Elena Fortún, seudónimo tomado del nombre de un personaje de una novela de su marido, es Encarnación Aragoneses, escritora y creadora de un personaje infantil delicioso: Celia.
Nació en 1886, a poco de cumplir 20 años se casó con Eusebio de Gorbea, militar, autor teatral, actor de cierta fama.
Comenzó su andadura literaria, creando el personaje de Celia para la revista Blanco y Negro, construyendo un personaje de niña, un tanto especial que le permitió expresar su independencia e ideario. Tal fue el éxito cosechado, que el editor Aguilar se fijó en él, animandola a realizar un trabajo más amplio, en forma de novela. Nació la saga de Celia, de enorme éxito en el periodo anterior a la guerra. Carmen Martin Gaite, gran admiradora de Fortun, nos dice: utilizar a una niña le sirve a la autora de parapeto para colar sin escándalo sus ideas revolucionarias, como hizo María Lejárraga al utilizar a su marido, Gregorio Martínez Sierra, como transmisor de la suyas en las obras de teatro que le escribía, y que este hacía pasar por suyas. No sé si es afortunada la comparación, aunque sí que ambas fueron muy amigas.
En contraposición al éxito editorial en su vida personal es desgraciada; es infeliz en su matrimonio. Hay un testimonio de Fortun que nos puede dar idea de la condición de escritora y casada que lleva: Entonces (con su éxito) me empezó a odiar Eusebio, que siempre se había dado mucha importancia conmigo”.
Elena Fortun, no obstante, sigue a su marido en los diversos destinos de este como militar. A su regreso a Madrid, debido a la mejora económica que tiene por la edición de sus novelas, se instalan con cierta comodidad en la capital. Comienza su andadura social en diversas asociaciones de carácter cultural, republicano y feminista. Destaca su pertenencia al Lyceum Club, que dirige María de Maeztu, en donde conoce a Carmen Baroja, María Rodríguez y María Lejárraga.
Elena Fortún, aunque vive en tiempos convulsos, mantiene un ideario republicano, cercano al partido de Azaña, no se adscribe a partidismo alguno, formando parte de lo que se ha dado en llamar la Tercera España, donde se pueden clasificar también, Manuel Azaña, Juan Ramón Jiménez, Clara Campoamor, Chaves Nogales…Malos tiempos para mantener cordura y una postura aséptica o neutral, debido a eso, es posible que la figura de Fortún pasara desapercibida y oculta durante muchos años.
Vive una vida sembrada de tragedias. Pierde a uno de sus hijos, a los diez años, lo que la lleva a buscar formas paralelas de comunicación con la muerte y deja a ambos padres, aquejados de un dolor grande. A la vez, no encuentra felicidad en su matrimonio, pero se ve incapaz de romperle, aunque ella misma reconoce que debiera hacerlo. Vive una amistad sentimental con Matilde Ras, escritora y grafóloga científica, feminista conservadora y católica. Fortún, escribirá una novela ocultada durante años, sobre el sentimiento lésbico: Oculto Sendero. La relación de las dos mujeres se rompe, cuando Fortún marcha al exilio siguiendo a su marido, algo incomprensible, decisión que ella misma detesta.
Es de imaginar el trastoque moral, el dolor producto de unos lazos culturales que conllevan la cobardía de no asumirse, de no vivir de acuerdo a la propia condición. El valor, la independencia de la autora florecen en el personaje infantil de Celia, posiblemente el escape que utiliza en su propia defensa.
Cuenta con admiradoras de postín, como la citada Carmen Martín Gaite, que realizó un trabajo sobre ella, también es admirada por Carmen Laforet y Carmen Bravo Villasante.
En el escrito de Martín Gaite, refleja la triste realidad de la vida personal de Fortún y sus amigas: Los testimonios personales de estas mujeres suelen ser tristísimos, y hablan de la dificultad de sus luchas sociales, de la incomprensión de las gentes, empezando en muchos casos por la de sus propios maridos, que las hicieron infelices a casi todas ellas, de la soledad en que vivían y en el caso de las que eran lesbianas, de las penalidades que originaba su secreto… Elena Fortún no fue la excepción: ya el año 24 reconoce que habría tenido que separarse de Eusebio de Gorbea
En los años ochenta, la estudiosa de su obra, Marisol Dorao, consigue el manuscrito de una novela desconocida de Fortún. Se lo entrega la que fuera su nuera, que reside en EEUU. Una bolsa vieja, llena de papeles, guarda el tesoro de su novela secreta: Celia en la revolución, que es una crónica descarnada y neutra del tiempo vivido en Madrid en el periodo de la Guerra Civil, en plena revolución. La protagonista ha crecido, es una chica de quince años, que contempla el hambre, el miedo, el dolor de una ciudad inmersa en un proceso que apenas entiende. Dejo un párrafo que define bien sus sentimientos : Yo me había figurado las revoluciones con muchedumbres aullando por las calles. Aquí hay silencio, polvo, suciedad, calor y hombres que ocupan el tranvía con fusiles al hombro»
Tristeza que camina pareja a la de la autora. Exiliada en Buenos Aires, añora el tiempo que vivió en Madrid. En uno de sus viajes, a España, el marido que se ha quedado en la casa de Buenos Aires, abre la llave del gas y se suicida, lo que la sume en una tristeza añorante. Años después, el hijo que le queda, también se suicida. Termina su vida en soledad, viviendo en Barcelona, en un país que no tiene nada que ver con su tiempo. Olvidada y solitaria, pasea su tristeza por una ciudad que apenas conoce. Vuelvo a dejar sus palabras que reflejan mejor la tristeza que mantiene: A veces voy por la calle, veo mi sombra en el suelo y pienso que así la veré ya, sola siempre
Toda su obra merece revisión, por la calidad literaria y ser fiel reflejo de la época que vivió, mostrada por los ojos perplejos de una vivaz niña que hace de crisol de la historia.
El 2016 fue reeditada su novela: Celia en la revolución, con un maravilloso prólogo de Trapiello, donde dice que esa novela, la hubiera querido escribir Baroja, porque Fortún vivió lo que él describió de oídas.
Una gran escritora, una triste y malograda vida, y una obra que merece revisión
#MariaToca
Todavía guardo esos cuentos Con ellos aprendí a leer.»Cuchifritín»,»Matonkikí»….
que alegría Maria, porque es una gran desconocida, animo a que la conozcan y lean. Su última novela, es muy interesante para conocer la vida en el Madrid de la guerra. Da una imagen triste, poco romántica de la revolución, todo bajo los ojos de una jovencita. Es una gran autora.
Me gusta leer este resumen porque yo de joven leia aCelia