Es posible que la historia de la literatura mundial, de la Generación Perdida que puso a París en el epicentro de la cultura no hubiera sido ni parecido sin la presencia de estas dos mujeres en la escena literaria del Paris de los inicios del siglo XX.
Adrianne Mennier nació el 26 de Abril de 1892 en París. Su padre trabajaba en el servicio de Correos y viajaba de forma constante, cosa que la madre aprovechaba para llevar a sus hijas, Adrianne y Rinette al teatro y a conciertos. Confesaba años después Adrianne que para ella Debussy y Maeterlinck eran dioses que iluminaron su infancia refinando un gusto artístico hasta el infinito.
Sylvia Beach, nació muy distante de la que luego sería su compañera de vida y de todo. En la ciudad que poco antes habitara Edgar Allan Poe, Baltimore, en 1887. En la familia de Sylvia no estaba permitida la tristeza, vivió una infancia feliz plena de alegría y pronto comenzó, junto a su familia por un periplo de viajes. Los Balcanes, España, y París a donde llegó para estudiar literatura francesa en la Sorbona quedando prendada del ensueño de la Rive Gauche.
Adrianne Mennier mientras tanto, marcha a Inglaterra de aupair, para estudiar el idioma. Pronto pasa a estudiar en la escuela Eastbournne. Regresó después de un tiempo a París y allí comienza sus estudios de secretariado. A los 20 años trabaja en la Editorial L,Université des Annales como secretaria. Conoce a Cousine Yvonne (Yvonne Sarcey) y más tarde visita a Margaritte Vallette a la que pide trabajar para ella aunque fuera gratis.
El padre de Adrianne en uno de sus viajes el tren en el que viaja tiene un terrible accidente, del que el señor Mennier quedó invalido, recibiendo una jugosa indemnización que decide regalársela a Adrianne para que cumpla su sueños. Con el dinero, la joven busca un local en su zona favorita de París, la Rive Gauche. Corre el año 1914, los aires de guerra se extienden por Europa, los locales se vacían, apenas hay librerías porque los libreros se han movilizado para la guerra. Adrianne encuentra el sitio perfecto y asequible. El 15 de Noviembre de 1915, en el número 7 de la rue de L,Odeón abre las puertas La Maison des Amis des Livres. Lo vivido entre las forradas paredes de esa librería y de otra que poco después se abre, cercana, es historia viva de la literatura mundial.
En la Maison des Amis des Livres, trabaja, además de Adrianne, una ayudante colaboradora, Suzanne Bouvierre y la joven Hélene que hace los recados. Pronto el local se convierte en el corazón del París bohemio y artístico.
A la vez Adrianne dirige o colabora en diversas publicaciones literarias, como la revista Literature, dirigida alternativamente por André Bretón, Louis Aragon y Philippe Soupault, que durante 19 números publican extraordinarios textos literarios.
Llega el encuentro de las dos mujeres, un milagro que sella una vida en común y una larga y fructífera colaboración. Sylvia Beach, se inspira en el local de Adrianne para crear su propio espacio, la francesa colabora y asesora a la americana en su aventura y poco después, también en la adorada Rive Gauche, nace Shakespeare and Company, librería donde se gestó el milagro del Ulises y su traducción al francés en un trabajo compulso y comunitario del difícil autor James Joyce. La sublime paciencia maternal de Sylvia consiguen el milagro, que las palabras que brotan como manantial de Joyce no se pierdan, se pulan y se trasmitan al papel.
Ambas colaboran estrechamente creando la simbiosis literaria anglo francesa en ambas librerías. Hemingway , Scott Fitzerald palia sus memorables resacas entre los anaqueles de ambas librerías, Ezra Pound vomita vocablos geniales, T. S Elliot, y la locura de Djuna Barnes con la excentricidad de Gertrude Stein, más el talento inagotable de Joyce, se dan cita a diario en las librerías, mientras ambas, Adrianne y Sylvia, viven su pasión personal y el amor infinito por la literatura, que sin ellas no hubiera germinado igual.
Sylvia Beach, consiguió más de mil suscriptores mecenas (en el primer crowfounding de la historia) para conseguir editar el Ulises. El día que llegan los libros recién editados no puede esperar a que estén en la librería y marcha a la estación a buscar el preciado tesoro que cambió la literatura mundial. Un antes y después de Joyce, nació bajo la batuta de unas mujeres nobles y heroicas.
Los años veinte y treinta avanzan, los tambores de una nueva guerra comienzan a sonar por Europa, de nuevo. En 1941 los alemanes se pasean hociqueando por un Paris derrotado y hollado por las botas nazis. Uno de ellos, un oficial, se acerca a la librería Shakespeare and Company, quiere adquirir el único libro que queda de Finnegans Wake, otra vez Joice es defendido con los dientes mordaces de Sylvia, que se niega a vender el ejemplar. El oficial marcha pero poco después la librería, que ha sido desmantelada en previsión de lo que ocurrirá, es visitada por las SS, envían a Sylvia a un campo de concentración del sur de París por unos meses.
El arrogante Hemingway, al acabar la guerra, atraviesa el París liberado contando con ser él el gran liberador de la Shakespeare and Company pero ya no quedan fuerzas para seguir. En cambio, La Maison des Amis des Libres sí continua, y allí se refugian las dos mujeres que han atravesado una vida en común, dos guerras y los sucesos definitivos del mundo literario.
Adrianne sigue al frente de su librería hasta que se jubila en 1951 aquejada de un problema grave de salud. Los dolores y la senectud la afectan más de lo tolerable, hasta que el 19 de Junio de 1955 pone fin a su vida de forma voluntaria, dejando unas palabras conmovedoras …Se ha grabado las palabras escritas por Joyce: “entre el dolor y la nada, escojo el dolor” y parte hacia la muerte de forma tranquila.
Sylvia la sobrevive pocos años, muere en 1962. Caminando en busca de su compañera, quizá anden ambas regocijándose en la buena literatura que tanto ayudaron a crear.
Dos mujeres. Dos destinos que cambiaron el mundo literario.
María Toca Cañedo©
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