Se morían igual…

Una está colmada de escuchar bellaquerías en los parlamentos, prensa y plenos de ayuntamientos pero la frase que quedará para la historia de las infamias, es la que titula el artículo: “se morían igual” argumenta la inclasificable (de verdad, se me acaban los adjetivos y tendría que pasar a los feos) Isabel Díaz Ayuso, ante las demandas de explicación por parte de la oposición  debido a  la publicación de las actas  de la policía sobre  las muertes de los ancianos madrileños durante la pandemia . Y como se morían igual los 7291 ancianos encerrados en las residencias madrileñas, les dejaron sin oxígeno, sin traslado, sin medidas paliativas y en total soledad.

Se morían igual…a partir de ahora, la frase puede recoger las justificaciones de las mayores tropelías mundiales. Netanyahu bombardeará Rafah sin más justificación que esgrimir que …”total van a morir igual que más da que nos los quitemos de encima un poco antes para ampliar horizontes”. Atentos los sátrapas que ya tienen frase para la historia…

Lo que calla la presidenta es que  lo que negó a los integrantes de las residencias públicas les fue concedido con largueza a los de las privadas. Lo que calla y oculta la presidenta infame es que dejar morir a ancianos fue premeditado,  firmado por ella y sus secuaces en los terribles “Protocolos de la vergüenza” y al conocerse las actas que tanto ha procurado ocultar,  su defensa ha sido decir que «total, se morían igual».

 

La policía trascribe el horror   que les produjo ver a los muertos que yacieron sin ayuda ni amparo, ahogados por la enfermedad a los que nadie auxilió ni palió su dolor y de esa forma lo trascribe en las actas publicadas por El País. La gente decente que en esos terribles momentos andaban por la Consejería de Sanidad han denunciado largamente esos terribles protocolos y la impavidez con que se aplicaron. https://www.elplural.com/autonomias/consejero-residencias-ayuso-tira-manta-juez-destapa-protocolo-verguenza-ayuso_312570102

 

Otros, cómplices necesarios como Carlos Mur  afirmaron que los protocolos fueron firmados por él bajo las ordenes de presidencia pero exime, con la cobardía típica de los infames, su responsabilidad y la deja  en manos de las propias residencias. Como si dentro de los centros hubieran podido hacer lo que el gobierno de la Comunidad Madrileña les negaba: medicalización y traslado hospitalario. Las residencias Amavir Arganzuela y Adolfo Suárez, se convirtieron en la antesala del infierno para los ancianos que dejaron la vida entre sufrimientos.

Los documentos del llamadoProtocolo de la vergüenza” fueron firmados por la presidenta siendo  de obligado cumplimiento para todos los centros dependientes de la Comunidad Madrileña,  obligaba al desamparo  a los ancianos  dependientes o con deterioro cognitivo. Todos los juristas han coincidido en  confirmar la vigencia de esas firmas. Por si quedan dudas, se confirma que, entre el nueve de marzo y el cinco de abril, justo en la cumbre de la pandemia, los ingresos hospitalarios procedentes de las residencias publicas madrileñas descendieron un 36%. Informa Info Libre, que fueron los días, 20, 21, 22 de marzo los de menores ingresos…justo los días siguientes a la aprobación de los Protocolos.

Pero, iban a morir igual, responde la presidenta. Por ese motivo dejó al albur de su propia inoperancia a los ancianos perecer ahogados y en soledad, sin atención ni un mínimo intento de paliar su dolor.

Al escuchar la respuesta, aderezada por esa chulería macarresca que aporta la chica en cada intervención, se nos hiela la sangre, porque es evidente que toda persona va a morir. Lo terrible, lo deleznable, es no prestar auxilio, ni paliativo a una muerte que, estoy segura, en algunos o muchos casos, se pudo retrasar mucho. O al menos hacer un tránsito en paz y sin sufrimiento.

A la ocupante de Sol le preocupa poco el sufrimiento de la gente modesta, porque su sentido clasista de la vida es claro y diáfano. A la ocupante de Sol le preocupaba que la gente siguiera con su vida, sus cañas, sus copitas y sus correrías mientras 7291 ancianos morían entre el ahogo y el estertor final.

Una se pregunta ¿Qué clase de sociedad tenemos cuando se aplaude a semejante personaje, se le concede una mayoría absoluta y se la teme o desea como presidenta de todo el país? La indiferencia ante el desfalco humanitario es peligroso por la falta de empatía que sugiere y  porque puede llegar a afectarnos al resto. La indiferencia ante el dolor humano trae consecuencias terribles para la sociedad, la deshumanización de las víctimas, el positivismo capitalista y capacitista que nos ciega ante los beneficios especulativos de gente sin alma, provoca -bien lo sabemos- desastres de incalculable entidad.

Le queda tiempo para la vejez a la presidenta, imagino que tendrá en cuenta el argumentario de estos días cuando vaya acercándose a la senectud y sus hijos o sobrinos la miren con golosa impaciencia.

Se tiene que morir igual…es posible que musiten los vástagos cuando le acerquen el vaso de las medicinas.

Y les digo una cosa fea… Se lo merece.

María Toca Cañedo©

https://www.elsaltodiario.com/residencias-mayores/actas-policia-ayuso-no-quiere-hacer-publicas-confirman-lo-contaban-trabajadoras

Sobre Maria Toca 1673 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

Sé el primero en comentar

Deja un comentario