Qué más quisiera yo
que estar segura, no temblar
de incidencias, cuando miro,
ni dudar de las creencias
que profeso. Qué más quisiera yo
que andar muy firme
por senderos precaminados,
sin escollos, ni tropiezos
con la seguridad de llegar
a un puerto cada día, sin percance.
Sería bueno, tener fines seguros,
ideas firmes como estoques,
sin dudas, sin cortapisas ni sermones.
Viviría feliz en ese mar
sin olas, sin tormentas ni reproches
que me hace la conciencia cada noche
cuando reviso los actos de mi vida.
Estaría quieta, feliz, tranquila,
si no dudara tanto a toda hora,
sin cuestiones ni preguntas
que atenazan la garganta
y cambiaran al paso de la historia.
Que más quisiera yo
que estar segura
de que lo que hoy pienso
milito y me da vida,
mañana fuera firme
creencia o ideología.
Mas sé que mis carnes
tiemblan con el tiempo;
a veces, las dudas me acechan
y me invaden,
el futuro me cuestiona
y me enlentece
y siempre, siempre
el corazón manda correos divergentes,
al cerebro, que lo escucha
y siembra la semilla de la duda.
Carne evolutiva
mente activa sin freno,
sin andadura, así camino
por veredas y trochas,
sin red y sin medida,
y casi sin cordura.
María Toca Cañedo
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