Nawal Saadawi.

 

 

La organización de las Naciones Unidas no es distinta del aparato estatal, y que los expertos que trabajan para las Naciones Unidas están tan preocupados por su sueldo mensual como los funcionarios públicos. Es más, las Naciones Unidas están dirigidas por hombres de las clases altas y las naciones ricas del Primer Mundo, y las mujeres del Tercer Mundo son relegadas a los escalones jerárquicos inferiores.

Nawal El Saadawi, Memoria de la cárcel de mujeres, p.14

 

La mayor parte de las mujeres como yo que dan su opinión son castigadas por el poder local y global. Lo que me ha motivado para presentarme es el conocimiento del origen de la opresión local y global, y cómo las mujeres están oprimidas en todos los niveles, desde el nivel familiar hasta el nivel nacional e internacional.

Nawal El Saadawi, ‘Ending Subjugation’

 

 

Durante tiempo, una melena blanca enmarcaba la dulzura de un rostro oscuro, de rasgos agradables. Era la conciencia de un feminismo no blanco, ni colonialista. Un feminismo de lucha que rompía moldes y creaba referencias a las que agarrarnos cuando el viento sopla de cara.

Nawal el Saadawi, nace el veintisiete de octubre de 1931,  en el pueblo Kafr Tahlo, en la provincia de Al-Kalyoubeiga, cercana al Nilo, en el delta norte de Egipto. Nawal es la segunda entre nueve hermanos,  nacidos del matrimonio formado por Zaynab Hamen, mujer culta de alta burguesía que había  estudiado en la escuela francesa. La madre de Nawal estaba convencida de que las mujeres deben recibir la misma educación que los varones y así lo inculca en su hija. Ella sabe bien de que habla ya  que fue casada a los quince años con un desconocido,  dieciséis años mayor. El padre, Al-Sayed El Saadawi, es un hombre conservador pero culto, siendo el primero de su pueblo en graduarse en Dar-Al-Olum. Ferviente nacionalista se opone al colonialismo británico que sojuzga a Egipto por lo que es condenado al exilio en 1938, que cumple junto con su familia en la provincia de Al-Menoufeya, donde es nombrado inspector del Ministerio de Educación,  permaneciendo  hasta 1948. La madre muere  a los cuarenta y cinco años siendo Nawal aun adolescente.

A pesar de vivir en una familia culta, con una madre con estudios, a Nawal la espera el terror de la ablación.

Contando solo seis años, ve avanzar a la  daya (comadrona) -lo cuenta con sus propias palabras en su libro- La hija de Isis, pag 18: “vino con una cuchilla en la mano, me sacó el clítoris de entre los muslos y lo cortó. Dijo que era la voluntad de Dios y que ella había cumplido su deseo”. Ese acto terrorífico marcaría de forma indeleble el resto de su vida, que consagra a luchar contra ello.

Marcha con el fin de estudiar medicina en la Universidad de El Cairo, licenciándose en 1955 en psiquiatría, especialidad que desarrolla en su pueblo de nacimiento entre la población rural. Nawal, observa las desigualdades entre hombres y mujeres, lo cual, además de su experiencia vital, la desarrolla un sentido feminista y una combatividad política intensa. Es en 1957 cuando plasmaría, por primera vez, sus experiencias como mujer y médico.  Se trata del libro “Memorias de una doctora” que tuvo gran impacto en la sociedad egipcia puesto que se explayaba  del trato injusto recibido por las mujeres y de la experiencia terrible de la ablación. A la vez, desarrolla un activismo político alrededor de la figura del presidente Gamal Abdel Nasser. Desde 1955 hasta 1965 desarrolla su labor en el Hospital Universitario del Cairo, graduándose en 1966 en Salud Pública en la Universidad de Columbia. Para entonces se ha casado  con Ahmed Helmi, en 1955, ferviente nacionalista contra el colonialismo británico. El matrimonio dura dos años, en 1956 nace de la unión Mona Helmi, su primera hija.

Hay un segundo matrimonio con un opulento médico Rashad.  Nawal confesaría años después que este matrimonio fue una imposición familiar. Dura poco y en 1964 contrae un tercer matrimonio con el activista y también médico Sherif Hatata, que había pasado trece años en los calabozos coloniales por su lucha en pro de la independencia de Egipto. Con este último tiene el segundo y último de sus hijos, Atef;  la unión duraría cuarenta años al cabo de los cuales se divorció también.

En 1970 es nombrada directora general en el Departamento de Educación Sanitaria, en el Ministerio de Sanidad de El Cairo, al tiempo asume la secretaria general de la Asociación Médica en El Cairo.

