Algo tenemos que agradecer a las plataformas y es que nos traen series de países que de no ser por ellas no conoceríamos. Borgen es una serie danesa, realizada con la pulcritud y calidad de otras que nos llegan del norte de Europa, por ejemplo Rita, que ya comentamos ampliamente en el magazine.https://www.lapajareramagazine.com/rita-serie-de-neflix
Borgen es el nombre con el que se conoce popularmente al castillo de Christianborg, en Dinamarca, sede de los tres poderes del Estado y de la oficina de Presidencia del gobierno. La serie fue creada por Adam Price, que ya realizó Ragnarok y Algo en lo que creer. Fue realizada hace diez años pero no ha perdido frescura ni actualidad. La serie da comienzo el día de Birgitte Nyborg, gana las elecciones en Dinamarca de forma totalmente sorpresiva. Sus oponentes en el combate televisivo previo al día electoral pierden los nervios y ella, se desencorseta mostrando el carisma que posee y una faceta humana que deslumbra al electorado.
No contaba con ello, por lo que no se ha preparado personalmente para asumir la responsabilidad de ser jefa de gobierno. La primera mujer danesa en serlo. Birgitte Nyborg tiene una familia ideal, dos hijos (chica adolescente y un pequeño) un marido profesor universitario con el que ha pactado cinco años de implicación en ambas carreras. Sus cinco años, cuando gana las elecciones, están a punto de caducar, pero Philip, generoso, se resigna a continuar al frente de las tareas domésticas para que Birgitte asuma la presidencia de la nación.
Lidera un partido de centro. De centro real, con miras a la izquierda más que a la derecha, cuando el partido vira en esa dirección Birgitte se revela. Es un episodio que define bien la honestidad política dentro de las reservas que pueda haber en el desempeño profesional de esa profesión. Hay una frase que encabeza cada episodio, y la de éste es de Winston Churchill: hay veces que la ideología se cambia para ser fiel al partido y otras que hay que dejar el partido para ser fiel a la ideología …Aplicable en muchos momentos de la política en general.
Pasada la euforia del triunfo llega la dura realidad: hay que formar gobierno de coalición entre partidos diversos ya que no hay mayoría. Socialistas, verdes, liberales, extrema derecha y el moderado que es el de Nyborg. El talento negociador del equipo de Birgitte se pone a ello como luego a gobernar.
La serie va mezclando en cada episodio la vida personal de sus protagonistas, tanto los políticos como la prensa. La vida familiar de todos se involucra y padece las consecuencias del poder. Como no, Birgitte tiene el agravante de ser mujer y todos sabemos qué condiciones duras tenemos para combinar vida familiar con la profesional. Se la juzga por implicarse demasiado y abandonar la familia, por cuidar a su hija enferma y no estar al cien por cien en el cargo. Si sufre o si permanece fría…Toda su vida es expuesta con la dureza con la que se juzga a las mujeres hasta en sus más nimios recovecos. Hay una escena terrible donde la presidenta está en una dura reunión, su hija enferma de gravedad y no le pasan la comunicación. Al enterarse, el dolor de madre se impone a todo lo demás. Sus magníficos ojos grises/azulados, hablan por si solos, y nos demuestran cómo se juzga a sí misma. Curiosamente, el padre está en Oxford, dando unas conferencias durante una semana. Nadie le juzga por ello…
Es destacable la impoluta interpretación de la actriz que da vida a Birgitte Nyborg, Sidse Babette Kundsen, cuya versatilidad y expresión comedida de un rostro hermoso sin estridencias, y unos ojos magnéticos que nos cuentan más que las palabras los pormenores de la vida de la presidenta de Dinamarca.
Cada episodio trata temas diferentes, a veces tan banales como la cría del cerdo, que resultan apasionantes y demuestran hasta qué punto los entresijos de la política y la economía tienen incidencia en la vida cotidiana.
Al personaje de Birgitte se contrapone el de una joven periodista Katrine Fonsmark, con la misma versatilidad vital que el principal personaje y nos da entrada a la cara menos atractiva de la prensa. Los tabloides, la búsqueda de miseria humana, como se destrozan trayectorias personales y políticas por intereses espurios a los que la prensa se ciñe a veces. Veremos en la serie la degradación de los medios de comunicación, sobre manera la televisión.
Lo mejor de la serie es su falta de moralina. Son personajes humanos que se equivocan mucho, se caen y se levantan, aunque es fácil que nos quedemos seducidos por Birgitte Nyborg y la deseáramos para nuestros países porque aunque a veces casi pisa la raya que separa la decencia del taimado juego político, se mantiene digna. No se traiciona ni traiciona. Con una principal atención a una virtud que destaca y pide a sus colaboradores: lealtad. No perdona faltas a esa virtud.
En esta serie entendemos el juego político, como se planean las conferencias de prensa, las noticias que se pasan a la difusión pública, la imagen, las palabras que se dicen, las miradas, las respuestas. Todo está preconcebido, todo está programado en un cronograma que nos hace entender la sociedad y el juego político.
Porque el arte, tal como dice Birgitte Nyborg, es formar un gobierno estable y a ello se supeditan intereses, ideologías y personalidades.
A las personas que nos gusta la política la serie nos apasionará, a los que no, les gustará igual porque pocas veces podrán ver unos capítulos tan bien construidos, de limpieza visual y perfectamente interpretados. Una serie de culto que ha sido alabada con razón por toda la crítica.
María Toca©
La vi hace un año, y me entusiasmó. Haces un resumen e interpretación de ella acertadísimo, Maria.
Gracias Rosa María por tus palabras, en 2022 nos llega la cuarta parte. Estaremos atentas.
La he visto dos veces en televisiones catalanas, la daban los sábados, la segunda vez fue unos años después, haces un gran análisis, es tan actual, los tejes manejes partidos, las corrupciones
Gracias Joana, en 2022 nos llega la cuarta parte. Estaremos atentas.