
¿Cómo vamos a comparar nacer en una familia de enjundia intelectual, con padre refutado por organismos internaciones, ligeramente proscrito por el franquismo, catedrático y opositor, con ser hija de costurera y portero? ¿Cómo vamos a comparar autor de parajes truñeros que necesitan varias vueltas para desenmadejarse con una voz infantil que hizo del dolor señuelo de belleza sencilla? Evidentemente, jamás. Son incomparables.
Todo lo que sean loas al vecino le quita protagonismo al nene erigido por decisión propia y un poco de PRISA, caballero de las letras hispánicas. Aunque infle hasta el infinito historias que no dan ni para diez hojas; él, con su pubis moreno las convierte en cuatrocientas. ¿Qué hablamos de mujeres ninguneadas, o maltratadas por la historia? nos responde que son cosa de feminismos trasnochados, de odiadoras de hombres. Sobre todo, odiadoras de Marías, que no le dedicamos loor y pleitesía a toda hora y perdemos tiempo con otras literatas. Y se mosquea. Con razón. Porque él, el ínclito que publicó a los diecinueve años…Así, con dos gónadas bien puestas, es a la literatura, lo que las nubes a la lluvia: origen y causa. Hay que reconocerle que tuvo el decoro de hacer desaparecer su primer libro por considerarlo indigno y de baja calidad. Pero publicó con diecinueve. No por ser hijo de, no por ser hombre, no por ser modernito madrileño. No, nada de eso fue la causa ¿Por qué, entonces, publicaste, Marías? Él mismo nos lo cuenta: un editor amigo de papá Julián leyó su obra y ¡zas! vio el ingenio y publicó. Como a cualquiera. Como a Gloria, como a usted, como a mí…
He leído mucho a este hombre, lo confieso. En mi descargo diré que tengo que leer mucho si pretendo escribir, que me fue vendido por consejo explícito: lee a Marías, verás. Lo hice. Vi oficio, solo faltaría, viniendo de donde viene, teniendo el día entero para escribir, editorial a su servicio, y medios de difusión a cascoporro. Oficio, sí, talento, jamás. No hay una sola línea de sus novelas que desprenda el tufo de un talento innato, ese que deslumbra aunque no tenga la factura de la perfección. Ni miaja.
Como articulista, lo he seguido también. Elegante, facechoso de textos bien elaborados, con toque de ironía, con sutil encanto de perfume caro. Recuerdo con cierto cariño un artículo que escribió a un soldadito de plomo. Bello, con factura sencilla construyó un folio impecable. Y varios más.
En los últimos años el señor Marías se nos ha hecho mayor y sin más oficio que escribir y editar, sin más peculio que el que sale de su pluma y de su aplomo de hombre intelectual, se ha embotado. Cosas de la edad, don Javier, que nos falla la próstata , ya no ligamos púberes y tenemos que consolar con deslumbrarlas con el ingenio pelón del que carece, porque esa mirada de ave torcaz o de palomo cojo, ha perdido donusura. Y se enerva. Y se le nota. Por eso desgrana insensateces en su columna, que la debieran leer antes de publicar, por cierto, porque ofrece ataques de mandobles Bradominescos a diestra y siniestra. Y por la siniestra si hay sexo femenino, ni te cuento. Porque viene siendo algo obsesivo la fijación de don Marías por nosotras. No por todas, concedamos que las sumisas le ponen. No, somos las que levantamos el testuz y le acaloramos cuestionándole. No nos lee, pero nos desprecia. Y se le nota mucho.
Nunca osaría doña Gloria, disputar el cetro de don Celemín de las Letras Hispánicas, no tema, don Marías, ella era más de gata chundarata y de puestas de sol. Por eso, cumple cien años y la amamos y a usted hace tiempo que su gato huyó del hogar por no aguantarle. Cascarrabias, que es usted un cascarrabias decrépito.
Maria Toca
muy bueno
Me parece incorrecto e inexacto juzgar a los escritores por sus historias personales ,algunos con una aurea de alcoholismo o drogodependencias y neurosis han sido juzgados como idolos por ese tormento interior que se les presupone a los artistas «profundos «en cualquier arte ,otros vanagloriados por los intereses politicos o de moda de su epoca.
Honesta y humildemente creo que el valor esta en la trascendencia de la obra independientemente de su habitat y por encima de todo ello del juicio personal de cada lector .
Es licito dar tu opinion y lo que me parece absurdo es que por ella se te descalifique personalmente
El dicho antiguo porque hay gustos hay colores me parece muy adecuado . Aprendamos a aceptar que no tenemos la verdad unica .
Y puestos asi ,a mi ….pues me gustan muchisimos escritores entre ellos Marias y otros poco como Cortazar y si quieren descalificarme adelante tengo buena cintura 🙂
Tan solo alegrarme que nuestro tema de debate sea la cultura
¡qué lástima de hombre!
