Por qué los hombres violamos (Respuesta a Víctor Lapuente)

A razón de la violación de la manada, surge un debate que nada tiene de novedoso. Aunque para algunos sea la primera vez que se lo planteen, lo cual ya es preocupante de por sí.

He leído y escuchado toda clase de barbaridades. Ya no rezumando machismo, que eso sí no era nada nuevo, sino una preocupante misoginia. Una aversión a las mujeres de tal calibre que me preocupa, me altera y me choca muchísimo. Grupos en internet y fuera de ellos, amenazando a la víctima. Indagando sobre su vida privada, investigando sobre sus datos personales para llegar a ella y amenazarla de volver a violarla, de golpearla, incluso de asesinarla.

Es absolutamente tal la desproporción que muchos medios se han hecho eco de la situación y de la extrema vulnerabilidad en la que se encuentra la víctima de La Manada y, por lo general, todas las víctimas.

Al tiempo que nos encontrábamos a hombres venga que te llora, porque “no todos somos violadores”, los había que esbozaban argumentos sobre la “naturaleza” de la violencia masculina, el carácter fisiológico de nuestra fuerza y en definitiva, una explicación que no se sostiene por ningún lado, como la famosa: “testosterona” que habita en los hombres y que en cualquier momento puede activar nuestro gen violador y asesino misógino.

Es curioso ver como la mentira más asquerosa se contradice. Los que al tiempo sostienen esas teorías de la peligrosa genética masculina, que hasta me resulta insultante, son los primeros en híper victimizarse cuando el movimiento feminista les interpela en ese sentido. Si la testosterona es la causa y todos los hombres producimos testosterona, se autoproclaman potenciales violadores, pero “no todos”. Lo cual ya es de por sí antibiológico. Si es biológico e instintivo es una lógica compartida, no selectiva.

Y he sacado una conclusión. El problema no es aceptar que “todos somos violadores”. El problema es aceptar que esa lógica pueda tener un cauce de solución. Si es biológico, es natural y algo que no se puede cambiar, al menos fácilmente. Les deja un espacio libre de feminismo, refuerzan la impunidad con teorías biologicistas y se agarran a ellas para hacer extensible que esa biología solo acusa a “los hombres malos”.

Por tanto, tenemos a dos grupos: los hombres buenos que se resisten a violar y los hombres malos que se dejan llevar por sus instintos más primarios.

Es un claro mensaje para las mujeres: “aceptad nuestra naturaleza”. Por eso no toleran la expresión “cultura de la violación” porque no entienden que sea cultural, sino natural. Está tan tremendamente normalizada la violación y la agresión sexual que piensan de veras que es algo que les nace de dentro, porque es tal la falta de presión a la que están sometidos y es tan total su impunidad, que ignoran las fuertes raíces de la violencia machista del modelo social que sostiene la cultura, cualquiera de ellas. Constituido como un sistema de creencias, como un ideario colectivo y está plenamente interiorizado en nuestro imaginario, pero eso no significa que sea natural.

Se hace todo un discurso sobre lo “instintivo” y el instinto no despide mujeres por quedarse embarazadas, no lanza comentarios machistas por la ventanilla del coche, no golpea a su mujer, ni la mata y por supuesto, no la viola.

El instinto es una conducta, aunque innata, inconsciente y que se transmite genéticamente.

La violación es una conducta, pero no es innata, ni inconsciente y no se transmite genéticamente. Es aprendida, consciente y se transmite culturalmente. Por tanto, si es biológico e instintivo, todos los hombres somos potenciales violadores y si es cultural, implica un aprendizaje que se puede desaprender. Sin embargo su discurso es una media entre ambas. Es biológico, pero se puede controlar si eres bueno y por supuesto, la mayoría somos buenos.

Una especie de teoría de la construcción ético-moral que rodea los impulsos sexuales masculinos. Cuando es al contrario. Son las dinámicas sociales las que definen nuestros deseos sexuales, es el contexto el que vicia nuestros impulsos y marca una tendencia.

Y es, en todo caso, la ética del feminismo la que pone en cuestión la moral sexual extendida y socializada.

Es muy fácil demostrar que la concepción del sexo no es un ideario colectivo entre todas las sociedades. Es tan sencillo como observar el funcionamiento de las sociedades en esa materia. Si analizáramos las particularidades de la moral sexual japonesa, española e iraquí, veríamos fórmulas sobre la propia totalmente distintas. La japonesa es fundamentalmente pedófila, la española “del destape” no explícito y la iraquí es puritana.

