«Demasiado»

Nunca se es «demasiado» emocional cuando vemos en riesgo nuestras relaciones afectivas o amorosas, cuando nuestro/a amante amenaza explícita o directamente con marcharse.
Hemos adoptado una lógica racional que nos anima a la desafección, a romper y que nos rompan el corazón cada cinco meses y actuar como si nada pasara.
Las relaciones amorosas y afectivas no son intercambios comerciales, no se basan en lo que «me aporta, me da o suma».
El amor no es un negocio ni un ejercicio de cálculo matemático, una ecuación exacta.
Son vínculos emocionales, vínculos de conexión.
Esta necesidad nuestra de conectar emocionalmente con cierto apego seguro, a unas pocas personas al menos, es el resultado de años de evolución.
Las personas que amamos y que nos aman actúan muchas veces como reguladores ocultos de nuestros procesos internos. Y nosotras de vuelta.
¿Cómo denominar «demasiado» a las consecuencias del rechazo o el abandono cuando estos disparan los mismos circuitos cerebrales que el dolor físico?
Nuestros seres amados son nuestro refugio en la vida ( en nuestro mundo turbo capitalista cada vez menos personas y con más fuerza) y el pánico primitivo a estar solos y solas y a perder la conexión, esos disparadores, nunca pueden ser considerados «demasiado».
Salvo, de nuevo, para quien tiene de sobra o vive de espaldas a sus propias necesidades.
La prioridad emocional está incluso por encima de la de comer.
Lástima que señalemos como disfunción nuestro auténtico imperativo de supervivencia, ese que se enuncia:
– ¿Estás conmigo? ¿Estarás mañana?
¿Te importo?
Buen día, otro día 😊
María Sabroso.
Sobre María Sabroso 132 artículos
Sexologa, psicoterapeuta Terapeuta en Esapacio Karezza. Escritora

2 comentarios

Deja un comentario