Es en 1970, en que muere Nasser  y le sucede Anuar el-Sadat al frente del gobierno,  que da un viraje político con el que Nawal no puede estar de acuerdo. El presidente Sadat firma los acuerdos de Camp-David con Israel ante lo que la combativa mujer se revela junto a gran parte de la población. En paralelo su militancia feminista progresa, funda la Asociación Egipcia de Mujeres Escritoras y en 1972 publica Women and sex, fundando poco después la revista Health. Nawal, habla de sexo, de ablación, de los derechos de la mujer constatando la enorme diferencia que existe en su país entre hombres y mujeres. Toca temas tabúes por lo que sufre censura. Es despedida del Ministerio y expulsada de su puesto como redactora jefa de la revista que ha fundado, además de eliminarla de la Secretaría General adjunta a la Sociedad Médica. El ambiente en Egipto, para ella y las mujeres  que combaten el patriarcado se torna irrespirable. Descubren que su nombre está incluido en la lista negra de un grupo terrorista islámico por lo que recibe constantes amenazas de muerte. Comienza a publicar su obra literaria en el Líbano, y poco después, en 1972, se exilia ya que afirma “me siento extrajera en mi propio país”

 

Torna en 1974 forma parte del Consejo Supremo de Artes y Ciencias Sociales además de combinar los cargos con la tarea de escritora que cada vez la interesa más. Durante ese tiempo estudia las neurosis femeninas, realizando el trabajo de campo en la Universidad Ain Shams entre 1973 y 1974, publicando los resultados en 1975, en el libro Mujeres y neurosis.

Funda y dirige desde 1977 hasta 1987 la Asociación Africana para Investigación y Desarrollo de las Mujeres, siendo nombrada consejera en Naciones Unidas, para las mujeres de África (CEP) y de Oriente Medio (CEPA). En dicha colaboración no queda satisfecha puesto que opina que el estamento de la ONU lo conforman funcionarios occidentales con mentalidad colonialista y patriarcal.

En 1981, el exilio la pesa y regresa de nuevo a Egipto, poco después es encarcelada junto a un grupo de intelectuales con los que comparte prisión como fueron  las mujeres activistas como  Safinaz, periodista y escritora, Amina Rashid, profesora de la Universidad de El Cairo, las doctoras Latifa al-Zayyat, a quien conocía de hacía 20 años y Awatif Abd al-Rahman, Boduur, Fawqiyya, Nur… en total, catorce mujeres, una de ellas de 16 años.

Poco después confesaría su decepción con las promesa democráticas de Sadat, con estas palabras : “Fui arrestada porque creí en Sadat. Él dijo que había democracia y que teníamos un sistema de multipartidos, y tú podías criticar. Entonces, yo empecé a criticar su política, y aterricé en la cárcel” Lo cuenta en su libro, Memoria de cárcel de mujeres. En la cárcel donde ha estado Nawal, no se permite tener ni papel ni lápiz, pero ella ha aprovechado el papel higiénico y el de liar para apuntar sus sensaciones que luego plasmaría en el libro.

Es citada a declarar el veintiocho de septiembre de 1981 ante el Fiscal, acusada de atacar al gobierno durante una conferencia, instigar a estudiantes a la rebelión y la revolución, además de inclinaciones marxistas. Los cargos son principalmente causados por el enfado del poder ante sus críticas al patriarcado y la firme oposición al tratado de Camp-David, que abandona la tradicional y hermanada oposición árabe al estado de Israel, firmando con el enemigo un tratado de amistad que rompe la solidaridad de los países árabes. Anuar el Sadat pagará con su vida la firma del tratado siendo asesinado poco después, subiendo al poder Hosni Mubarak, al que ha escrito Nawal Sadawi  siendo recibida por el nuevo hombre fuerte del país el veinticinco de noviembre de 1981 en el Palacio de Aruba.

Vuelve a sufrir censura por sus escritos feministas  además de continuar las graves amenazas de muerte por lo que poco después decide emigrar a EEUU, donde trabaja como profesora invitada en numerosas universidades, de forma prioritaria en la Duke University.

En 1996 vuelve a Egipto, lidiando con la libertad de prensa sesgada hacia su obra y pensamiento. En 2001 sus libros son eliminados de la Feria Internacional de El Cairo, entre  2002 y 2007 es acusada de apostasía…

Nawal, realiza una nueva pirueta provocadora cuando en 2005 se presenta como candidata a la presidencia de Egipto, sin posibilidad de ganar. Se trata  de hacer llegar su voz más lejos, lanzando el mensaje liberador y feminista por todo el país, intentando comunicarse con  todas las mujeres.

Su activismo fue intenso. Jamás pudieron derrotarla ni pararla, llevando el mensaje liberador y la lucha contra la infame ablación de mujeres hasta las últimas consecuencias.

Nawal Saadawi, es un referente para las mujeres del mundo. Murió en El Cairo, a los ochenta y nueve años, el veintiuno de marzo de 2021. Su ejemplo glorioso nos reconforta y sus escritos nos nutren.

María Toca Cañedo©

 

 

 

 

 

 

Sobre Maria Toca 1674 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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