Decir que los hombres tenemos una lógica sexual innata es absolutamente falso, porque de haber nacido en cualquiera de esos países tendríamos un razonamiento completamente diferente. Más o menos machista, pero muy distinto.

Probablemente el nexo en común sea el machismo y no tanto la moral sexual.

Si alguien cree que todo esto es a razón de una hormona que sirve para crear esperma, promueve el desarrollo muscular y óseo, al tiempo que previene enfermedades como distrofias musculares, tiene unos huevos como la Catedral de Burgos.

Las mujeres también tienen testosterona, estrógenos, progesterona y no violan a nadie. Explicadme este enigma.

El exceso de producción de testosterona en hombres es cierto que puede provocar problemas de conducta, pero estamos hablando de un problema de salud sobrevenido y extremadamente grave que va acompañado de problemas cardíacos, de próstata y distintos tipos de cáncer. Conste que un exceso en el caso de las mujeres también puede desencadenar problemas de conducta.

Lo más habitual es que tengamos un problema de acné o de calvicie. No que nos salga ningún instinto asesino o violador. Quedarse calvo es una putada, pero tampoco hay que llevarlo a tal extremo.

Además “la hormona asesina” solo explicaría un nivel de violencia o un aumento de deseo sexual inusual episódico, no las agresiones sexuales per se que implican todo un proceso, como La Manada. Teniendo en cuenta que lo planearon durante días y tienen otras causas judiciales pendientes. Por tanto, ya sea por un motivo o por otro, es absurdo hablar de la testosterona.

Y aun dándoos la razón, sigue sin explicarse por qué esa fijación por violar casi en exclusividad solo a mujeres. Si entendemos que es un impulso sexual incontrolable, violaríais más o menos por igual a hombres y a mujeres. Tal vez se puede controlar si su presa tiene colita.

Es más, no hay ningún estudio científico fiable de ninguna institución seria que demuestre esa teoría. Ni uno. De hecho, todos los estudios que han intentado confirmar esa hipótesis acaban confirmando todo lo contrario. El aumento de testosterona se da posteriormente al ejercicio de poder y violencia, no antes. Así que no es la famosa hormona lo que les lleva a violar.

Dicho esto, os cuento una experiencia personal. Cuando relaté a un “convencio” (yo llamo así a los que me hablan de hormonas y cosas raras) de lo absurdo de su “teoría”, me dijo que los hombres violaban a las mujeres y no a hombres, por una cuestión de “reproducción”. Es decir, que son violadores pero no dejan de estar concienciados con las bajas cifras de natalidad.

Las teorías pueden ser tan absolutamente descabelladas que casi siempre acabo riéndome, porque es eso o me da un subidón de testosterona.

¿Tan difícil es asumir que no es no, solo sí es sí y que no decir nada no es consentir?

Son capaces de inventar cualquier historia –que se les acaba yendo de las manos- solo para seguir violando, continuar justificando las violaciones y perseguir uno de sus objetivos: impunidad para los violadores, y peor todavía: empatía.

Lo mejor es cuando les pregunto por qué yo personalmente nunca he sentido ningún impulso testosteroneico para violar a un hombre. A veces hay hasta risitas. La teoría es que, a ver, claro, como soy maricón, pues soy casi como una mujer y según los expertos los gays tenemos menos testosterona. Lo cual no es cierto, pero hasta ahí llegan. HASTA AHÍ.

Su mente se maneja entre la misoginia, defender lo indefendible y la homofobia más surrealista.

¿Sabéis qué decía mi abuela cuando, por ejemplo, queríamos llegar al mando de la tele y hacíamos mil peripecias en vez de levantarnos? “fas feina per no fer feina” es decir, “trabajas para no trabajar”.

Pues lo mismo.

Solo buscan construir un relato libre de feminismo y por ende, libre de autocrítica, de discurso, para despolitizar la violencia machista, para eliminarla de la agenda mediática e institucional… Una manera más de impermeabilizar sus crímenes para que penséis que no hay nada que hacer y perseguir su objetivo final, institucionalizar el machismo y que las mujeres se dejen domesticar, aprendiendo YA cuál es su lugar en el mundo: presas de la manada.

La teoría del componente biológico de las violaciones es un callejón sin salida. No es extraño que en una sociedad en la que perduraron durante siglos instituciones totalmente dictatoriales como la iglesia católica, en su momento de mayor auge, sigamos entendiendo que todas las explicaciones tienen que ir acompañadas del dogma del “bien y del mal”.