No sé hasta dónde le llega el intelecto a usted, pero deduzco que su mal humor supone un paso atrás en libertad de expresión. Marías es un opinador y opina. Es un buen novelista y se expone a la crítica, por serlo. Los «ismos» son interpretable y nos movemos por un bosque no del todo señalizado. El cariño que usted le manda a Marías es el del cardo o el higo chumbo : púas. Manejarse por la vida en la versión de género que sea es complicado , pero con un cerebro bien ventilado se sale adelante.
No es complicado en absoluto manejarse «en la versión de género». No hay más que ver cómo triunfa el señor Marías cuando saca a relucir ese tufillo de macho mamarracho. Tal vez a otros «géneros» les cueste alguito manejarse por la vida. Incluso con cerebros tan bien ventilados como el que más.
J. Marías es magnífico escritor profesional pero a la vez es un ególatra tan convencido de sí mismo que en algunos artículos hasta se atreve a atacar hasta a… ¡J.Marías! Debe ser que el hecho de estar tan endiosado le resta memoria o ésta es selectiva y prioriza la «brillantez» de la idea que quiere presentar en un momento concreto a otras anteriores, ya olvidadas por algunos de «sus» lectores.
Pero no todos los que amamos la literatura nos rendimos incondicionalmente a los autores y, de vez en cuando, descubrimos carencias «afectivas», ofensas no olvidadas o, simplemente, falta de genio en la «pulcritud» de algunos escritores. Y por desgracia hay muchos con esos destellos de miseria escondida.
Leí el artículo de Marías y no me gustó en absoluto. Ya estoy muy mayor para que me vengan a recitar la lista de autoras que nos daban en el instituto. No se juzga, o no se debería, a nadie por su género, sino por cómo escribe.
En estos últimos meses he leído muchísimo y me di cuenta de que la mayoría de mis lecturas fueron de autoras, aseguro que disfruté muchísimo.
Y estoy segura de que a quienes les gusta Gloria Fuertes, en ningún caso, disfrutan sus escritos porque fuera una mujer.
No se porque os meteis con este Marias, porque no le parece gloria fuertes una gran poeta ? es su opinion nada más, o es que tampoco se puede opinar ?
Qué monton de insultos, de rabia, de desprecio y de envidia, que se dice escritora la que firma. Si ese es su cariño, le faltan cámaras de gas para su guerra. Si hablamos de respetar las opiniones y trabajos de los demás… un desastre! Ataques a la persona, juicios de valor, sentencias y pena, mucha pena. Qué grande nos queda el simple respeto, la libertad… y vamos de listos, de justicieros y de visionarios. Una pena!
En este país caer en la herejía es facilísimo. No me pongo ni a favor ni en contra no vaya a ser…
Dentro de 100 años, la gente seguirá sabiendo quién fue Gloria Fuertes.
En 20 años, nadie sabrá quién era Javier Marías.
Gran artículo Maria!!!
Por esta magnífica crítica la he conocido a usted. Y me quedo a su lado si me lo permite, porque voces rumiantes hay muchas, muchas, de esa España que embiste del poeta (que es perfectamente aplicable a cualquier otro pueblo sobre la tierra) pero voces sosegadas no tantas. La suya lo parece, así que me voy a quedar escuchándola.
Concuerdo absolutamente con el comentario anterior, y faltando a mi costumbre de hablar, y escribir, unicamente en Gallego, le digo a Javier Marías que sabe perfectamente que es un escritor absolutamente prescindible y ya olvidado en vida. Gloria Fuertes pervive en el imaginario popular y la cantan los niños. El futuro es suyo, y de quienes no nos apoltronamos ni nos arrodillamos delante del becerro de oro. En paz!
Marías dice que Gloria Fuertes no fue una gran poeta y estoy de acuerdo. Eso no me hace antifeminista ni nada por el estilo; simplemente su poesía, que a mi parecer es accesible y sincera, no es sin embargo brillante. Él afirma en su artículo que el movimiento feminista ha intentado reivindicar a varias literatas por el simple hecho de ser mujeres, cosa que tiene algo de verdadero (digo, por algo el movimiento se llama así, feminismo). Lo malo es cuando se intenta vender como genial una obra que no lo es, aunque eso no quite que tenga calidad y valía. Esto pasa también con escritores del sexo masculino. P
Por supuesto que existen autoras de gran nivel que no han tenido el debido reconocimiento, aún ahora.
Cierto que su poesía no era de excesivo talento, pero su prosa poco conocida en España y sin embargo bastante conocida y valorada en EEUU, sí. Vetada políticamente aquí solo le permitían publicar poesía «no subversiva». Quizá el señor Marías no conozca esos datos, quizá esté muy ocupado atendiendo a sus privilegios de género y clase.
