
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!
En Los heraldos negros de Cesar Vallejo
A través de las ondas,
igual que palomas mensajeras anunciadoras de la negra sombra,
nos llega la noticia del crecimiento
de la barbarie humana genocida en el mundo;
al tiempo de que el hielo de los glaciares
está extinguiéndose.
Terribles vasos comunicantes
seguidores del ritmo de un baile siniestro
que nos va acercando hacía la niebla eterna,
en la que la luz de la razón es solo sombra, negra sombra de absoluta maldad fascista.
Es ahora cuando vemos,
descansando en las capas más profundas del planeta, los restos primordiales
fragmentados del esqueleto desnudo
de nuestros tiranos históricos,
aquellos Nerones, tal como los de hoy,
que eliminaron por decreto,
principios fundamentales de la vida humana,
para hacernos ver que escapar de su norma era un reparto orgiástico de cadáveres
a fin de que solo las hienas más perversas pudiesen comer.
Y es en ese banquete infame,
donde como siempre, se juntan delincuentes legales, príncipes descuartizadores,
y arbitrarios sátrapas;
solo falta añadir conocidos genocidas modernos,
para completar el criminal cuarteto
de las brigadas negras del mal.
Tiempos oscuros para la condición humana.
Tiempos oscuros para construir un mundo común de encuentros y amaneceres luminosos.
Tiempos oscuros para poder arañar la utopía de la paz.
Tiempos oscuros para vida.
¡Yo no sé…!
Enrique Ibáñez Villegas
Si Enric, la Negra Sombra a mols en a perseguit duran mols cops a la Vida.mes al acostumarse a Ella,cuant surt el Sol? Ens enllueŕna Masa i no ens atrevim a surti per po.Una Abrasada.