El PP sacó un vídeo humorístico en el que un niño pequeño deseaba la muerte de Pedro Sánchez en la carta de los reyes evidentemente cocinada por un miembro del partido. Al poco tiempo lo borraron y pidieron disculpas.
Todos sabemos lo que habría pasado si esto lo hubiera hecho Bildu. No cabe duda y es de sobra conocido.
¿Pero qué vamos a hacer? ¿utilizar las armas del enemigo? ¿pagarles con la misma moneda? Me niego.
Aunque sea humor casposo y de mierda, es lo que es. Llevarlo a otro nivel responde a otros intereses.
¡¿Podemos dejar de judicializarlo absolutamente TODO?!
Sí, es una barbaridad lo que pasa con Dani Mateo, pero no justifica que usemos las mismas armas. También es una barbaridad lo que ocurre con Valtonyc, con Willy Toledo o lo que pasó con los titiriteros. Y sí, no tienen ni de lejos el mismo nivel de responsabilidad.
¿Pero no se supone que deberíamos estar por encima?
Si decir que quieres entrar en Marivent con armas de fuego es libertad de expresión y de creación artística, un vídeo cutre en un contexto humorístico, en el que se deduce un deseo de matar al presidente, también.
Desear la muerte no es matar, ni tan solo es una amenaza. Es un deseo, por tanto, un sentimiento más o menos legítimo, más o menos criticable, más o menos cruel o desagradable, pero jamás debería ser constitutivo de delito. Es un debate que debería ubicarse única y exclusivamente en el mundo de lo moral, jamás en lo judicial.
Otro tema es que se utilice la vía judicial para acallar la disidencia política solo de un lado. Entiendo perfectamente la crítica social, lo que no entiendo es que el PSOE acuda a la Fiscalía para esta estupidez.
Además, este es un tema que me crispa personalmente.
No puede ser penada la disidencia política en ningún caso. Jamás. Por muy cruel, despiadada y desagradable que sea, a no ser que suponga un peligro real, inminente y claro.
No se puede llevar a Fiscalía un twit, no se puede llevar a Fiscalía un vídeo en el que se deduce con interpretaciones subjetivas que se quiere asesinar al presidente, no se puede llevar a la Fiscalía un vídeo de pocos minutos en el que un niño lee una carta a los reyes con un mensaje desconsiderado en tono humorístico, por muy casposo que sea.
¿Y qué si alguien dice abiertamente que desea la muerte de Pedro Sánchez? ¿Y qué? ¿No podemos odiarle? ¿No podemos cagarnos en él tampoco?
Me pregunto de quién sería la supuesta autoría de ese premeditado asesinato al presidente: ¿de un niño de 8 años o de los Reyes Magos?
Da para peli.
Además todo el mundo sabe que el sicario es Papá Noel, no los Reyes Magos. Aunque Mamá Noel se dedica a la trata de gnomos y gestiona un cártel de drogas. Vaya chusma.
No soy experto en el arte de la muerte, pero dudo mucho que alguien que planee asesinar a otra persona lo publique en twitter, lo borre por la polémica suscitada y pida perdón.
La izquierda debería estar por encima de todo esto. No deberíamos luchar contra el enemigo con sus malas artes. En todo caso, deberíamos velar por una sociedad que construya leyes que protejan a la ciudadanía por igual y no por leyes que nos desprotejan por sed de venganza.
Además, quiero recordar que esa posibilidad ya está en sus manos y no hacen nada.
La ley mordaza sigue vigente y ahora quieren aprovecharse de ella para vengarse, generándome un sentimiento de traición enorme que, en este caso, no puede borrarse tan fácilmente como un twit.
Y esto se lo digo al presi, que no me va a leer, pero bueno. Cosas más raras se han visto.
El simple hecho de que un militante del PP haya decidido invertir tanto tiempo en insultarte, sinceramente, yo me lo tomaría como un logro personal. Aunque no me hagas mucho caso porque estoy más pa’llá que pa’cá.
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