Una constante histórica en la vida de demasiadas mujeres cuando mostraban carácter, independencia, ganas de libertad o cierto talento, fue tratarlas de locas. Toda aquella que no se ajustaba a los cánones patriarcales de debilidad, sutileza, sometimiento o simplemente mostraba inteligencia o alguna cualidad especial se hacían reo de ser tratadas como enfermas mentales con lo que eso podía suponer en la época. Ingreso en frenopaticos terribles, electro shocks, medicaciones, lobotomías hasta conseguir doblar la voluntad o anular totalmente el genio. Ejemplos claros de lo que decimos tenemos cumplidamente en las serie de biografías que llevamos haciendo en https://www.lapajareramagazine.com como Leonora Carrington, Angles Santos Torroaella y tantas más.
Agustina Fernández, nació en pleno Albaicín un tres de Abril de 1891, en la Placeta de Cauchiles. Hija de Antonio, zapatero de profesión y de Francisca, ama de casa.
Desde pequeña mostró carácter fuerte, inconforme con el papel social adjudicado a la mujer. Su familia vivía con modestia por lo que no pudo estudiar pero sí aprender a leer cosa que se convirtió en afición mayoritaria. Le apasionaba la ciencia, la medicina y el esoterismo, volcándose en el estudio de diversas teorías nada ortodoxas como por ejemplo la Teosofía.
Ayudaba a su padre en las tareas de la zapatería de la calle Mesones de Granada por lo que pronto fue independiente económicamente. Autopublicaba opúsculos filosóficos, relatos y artículos, que colgaba en el pequeño escaparate de la zapatería paterna a fin de vendérselo a la clientela. Pronto se implicó en la lucha feminista, documentándose sobre el sufragismo inglés, del que al poco tiempo fue la primera delegada en España.
Entre los vecinos y la sociedad pacata granadina tomó fama de loca, por su forma individualista de comportarse. Nunca se casó, no quiso tener hijos, leía sin parar, incluso se vestía de hombre para pasar desapercibida en las reuniones políticas. Vestía de forma poco común con grandes gorras, abrigos largos…Fue tachada de loca, e ingresada por su familia en psiquiátricos.
Como no podía ser de otra manera, la II República la conmocionó de lleno, incluso fundó un extraño partido político del que fue candidata en el 36. Comenzó su actividad pública de forma frenétic
a. Se la veía, tan pronto, encabezando una manifestación por la carestía de la vida en el Albaicin, como pidiendo el voto femenino, dando mitines o pidiendo el voto…Participó con pasión en la lucha por la libertad femenina y política en un tiempo difícil.
Coetánea de García Lorca, se piensa que fue tomada como ejemplo en la obra La zapatera prodigiosa. Su final, desgraciadamente fue unido al del poeta.
Fue detenida y encarcelada sin cargos, ni delitos, por el simple hecho de ser libre, diferente y amiga de la República.
Juan Luis Trescastro, el asesino de García Lorca, que se pavoneó de haberle dado dos tiros en el culo por maricón, también lo hizo con Agustina Fernández…»por puta«, dijo el asesino.
Fue fusilada en Víznar, en fecha indeterminada posiblemente cercana la fecha a al crimen del poeta, quedó su cuerpo en el barranco donde descansa también Lorca y tantos inocentes a manos de la barbarie.
María Toca Cañedo©
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