Si hay una vida malograda y trágico es la de Camille Claudel. Víctima del hecho fatídico de ser mujer en el siglo XIX, con talento y raciocinio, fue destrozada anímicamente por diversas circunstancias que jamás se hubieran producido de nacer varón.
Camille nació un ocho de Diciembre de 1864 y murió el 19 de Octubre de 1943. Su familia era tradicional y muy conservadora, lo que le hizo ser incomprendida desde pequeña. Estuvo muy unida a su hermano Paul Claudel que luego sería escritor. Fue Paul quien convenció a los padres para que la dejaran desarrollar su talento escultórico en una escuela, ya que ellos deseaban que Camille llevara una vida burguesa adecuada a su condición femenina. Mostró un gran talento desde la infancia, moldeando rostros de personas de su familia y del servicio. Entró en la Escuela de Bellas Artes de Paris, donde fue admitida por Paul Dubois; poco después, una vez que mejoró su técnica, se integra en la Academia Colaroussi, donde se encuentra con Auguste Rodin, que la conoce al sustituir a un amigo en una de las clases.
Poco después Camille entra en el taller de Rodin pasando a ser su musa, inmortalizando, el artista, su rostro y su cuerpo en diversas esculturas, pasando a convertirse en amantes poco después. Durante años se convirtió en colaboradora del artista, pasando a encomendarle Rodin la realización de las manos y los pies de sus esculturas. Ella contaba con diecinueve años y Rodin cuarenta y tres. Él le escribe cartas de amor arrebatado prometiendo quedarse con ella abandonando las numerosas amantes que tenía, en especial su pareja oficial que era Rose Beuret, que conocedora de la pasión del artista por Camille se dedica a hacerle la vida imposible en el estudio.
El temperamento de mezquindad sentimental de Rodin hacen que Camille decida abandonarlo al comprobar que jamás abandonará a Rose ni la promiscuidad de la que alardea el genio, incluso delante de ella. Se recluye en su apartamento en soledad absoluta decidida a realizar su obra. La soledad, el desamor, la tortura de saberse aislada de un mundo que no la comprende y juzga menores sus obras por el echo de ser mujer, la trastornan, viviendo rodeada de gatos y destruyendo la obra según la hace. El padre la protege del resto de su familia que quieren recluirla en un manicomio, en especial la madre. A los pocos días de morir el padre, su adorado hermano Paul, firma la entrada de Camille en el Hospital psiquiátrico de Ville-Évrard, Montdevergues. Allí, permanece ingresada sin poder salir más de treinta años, aunque la mayor parte del tiempo está en perfecta lucidez. Nadie de su familia la visita jamás, prohíben que reciba visitas, tan solo Paul, lo hace siete veces en todos esos años. No vuelve a esculpir nunca, encerrada en la desesperación de sentirse incomprendida y fuera de lugar. Podemos imaginar la tortura mental de una mujer de gran talento encerrada entre orates.
Murió en 1943, fue enterrada en una tumba sin nombre, en el hospital donde ha vivido los últimos treinta años. A la muerte de Paul Claudel, algunos familiares deciden reivindicarla y piden al hospital que identifique su tumba para ser exhumada y enterrada con cierto honor. La institución hospitalaria responde que la tumba ha desaparecido debido a unas obras de ampliación que se realizaron sobre las tumbas de pacientes olvidados de su familia.
Este es el trágico destino de una mujer que realizó obras maravillosas como Sakountala, Cloto, Perra hambrienta, las Hambrientas, Las Chismosas y sobre todo la monumental La edad madura, donde una mujer joven se agarra a la mano de un hombre, suplicante, mientras éste la desprecia y marcha con otra mujer adulta. Sus esculturas fueron fiel reflejo de los amores desvariados por Rodin.
Su obra fue despreciada, incluso se pensó que fue el propio Rodin quien la realizó.
En los últimos años, se ha reivindicado su nombre, incluso se han realizado dos películas donde su personaje fue dado a conocer, a raíz de ello, estudiosos se han acercado con ojo critico a su obra, percatándose que al contrario de lo creído hasta hace poco, fue Rodin quien se empapó de la dulzura de las manos de Camille. Ella influyó en él, aportando precisión y un ojo artistico memorable.
Triste historia de una mujer a la que ahogó el amor enfermizo y despechado por un hombre mezquino, y el peso de una sociedad donde el genio y la libertad femenina era sinónimo de locura.
María Toca
Muy buen articulo. La familia de Camille, encerrar a una hija en un manicomio, 30 años, matándola en vida. Tortura infame. Como quisiera viajar atrás, correr a conocer a Camille antes que el mezquino Rodin, enamorarla y amarla con toda el alma, y protegerla de los imbéciles toda la vida.
Al enfrentarnos a su historia,querido André, sentimos esa impotencia. Por eso, como forma de desagravio humilde, pusimos su vida y algo de su obra, en @LaPajareraMgzn. Gran mujer y trágica historia.
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hay cuan vil baja me parece la tierra, cuando miro al cielo, estiercol y basura es,,, y una mirada a este excelente legado de Camille de creatividad y dejar su espiritu,tan humano, tan femenino, tan universal del amor ,, es un motivo de valor…..de vivir…..i luchar Camille estas presente.
hay cuan vil baja me parece la tierra, cuando miro al cielo, estiercol y basura es,,, y una mirada a la creatividad y espiritu de Camille tan humano, tan universal, lleno de amor ,, nos da un excelente motivo de valor ….de vivir….la queremos y la amamos…………….
Perra vida Camille….devorada por una jauría compuesta por los que deberían haberte protegido…tu amante, tu familia, las instituciones…te imagino con esa sensibilidad luchando contra la estulticia de los molinos gigantes, de los papanatas de turno….qué tristeza.