Barbara Blomberg

 

 

Nace esta mujer en Ratisbona, en 1527, hija de Wolfgang Blomberg y Sibylle Lohman, burgueses acomodados sin excesiva fortuna, pero un vivir agradable. Poco o nada sabemos de la formación de Barbara en sus primeros años, pero todo augura, por la época, que estaba dedicada a realizar un matrimonio burgués como el de su padres. La joven era de una extraordinaria belleza lo que propició un futuro poco predecible, dado su nacimiento.

Mientras tanto, el dueño de un imperio, Carlos V, languidecía debido a  la muerte siete años atrás de su esposa Isabel de Portugal, a la que fue infiel en múltiples ocasiones, pero se ve que al perderla la añoraba. Podía ser eso, o  simplemente los problemas que ocasionaba un imperio como el que debía gobernar Carlos. Los disidentes,  seguidores de Lutero estaba tomando fuerza y le discutían el poder imperial y el  de la iglesia Católica, a la vez un grupo de aristócratas luteranos, La Liga Skalden, prohombres a los que Lutero condicionaba,  daban también problemas a la corte. Sea por lo que fuere, el emperador del imperio español, andaba alicaído cuando se decide a visitar la ciudad de Ratisbona,  en el año 1546, cuando conoce a la joven Barbara Blomberg, que lucía la esplendidez de los diecinueve años.

Carlos se queda prendado de Barbara Blomberg con el ímpetu (poco o mucho debido a su edad) de un tardío deseo. Viven un romance apasionado (por parte del emperador, imaginamos) en donde la joven Barbara se queda embarazada. El emperador marcha al cabo de ese año de romance,  olvidando, quizá, a la joven pero no al hijo concebido por ese amor tardío. Al principio, el pequeño -con los años sería conocido como Juan de Austria–  famoso por su histórica participación en la batalla de Lepanto, vive con un tutor, con el que el emperador empareja a Barbara (ya ven que la modernidad y las parejas abiertas, funcionaban desde siempre) con Jerónimo Píramo Keyell, complaciente con los amores de su esposa con el emperador…a cambio de tal esfuerzo, fue premiado  con el cargo de comisario del ejército imperial en la corte de María de Hungría. La familia vive en Bruselas  a partir de 1551.

Poco después el emperador don Carlos reclama al pequeño arrebatándoselo a su madre, para ser educado en las costumbres palaciegas por Adrián Du Bois, ayuda de cámara del emperador. Para entonces, Barbara había tenido dos hijos más con Píramo, uno de ellos se ahogará en una tina de agua. El niño, poco después, es enviado a España para ser educado bajo tutela de Ana Medina, casada con Francisco Masry, tañedor de viola de la capilla imperial.

No pararon las desgracias para la bella dama, ya que en  1569, enviuda contando cuarenta y dos años, por lo que su posición decae ostensiblemente. Para entonces, el emperador, que abdicó en 1555, en su hijo Felipe II, retirándose a Yuste donde murió en 1558. El Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, a la sazón, gobernador de los Países Bajos se entera de la situación de Barbara Blomberg comunicándole a Felipe II su precariedad. Consciente este último que la mujer, todavía mantenía su hermosura, podría contraer matrimonio con alguien poco recomendable, decide donarle  la cantidad de 4944 florines anuales, que le proporcionan comodidad para vivir libremente.

Barbara, no tiene idea de convertirse en viuda apacible. Al revés, sus devaneos, fiestas y gusto por la diversión la hacen sospechosa en la pacata corte de Felipe II. Aunque no tiene  relación estrecha con Juan de Austria, no le gusta que la madre de su hermano y glorioso servidor del imperio, tenga una madre un tanto díscola.

La vida de Felipe II, como la de su padre, no fue tan moderada como se nos cuenta, tuvo amantes aunque dentro de las sombrías estrecheces de su personalidad.

Hemos de tener en cuenta que ser mujer en esos años, era complejo y muy duro. Es altamente probable que la pobre Barbara solo fuera una viuda alegre, feliz de perder los encorsetamientos de un matrimonio por conveniencia. O que disfrutara de su cuerpo y sexualidad como antes no pudo. Sea maledicencia o realidad, Juan de Austria la engaña para atraerla hacia España, donde ser reúne madre e hijo una única vez en 1576. Ella entra en el país por el puerto de Laredo, acompañada de su hijo, Conrado de Píramo,  la nuera, María de Algora, baronesa de Saint-Martin  y sus  nietos. El malvado Juan de Austria tiene previsto para ella un encierro en el convento de  monjas de Santa María la Real.

El karma debió de funcionar porque poco después, ese hijo secuestrador, que se ha convertido en gobernador en Países Bajos, sufre de unas almorranas muy dolorosas que sus médicos deciden pinchar con lanceta…La infección hace presa del guerrero y una septicemia se lo lleva al otro mundo. Con ello, Barbara, sin las bridas de sujeción impuestas por su hijo, decide marchar del convento y se refugia en la comarca del Miera, en donde se hizo famosa por su asistencia a fiestas y a todo sarao que se precie. Cierto que hay más versiones sobre la muerte de Juan de Austria, como que fueron fiebres tifoideas, incluso que su hermanastro Felipe II le mandó asesinar debido a sus excentricidades y desobediencias, aunque la primera versión (menos glamurosa, desde luego) tiene visos de ser la real.

Sus últimos años fueron pacíficos y poco conocidos, hasta su muerte en 1592. Barbara Blomberg, madre del heroico y afamado, don Juan de Austria, fue enterrada en el convento de Montehano, en Cantabria, donde permanece casi en olvido.

La vida de una mujer que fue condicionada por la sociedad opresiva de la época a la que ella hizo frente con vitalidad y alegría de vivir.

María Toca Cañedo©

Sobre Maria Toca 1673 artículos
Escritora. Diplomada en Nutrición Humana por la Universidad de Cádiz. Diplomada en Medicina Tradicional China por el Real Centro Universitario María Cristina. Coordinadora de #LaPajarera. Articulista. Poeta

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