No se trata de ser biológicamente malos y moralmente buenos. Se trata de entender cómo funciona el mundo y del peso relativo casi inerte que tiene lo instintivo en una sociedad basada en la razón.

Los seres humanos somos seres vivos hechos para constituirnos en sociedades y las sociedades solo existen si se pronuncian a través de la cohesión. Sin cohesión, no hay sociedad, no hay estado y no hay democracia. Y matando, maltratando y violando a la mitad de la población, no se construyen seres humanos sociales.

Por tanto, en cualquier caso, esa conducta es antihumana, antisocial y antidemocrática, ergo, no puede ser natural, porque nuestra naturaleza es social.

La razón es la principal característica de un ser vivo desarrollado, la razón se basa en el pensamiento crítico y el pensamiento crítico, emancipa.

No podremos construir una sociedad democrática, crítica y emancipada si no cuestionamos radicalmente nuestras conductas que promueven la descohesión y que nos condenan a revivir, bajo una lógica supremacista, permanentemente en una vorágine de violencia, iba a decir injustificada, pero a la vista está.

No voy a permitir explicaciones similares a la supuesta categoría animal de los negros que justificaba la esclavitud. No voy a permitir razonamientos que aludan a la falta de naturaleza relacional de las parejas homosexuales que justificaba su internamiento en manicomios y por tanto, no voy a permitir explicaciones sobre nuestra naturaleza misógina que justifica las violaciones.

No nacemos odiando, no nacemos matando, ni violando, ni tampoco amando, ni respetando. Esos valores son de extensión y propagación cultural, son dinámicas, estructuras y pautas sociales con base ideológica, formas de entender la vida, identidades, tipos de abordaje normativo y pueden cambiarse, pueden mejorar.

Superadas las mentiras sobre nuestra biología que destilan ánimo de perpetuar privilegios, el mundo avanza.

No todo está perdido, hay esperanza. No necesitamos la bondad interesada de nadie, porque mujeres y hombres libres, vamos a ganar.

Antoni Miralles Alemany

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Sobre Maria Toca 1675 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

19 comentarios

  1. Estoy de acuerdo contigo, es un problema de educación y formación. No me imagino a un hombre normal, cogiendo entre cinco a una niña de 18 años, no olvidemos que dos de ellos, pertenecen a las fuerzas de seguridad, y metiendola en un portal.
    El hombre, bien formado, y con dos pares de…., ve una chica sola e indefensa y lo que hace es ampararla y acompañarla, no violarla.
    Una cosa nada más, a estos jueces, violadores y demás, Les gustaría que hicieran eso a sus novias, hermanas, madres y demás?. Seguro que no.
    Con lo cual ya tienes la respuesta, está mal lo mires como lo mires, y los militares ya no tienen perdón, todavia peor.

  2. Para ser tan antimachista me sorprenden las referencias a «venga que te llora…» y a los «huevos como la catedral de Burgos». Con el primero se ridiculiza el sentimiento («los hombres no lloran), y con el segundo se reduce al hombre a un órgano. ¿Se podrá ser más «biologicista» que eso? Por otro lado, importante poner el acento en lo cultural y social más que en la biología. Pero tampoco es lógico negarla del todo.

    • No es posible eludir del todo el lenguaje aprendido, querido Fernando Arenas. Ya ve como el machismo y el patriarcado socavan hasta las mentes más claras…Y la biología nadie la niega, tan solo demostramos que es inoperante en el tema del abuso y la violación. Creemos, estamos convencidas, de que todo, absolutamente todo es comportamiento social aprendido y autorizado. Si robar o matar está mal visto es porque es punible. El día que decir una grosería, abusar de una mujer o violarla tenga los mismos componentes de negatividad, verá como deja de ser comportamiento «natural» y/O «biológico»
      Gracias por su colaboración. Saludos cordiales

      • ¿Acaso no tiene los mismos componentes de negatividad? ¿En què mundo vive usted?
        ¿TODO es comportamiento social? ¿En què mundo vive por favor?
        Una cosa es pedir respeto a ciertos comportamientos que se ven de gente mal educada, esa misma gente que suelta una grosería a una mujer, increpa a cualquier persona conduciendo o falta al respeto a una persona mayor en cualquier otro contexto…. gente con educacion pèsima existe por todos lados. Exclusivizar esto al contexto masculino y sexual es querer darle connotaciones específicas a un simple comportamiento de personas maleducadas .
        Comparar esto con las sexuales oagresionessexualesvviolaciones es como intentar meter en el.mismo saco a quien roba un boli de una empresa de quien atraca un banco o asalta a un anciano y le roba la cartera…
        Muchas gracias

