“El matrimonio nunca me atrajo, He preferido estar en una especie de comunidad: una casa grande con mi taller y mis animales, gatos y amigos, y con un hombre que es más bien un amante y otro que es más bien un amigo. Y siempre ha funcionado”.
Leonor Fini
Del matrimonio de Malvina Brani Dubich, italiana, y del argentino Herminio Fini, nació Leonor Fini, el treinta de agosto de 1908, en Buenos Aires. Apenas contando unos meses la pequeña Leonor, la pareja se disuelve entre discusiones dramáticas y la familia de Malvina impide al padre que vea y tenga contacto con la niña. Herminio Fini, enfurece y amenaza con raptar a la pequeña y llevársela consigo, por lo que la madre, opta, primero, por vestirla de niño y más tarde, temerosa de que las amenazas paternas se cumplan, marcha a casa de un hermano que reside en Trieste. Leonor, de natural rebelde, hermosa y poco dada a disciplinas, quizá también, condicionada por el trasiego familiar, se forma como autodidacta leyendo los libros de arte del tío y visitando los museos que están a su alcance. La fascinan los clásicos y comienza a pintar apoyada por su tío, Ernesto Braun, influyente hombre de negocios y amante del arte.
Leonor no se forma como pintora en ninguna escuela, como dijimos, es totalmente autodidacta. Visita las morgues de la ciudad con el fin de estudiar los cuerpos con detalle y pintar a los muertos. Comienza a imaginar formas, colores e imágenes en general con gran originalidad. De muy joven sufre una acepción en los ojos lo que la obliga a llevarlos tapados durante dos meses. Durante ese tiempo desarrolla la imaginación, trasformando los volúmenes en imágenes y colores que intuye y recrea.
En 1929 marcha de Milán a París, a su llegada contacta con Paul Cartier-Breson que la fotografía desnuda. El surrealismo está en auge en la capital parisina, Leonor, conoce a Jean Coteay, Bataille, De Chirico, Dalí, Alberto Moravia, Picasso, y Marx Ernts de quien se hace amante por un tiempo. Pronto participa en una exposición colectiva con el resto de artistas. Leonor Feni, no quiere ser la musa de los pintores masculinos, ni convertirse en inspiración, reniega de las condiciones que imponían los artistas a las mujeres que les rodeaban. Ella tiene un concepto del género peculiar. Se considera andrógina, no se define como mujer, o no solo como mujer. Leonor Feni, se vestía de hombre en ocasiones, se teñía el pelo de azul, paseaba con máscaras y sus pinturas comienzan a mostrar mujeres vigorosas, fuertes, con talante dominador, frente a hombres débiles, subyugados y dominados por ellas. Tuvo un breve matrimonio, con Federico Veneziani que acabó pronto.
En 1936, Julien Levy la invita a exponer en Nueva York, junto al grupo de surrealistas, Ernst, Cornell, Pavel, Tchelitehew. Vive durante un tiempo con Leonora Carrington y Max Ernst, en Francia, en ese tiempo, la pareja Carrington Ernst vive su amor. También comparte vivienda con Dalí y Gala.
Durante un tiempo realiza retratos de personajes celebres, siendo el más famoso el realizado a María Felix, también realiza los de Jean Genet y Anna Magnani entre otros. Durante la II Guerra Mundial se refugia en Montecarlo. En Roma conocerá a Stanislao Lepri, alto diplomático con una carrera prometedora, con el que contrae matrimonio. Una vez casados le convence de que abandone su carrera para dedicarse al arte, lo que era sueño oculto del hombre, siendo desde entonces pintor también. También diseñó vestuario, decoración de teatro, incluso creó para Elsa Schiaparelli, el frasco del perfume Shoeking.
Durante los años setenta escribe novelas, realiza ilustraciones en relatos de Poe y del marqués de Sade.
En la casa de Leonor Feni y Lepri, además de con sus cuadros, conviven con 23 gatos persas, animal que ella amaba.
Sigue pintando con notable éxito y exponiendo en todo el mundo. En 1952, conoce al escritor polaco Konstanty (Kote) del que se enamora integrándole en su matrimonio con Lepri. A partir de entonces convivirán los tres en feliz relación poliamorosa hasta el día de la muerte de Fini que se produjo en su domicilio de París, el 18 de enero de 1996.
Mantuvo siempre su independencia, aunque se la puede integrar en el grupo surrealista, caminó con cierta divergencia, incluso con enfrentamientos al gran pope del surrealismo André Bretón, haciendo incursiones estilísticas en el impresionismo.
Revolucionaria, y rebelde lo demostró tanto en su obra pictórica como en su vida personal. Una grandiosa pintora a descubrir.
María Toca Cañedo©
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