Gracias Maria, un gusto leerte, Gloria Fuertes se chambeo la vida, pero sobre todo la poesía, por eso la recordamos y la recordaremos, ella alegro muchos momentos de mi infancia, y si , esta bien parar los pies a un señorito de las letras que por mucho o poco que nos pueda gustar, debería respetar por que ella ya no esta para defenderse y sobre todo por que hizo felices a muchos y muchas personas, de nuevo gracias por poner a este señorito en su sitio.
no pongo en duda que a un imaginario Emilio Pardo Bazán le habría ido mejor, desgraciadamente es así pero sobre el artículo de Javier Marías en concreto él alude a muchas mujeres que sí considera geniales y grandes escritoras, incluso recomienda leerlas… en ese sentido y sobre todo cuando dice «y centenares más»…. creo que hay que tomar su crítica a Gloria Fuertes como algo respetable y no afectada porque Gloria Fuertes fuera una mujer… ¿no le parece? ¿no le parece que una mujer escritora puede ser mediocre, igual que un hombre escritor puede ser mediocre?, fuera así que en lugar de Gloria se hubiese llamado «Glorio»… o Manuel o Francisco Fuertes ¿ usted cree que la crítica de Javier Marías hubiera sido diferente?… ¿y además… todas las mujeres que nombra como geniales artistas? … En general vivimos una mala época para las críticas. No gusta que alguien diga tan claramente «no me gusta». Lo que falta en el artículo de Marías (supongo que por pura limitación de espacio) son los argumentos, que al final es lo que confiere al gusto personal una cierta dimensión. En todo caso, antes de criticar al señor Marías por su gusto, quizás fuera una buena idea preguntarle por sus argumentos, y también preguntarle a usted por los suyos, en defensa de la genialidad de Gloria Fuertes.
La verdad es que se hace difícil responder a un artículo tan sesgado y repleto de inexactitudes y descalificaciones. Empezaremos por lo obvio: está usted en su derecho de no estar de acuerdo con las afirmaciones que pueda hacer Javier Marías en cualquiera de sus artículos, pero no creo que para rebatirlo sea necesario mentar sus supuestos fallos de próstata o su «mirada de palomo cojo». Lo curioso del caso es que en alguna de sus respuestas a anteriores comentarios se sorprende de que se le reprenda por ello e incluso acusa a Marías de «ultrajar» a la gente en sus textos. Recuerde aquellas zafias alusiones de Salvador Sostres a las mujeres y a su olor a ácido úrico y dígame después en qué se diferencian de las suyas (a esas alusiones, por cierto, les dedicó también Marías un artículo).
Por otro lado, como muy sensatamente le recordaba otra comentarista, no es muy conveniente emplear la historia familiar de los autores como arma arrojadiza, más que nada porque es un recurso doblemente peligroso. En primer lugar, porque recurrir a mentar al padre de Marías (y no, curiosamente, a su madre, Dolores Franco, que hizo también indudables méritos como profesora e intelectual) demuestra la poca cantidad de argumentos de que se dispone. ¿O se trataba tan sólo de establecer una burda comparación entre el «señorito» Marías y la humilde y abnegada Fuertes? Qué bajo sería eso.
Si además no se conoce bien el terreno que se está pisando, se pueden cometer errores de bulto. Como cuando se señala a un «amigo» de su padre (y dale) como responsable (¡zas!) de la publicación de su primer libro. Eso es falso, así de claro. No le aburriré con los detalles, pero sepa que los encontrará todos en el prólogo que acompaña a todas las ediciones de «Los dominios del lobo» (que así se llama la novela) desde que fue reeditada en 1987.
Si, como afirma, es tan devota lectora de Marías, no dudo de que le echará un vistazo, no sólo al prólogo, sino a la novela entera, un “pastiche” muy liviano y divertido, sin pasajes “truñeros” ni esas molestas madejas sintácticas que tanto la irritan. Tal vez ver lo que era capaz de escribir Marías con diecisiete o dieciocho años le ayuden a reconocer en él ese “tufo” a “talento innato” que ahora le niega. En cualquier caso, no me cabe ninguna duda de que seguir leyendo a Marías colaborará a engordar ese currículo como escritora que con tanta modestia expone en una de sus respuestas. Quién sabe, tal vez a la decimotercera vaya la vencida.
Siga practicando.
Con cariño se lo digo.
Está guay el artículo. Este Marías es un pesao, de eso no cabe duda, pero su artículo, que me he leído por el suyo de usted, tampoco lo veo tan grave: una nadería para decir que no le mola Gloria Fuertes. A mi tampoco, aunque me mola más que el melifluo don Javier. En fin, ¿lo de donusura es errata o feliz hallazgo? Saludos cordiales.
