Sentencia o burla. La Manada en dos años (aprox.) en San Fermín.

Estábamos expectantes por saber si las más negras conjeturas o intuiciones que portábamos se cumplían o por fin había calado en la judicatura la idea de condena a la ideología  que nos mata y nos viola dentro de la impunidad sistémica que ofrece la sociedad patriarcal, había caducado. Ni una gota. Los peores augurios se han confirmado. https://politica.elpais.com/politica/2018/04/26/actualidad/1524732098_409166.html Hoy miles o cientos de miles de mujeres, hemos hecho el mismo gesto al conocer la noticia, de asco dolorido. Asco profundo, hacia algo que no por sabido deja de doler: seguimos como hace un siglo.  Sin sacar conclusiones, sin analizar la realidad candente que  hace ver que una mujer que no dice sí, dice no, que si está disminuida o beoda, no es campo en barbecho donde cualquiera siembra, que da igual si lleva minifalda, camina sola de noche o es promiscua. Que se trata de libertad sexual, que se trata de sujetas activas con capacidad para tener sexo o para no tenerlo, porque es NUESTRO cuerpo, no el cuerpo que usufructa cualquiera.

Mátese usted a decir que no es no…Que llegan las sentencias a ratificar que cinco lobos exaltados, jóvenes y fuertes, cuando conducen engañada a una joven a un portal, cuando la someten entre los cinco,  la sojuzgan con su tamaño, peso, y número, no la violan. Solo la abusan…y poco. Uno de los jueces del proceso ha realizado voto particular, aduciendo que él, los declara inocentes ¡Inocentes!

Y se entiende, fíjense, seguro que lo han escuchado más de una vez: Son machotes de juerga. Chicos en manada por San Fermín, de madrugada y con vino, que encuentran a una churri, joven, sola, despistada. Y con vino. ¿Se les va a culpar por divertirse un poco? Oiga desde cuando es delito dar candela a una putilla que va a San Fermín siendo joven y guapa. Que no se exponga, oiga, que luego pasa lo que pasa. Una tía decente, si va a esas fiestas está con su novio, o no va. O con su hermano. O no va. Una tía normal, no bebe, no se expone, no viaja, no se droga. No se expone.

Hagan examen de conciencia ¿Cuántos/as de ustedes no han pensado, aunque sea remotamente estas premisas? Y es que la sociedad patriarcal ha calado tanto en nuestras mentes, que nos sigue dejando impermeables a las campañas, al grito de desesperado dolor que lanzamos feministas contra la violencia sistémica del patriarcado.

Y reitero: sistémica. Forma parte de la idiosincrasia de los pueblos, está arraigada hasta el tuétano en la sociedad. Habría que hacer una enorme terapia de grupo para salir de la secta satánica del patriarcado, y conseguir que  la sociedad rechazara con una sola voz a estos tarados violentos y sociópatas. Arrancar de una vez la garra que se hunde en los ancestros del patriarcado.

Ayer, pasaba la noticia, sin pena ni gloria, de que el conductor que invadió a varios transeúntes en Toronto, pertenecía a un grupo que lanza proclamas violentas contra las mujeres y los hombres que se relacionan con nosotras. Ese grupo dice odiar a las mujeres por el daño que hacemos a los hombres tímidos y poco atractivos. Minutos antes del atropello, el acusado, Minassian, publicó en Facebook: “La rebelión de los ‘incel’ ha comenzado».

El término ‘incel’ es una abreviatura del inglés “involuntarily celibate (involuntariamente célibe)», y hace referencia a hombres que sienten desprecio por las mujeres, a las que culpan de su insatisfacción sexual. Hacer una revisión de sus proclamas, no difiere mucho de lo que en Forocoches  y páginas similares, se dice a diario, de lo que escuchamos en bares y en la calle, de los comentarios insertados más arriba. No se destierra la violencia de género ni las muertes, mientras esos comportamientos no sean desterrados de la sociedad. Nos queda mucha tarea a las/os feministas. Mucha y brava.

Como ven, somos el demonio para algunos. Para otros,  tierra comunitaria. Para tantos, material de derribo, carne barata a la que vejar sale casi gratis.

Les hago una comparativa de delitos con las consiguientes penas que han acarreado:

Valtonic: sentencia de tres años y medio por insultar a la monarquía en sus canciones.

Insurgencia: sentencia de dos años y medio por unas letras de canción que enaltecen terrorismo(según ellos)

A los borrachicos de Alsasua se les está pidiendo más de ¡50 años! por zurrar a unos guardias y sus parejas. Lesiones conocidas por los forenses:  rotura del tobillo de un teniente, un punto de sutura en el labio de una de las mujeres y hematomas sin mayor importancia en el resto.

Lo que ocurrió en Pamplona con la Manada, no llega ni de lejos a lo que supone partirle un tobillo a un teniente en pelea de borrachos. Vamos a comparar. Luego les diremos a las chicas que denuncien, que recurran a la justicia (con el componente de humillación, de vejación que supone exponerse a interrogatorios capciosos, donde la víctima se vuelve sospechosa de todo y de todos) Les pediremos que crean en la justicia que equipara a todas y a todos. Y luego dejamos tiempo para reír o para llorar.

Hay muchos parámetros que definen a una sociedad. La sentencia de Pamplona define a las claras a la nuestra:  violenta, asesina y patriarcal.

María Toca