        • Pues no se crea, Marcel. Los comportamientos van in crescendo, si hay actitudes machistas, groseras, insultantes, pudiera ser que derivaran (o no) en violentas. Lo que es seguro es que un buen comportamiento social hacia la mujer,como hacia lgtbi,como a otras razas o religiones, garantizan un correcto desarrollo social. Gracias por su aportación a @LaPajareraMgzn

    • No hay ningún estudio que avale la implicación de la biología. Ni uno. Por tanto, sí es lógico. Seguir haciendo referencia a nuestro instinto animal es una elección libre, pero equivocada.

      Las referencias a lo masculino como ridículo, que le han ofendido tanto, han sido las hormonas. Disculpe.

  3. Estoy completamente de acuerdo con que encierren a esos inhumanos. Sólo que no veo acertado el análisis de este artículo. Intenta abordar temas científicos sin aportar ciencia, simplemente dando su opinión. Parecen haber sólo dos opciones, que sea genético, así que todos somos tan inhumanos como ellos, o que sea cultural, así que lo han aprendido. Creo que dar una opinión tan firme sobre un tema tan importante, intentando aportar además datos científicos no actualizados, puede ser peligroso porque puede crear prejuicios.

    Si investigara un poco sabría que existe una ciencia algo nueva llamada epigenética que apareció en el 2003 después de que el Proyecto Genoma Humano terminara. Nació precisamente porque se dieron cuenta de que ni los genetistas, que sostenían que estamos totalmente determinados por los genes (como parecen decir estos de la manada), ni los ambientalistas, que sostenían que el ambiente y la educación determinaban nuestros actos (como parece argumentar este artículo), tenían razón… ninguno… o los dos a la vez. Parece ser que la genética nos da un abanico de posibles comportamientos humanos (o incluso «inhumanos») que serán despertados o yacerán dormidos dependiendo de nuestro entorno y hábitos.

    Para comprobar esto se han hecho estudios con mellizos (ya que comparten el 100% de la genética) que por circunstancias fueron separados al nacer. Evidentemente se dieron cuenta que cada niño evolucionó de forma distinta precisamente por los factores ambientales y culturales. Por otro lado tenemos datos que parecen indicar que la violencia a la mujer va más allá de lo cultural ya que en la mayoría de las tribus existentes actualmente hay un alto porcentaje de represión, violencia e incluso violaciones hacia la mujer. Parece dar igual si estas tribus están en América, África o Indonesia.

    En esencia, parece ser que el tema es algo más complicado que decir que «es algo genético o cultural».

    • Siento disentir, Bernabé. Y creo que es más un convencimiento ideológico que otra cosa. Sería tan triste pensar que ustedes,los hombres, están predestinados a la ignominia del abuso y la violación. Sería terrible y si las aseveraciones que apuntan a esas «pruebas» científicas (no las llamaría así) fueran ciertas ¿qué hacer? Piense que la mujer es el 52% de la población mundial. Piense, que si eso fuera así, las medidas represoras serían ineludibles. Y no. No quiero pensar que es inevitable que el hombre, en cuanto a género, sea un depredador innato. Me inclino, tal como nuestro redactor Toni Miralles, a creer que es una malformación social y educacional.
      Gracias por su amable colaboración. Un saludo muy cordial.

  4. Yo soy muy activo sexualmente y tengo, muy probablemente una cantidad de testosterona alta, mi pronta calvicie da fe de ello. No violaría jamás a nadie, no solo eso, la figura del violador me produce un asco tan profundo que por mí podían desaparecer todos ellos de la faz de la tierra, por no aguantar no aguanto ni a los puteros. Que no busquen razones ni biológicas ni nada parecido para justificar el hecho de que son unos pedazos de puta mierda acomplejados asquerosos.

    • Gracias Carlos porque tus palabras dan fe de lo que muchas creemos. No es cuestión de hormonas, es poder, es prepotencia y amparar,como bien dices, los complejos a base de humillar y torturar. Un saludo y gracias por tu colaboración con @LaPajareraMgzn

    • Por supuesto Carlos, es que tú eres una persona que puede convivir perfectamente con el resto de la sociedad.
      Me niego, a estar con un hombre y tener miedo de él.
      Creo que tus sensaciones respecto a un violador son las de una persona sana sexualmente y punto.