Yo lo decía por «donusura», que mola como neologismo caso de que el ínclito sea, además de lo dicho, un rata.
Si hablamos de «vidas terribles» hablemos de ello. Si hablamos de calidad literaria, preferiría argumentos, un modelo crítico, algo…. ! una estructura de análisis crítico sobre la que mantener que Gloria Fuertes era genial, buena o medrioce escritora. Se lo sugiero a Marías… y a usted en este blog. Un espacio así sería buen territorio para esgrimir argumentos, hacer crítia literaria de verdad, con profundidad. ¿Existe eso actualmente?. También se puede hablar de las familias de los autores, de su clase social, de si lo han tenido fácil o no, incluso de su próstata, pero…. ¿y la crítica literaria? ¿y los argumentos?. No los encuentro. Al final todo parece que se queda en el gusto personal aplicado a personas, sus vidas o sus obras. Tan intocable parece el gusto personal como el derecho al enfado o a la defensa. Bien, de acuerdo. Ahora ¿analizamos la obra?. En su labor de crítica, los recorridos del gusto son estrechos y se quedan cortos.. empiezan y acaban en la epidermis del sujeto que, legíticamente, expresa su gusto o su disgusto, uñas mediante. Queda demostrado, por otra parte, que estas maneras son terreno fértil para airadas y carnosas discusiones en blogs y demás foros. ¿Y los argumentos? Insisto. Los criterios es la parte difícil y profunda del asunto, el sustento de una crítica que merezca tal consideración… , si bien totalmente innecesarios cuando de expresar el gusto personal se trata. Le invito a que aproveche cada oportunidad (y esta lo es o lo era) al pensamiento crítico, al análisis literario, a la exploración de criterios sobre aquello que se pretende criticar. Para debates sobre la próstata del vecino ya están los programas rosas de la televisión. Un saludo.
Quién es Javier Marías? ¿qué cosas ha escrito que sean conocidas a nivel mundial?
En América latina no lo conoce nadie !
Illán Urbiandi, Belinda y María Toca, ¿saben ustedes que es un anacoluto?
Les doy una pista, es una licencia que ustedes no pueden permitirse y Javier Marías, sí, porque domina la técnica y el oficio.
Hola María, tu artículo me ha bastado para tomar la decisión de dejar de leer «Corazón tan blanco» que empecé hace pocos días. Me explico: soy una gran admirador de 2666 de Roberto Bolaño, con pocos libros he disfrutado tanto, así que leí más cosas del autor chileno (Detectives Salvajes otra gran obra -sobre todo la primera parte que es una novela en sí misma-) aunque no todas me gustaron, ni remotamente, tanto como 2666. Bien, dicho esto, descubrí que Bolaño era admirador/amigo de un escritor español, del cual solo recordaba el nombre, Javier, pero no el apellido, Cercas. y…¡¡¡ he ahí la confusión!!! Resumiendo, hoy mismo empiezo con Cercas y olvido a Marías. La vida es corta y no hay que desperdiciarla.
Salut i bona lectura, amigues!
Dicen por ahí que un aspecto que se le complica demasiado al ser humano es no juzgar, critíco en el otro lo que no alcanzó a ver de mi persona… blanco y en botella…
No hay coherencia en el texto y no son fundamentos para analizar la obra de Marías el hecho de decir que es hijo de diplomático y por eso escribe, ni que le ponen las sumisas, ni que le falla la próstata…
Yo descubrí a Marías gracias a Roberto Bolaño, quien también escribió y no es hijo de diplomático sino hijo de una dictadura, qué dijo que había que leer a Marías porque era de los pocos autores que contaban diferente una historia… así que no señora, no, no infla hasta el infinito sus historias, pocos son los que describen así, la complejidad de la mente humana que nunca deja de pensar.
Caramba, me acabo de encontrar esta joya de debate y lo he disfrutado entero. Javier Marías… Le he leído casi todo, desde el principio. Cada vez con más enfado. No me voy a explayar más, es inútil hacerlo, no lo quiero decir pero lo digo, al fin y al cabo esto es mi opinión y las opiniones son personales o individuales o sujetas a una subjetividad personal que no es posible transmitir con total precisión. Marías llega a ser aburrido o repetitivo o cansino o mareante de la perdiz, y ha legado a alcanzar los más altos pináculos del rollopataterismo más agudo. No se puede describir durante siete páginas cómo una mujer balancea el zapato en la punta del pie, o en cuarenta y ocho cómo un inverosímil duro personaje blande una espada sacada cual prestidigitador de su abrigo sobre el cuello de un imbécil. Es excesivo, o pedante, o abusivo, o tal vez no, pero entonces hay que ser masoquista.