Al fijar los ojos en la firma encontré mi nombre: Jara. Eso fue lo que me dejó estupefacta, porque no hay tantas personas que se llamen así, creo que ninguna osaría escribir a un extraño y que ese extraño me remitiera a mí el mail. No podía ser fruto de casualidad. Revisé de nuevo, como si mirara cajones olvidados en la memoria, encontrando un ligero atisbo de recuerdo.
El primer mail escrito, estaba fechado en el año 2012. Eso podía explicarlo todo. Cinco años han pasado y una vida que se dio la vuelta, quizá fuera la causa de no reconocer ni mis propias palabras. Una lectura más atenta dio la pauta a la memoria perdida. Sí, fui yo. Sí, escribí a ese tipo. Ni sé por qué, ni cuando, ni como le conocí. Al releer mi texto encontré a un ser más liviano, que aún coqueteaba, que exprimía las palabras queriendo agradar, haciendo guiños de compostura con el estilo. Tan lejana de la que soy ahora, que me sorprendió encontrar a una desconocida. La de ahora, es caustica, cortante y con tan poco humor, que siento a veces, que me abruman mis propios pensamientos.
Esa a la que ahora releía tenía tan poco que ver con la mujer de ahora, que sentí el revulsivo de ser usurpadora.
Él, respondía cinco años después. Decía que encontró el mail perdido, revisando un antiguo correo. Sintió la curiosidad de conocer más de mí, que le encantaba mi nombre y lo que le contaba. ¿Cómo responderle que ya no existía la persona buscada? ¿Cómo decirle que borré hasta mi nombre? Porque ahora firmo tal que J. del Carmen Morante. Y que por eliminación los nuevos conocidos me nombran con el simple Carmen. ¿Cómo decirle que enterré aquella mujer hace tanto tiempo que ya ni la recuerdo?
Comencé a contar. Va para dos años que sigo contando.
MariaToca
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