  5. Muchas gracias por su anàlisis esclarecido. No sé si me he sentido màs violentada por el hecho cometido por «la manada» , por la gran cantidad de defensores que han surgido de todos lados.o por los absurdos argumentos con que han intentado disculparlos, haciendo el juicio de la vìctima para disculpar a los victimarios. Es necesario que sigamos avanzando en la educaciòn de nuestros jòvenes, para poder vislumbrar un futuro en que estos abusos y crìmenes se hagan raros y en que haya unanimidad para castigar a los criminales.

    • Mucha razón tiene, querida jddcasas. Todas nos hemos sentido maltratadas por esa sentencia y por tantas que se dictan de forma incomprensible. Saludos y gracias por su aportación a @LaPajareraMgzn

  6. Si te hubieses documentado un poco, o di lo hubieses estudiado al menos y si no te dejases llevar tanto por los medios de comunicación sabrías que la violacion no tiene nada que ver con ka testosterona, sino con el poder y la dominación, con querer sentirse poderoso. Por ejemplo, hay hombres que violan a otros hombres y ni siquiera son gays. En la cárcel por ejemplo, te crees que violan porque echan de menos a una mujer? Ja

    • Ariadna, si te refieres con tu respuesta al autor del artículo, Toni Miralles,creo que necesitas hacer otra lectura. A lo mejor respondes a alguno de los que han escrito… si es así, pon su nombre porque induces a error. En caso que sea al tema del artículo, lo dicho, revisa tu capacidad lectora. Gracias, de todos modos por tu colaboración con @LaPajareraMgzn.

  7. Así, sin apurar la reflexión, muy rápidamente y probablemente con mucho que matizar, me atrevo a comentar el artículo. Valga por delante que me parece flojito y muy carente de documentación desde el punto de vista antropológico (la ciencia del ser y hacer del ser humano).
    El instinto que lleva al varón a violar es, básicamente, el mismo que le lleva a matar a otro. Hay un elemento animal/natural que consiste en el hecho objetivo de la «fuerza», del poder basado en la fuerza y en el cálculo de posibilidades de obtener «placer» desde el «poder».
    Ló único que limita, controla y encauza esa tendencia instintiva es la ética, la moral, es decir, en términos kantianos, el deber ser, el deber hacer, superando el mero «poder hacer».
    La cultura, que no es sino la consolidación de comportamientos repetidos en una comunidad humana determinada, es depositaria de esos comportamientos.
    Una cultura como la de occidente, donde el poderío físico o militar, la imagen, el éxito, el poder del dinero, el placer, el individualismo (yo para mi), la violencia explícita en la inmensa mayoría de los juegos digitales… etc. ¿qué puede producir en los seres que nacen, crecen y se forman en este contexto cultural?
    En última instancia, cada persona debe ser responsable de su propio comportamiento, pero no hay conductas que no estén más o menos condicionadas por factores varios.
    Lo único que me pone malo es identificar violación con cultura machista, así, sin más, con una simplificación más basada en la ideología que en la ciencias humanas. Pero eso es típico de esta época: todo es culpa de algo ajeno a mi.

    • Así que, según usted, Benito Bravo, la violación no tiene ningún componente social de patriarcado ¿es así? porque de ser así, tendría que ser de ida y vuelta. De ser así tendría que haber violaciones de todo tipo. Respeto su opinión, señor Bravo, pero no la comparto. Creame, no es cuestión ideológica (y qué si lo fuera)pero la violación no es solo violencia, aunque lo es, ni tan siquiera es sexo…es simplemente el poder que ejerce el macho sobre la hembra. Es el macho que nos dice:puedo y lo hago porque puedo. No es sexo, ni solo violencia, es poder. Y eso, mal que le pese, señor Bravo, es patriarcado. Como los crímenes de género, como los abusos, como tantas y tantas cosas que soportamos las mujeres (y los hombres que nos apoyan) de un sistema social llamado patriarcado. Como el hambre en el mundo no está producido por la escasez de alimentos sino por un capitalismo atroz que distribuye mal. Usted lo llama ideología, yo y muchas más, lo llamamos sentido común. Saludos cordiales y gracias por su colaboración con @LaPajareraMgzn

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