Concha Rincón, decana de la poesía cantabra

Suele contar Concha la influencia que en su infancia dejó el tránsito por la escuela pública Menéndez Pelayo, muy próxima a su domicilio en Puertochico, dirigida por el maestro Jesús Revaque Garea (1896-1983) y que contaba con su esposa María Monte como maestra en las aulas, hasta que la sublevación militar de 1936 rompió aquella existencia apacible por cuanto tenía de instructiva relación educativa

 

Tras hacer un breve paréntesis obligado por el cumplimiento de un hacer galdosista, recupero mi compromiso establecido con la indagación memorística, al mismo tiempo que enlazo con la actualidad cultural localizando de los archivos un reportaje mío publicado hace algunos años y que ahora, debidamente revisado y puesto al día, nos servirá para ilustrar la información correspondiente al homenaje celebrado el pasado miércoles en el salón de actos de la Biblioteca Central de Cantabria, registrando un lleno rebosante (todo lo que la actual pandemia permite) de afecto y de personas, y que ha sido retransmitida por Facebook para subsanar en parte las limitaciones del aforo.

Imagen de la charla

Fotografía de la conferencia | Foto: Miguel Ángel García

Concha Rincón García (Santander, 1926) va camino de cumplir los 94 años y, como ella mismo nos demandaba en las palabras finales de agradecimiento, espera poder disfrutar de un acto similar cuando llegue a centenaria. No sé por qué, pero viéndola hablar tan elocuentemente desde su silla de ruedas y pese a la mascarilla obligatoria por precaución, en ese momento me vino a la memoria una imagen protagonizada por la actriz Rafaela Aparicio (1906-1995) en la película Mamá cumple cien años (Saura, 1979).

Una vez han desaparecido las voces de Ana María Cagigal Casanueva (1900-2001), María Ascensión Fresnedo Zaldívar (1909-2007), María Saro Alonso (1912-2007) y Matilde Gómez Camus (1919-2012), Concha Rincón se convierte en la decana actual de la poesía femenina de Cantabria. Aunque llegó a la poesía publicada siendo ya madura, desde su juventud primera las lecturas formaron parte de su educación sentimental y, también, de su entorno cultural.

Concha Rincón

Concha Rincón

Nació el 8 de diciembre de 1926 en el seno de un hogar santanderino de clase media, muy representativo de lo que en adelante constituiría una vida constante de luchas sociales y culturales en pro de la emancipación de la clase obrera; no en balde, su abuelo, el pintor Eduardo Rincón, fue uno de los fundadores y dirigentes del primer socialismo y el sindicalismo cántabro durante el último tercio del siglo XIX.

Desde niña la cultura predominó en su entorno debido también al hecho de que dos de sus hermanos mayores dedicaron gran parte de su existencia a la expresión artística

Pero, además, desde niña la cultura predominó en su entorno debido también al hecho de que dos de sus hermanos mayores dedicaron gran parte de su existencia a la expresión artística: Carlos, dibujante desde su juventud y pintor hasta el final de sus días, ilustrador a su vez de alguna de las obras poéticas de ConchaEduardo, compositor musical que llevó al pentagrama la poesía de su amigo y compañero de fatigas carcelarias José Hierro Real (1922-2002), pero también alguna de las composiciones de su propia hermana, que quizás deberían ser incluidas en este programa de actos.

Es, a su vez, desde la cima de sus 96 años próximo a cumplir, el último representante vivo de una generación poética que en Santander se agrupó alrededor de la revista Proel (1944-1950), y ha dejado su memoria de vida plasmada en las páginas del libro Cuando los pasos se alejan (2011).

Suele contar Concha la influencia que en su infancia dejó el tránsito por la escuela pública Menéndez Pelayo, muy próxima a su domicilio en Puertochico, dirigida por el maestro Jesús Revaque Garea (1896-1983) y que contaba con su esposa María Monte como maestra en las aulas, hasta que la sublevación militar de 1936 rompió aquella existencia apacible por cuanto tenía de instructiva relación educativa. Ella bien podía haberse marchado a Dinamarca, como hicieron otros alumnos y alumnas del matrimonio citado para huir de las penurias bélicas, pero permaneció en Santander hasta que la proximidad de la caída de la ciudad en manos de las tropas la llevó a evacuar en un barco con dos de sus herman@s y otras familiares, cruzando así todo el sur de Francia hasta llegar a la Cataluña todavía republicana, de donde nuevamente hubo de huir a Francia, hasta que el final de la guerra la condujo de nuevo en un viaje de vuelta al hogar familiar. Demasiado duro para una niña situada entre los diez y los doce años.

Concha Rincón con Ramón Viadero y Carmen Mora en Penilla de Toranzo, Día del Libro de 2017.

Concha Rincón con Ramón Viadero y Carmen Mora en Penilla de Toranzo, Día del Libro de 2017

Esta aventura la ha contado, con bastantes más pormenores, en sus recuerdos escritos de ese breve exilio francés, y yo he podido recoger parte de su rastro en las páginas de dos libros recientes: Mujer, República Guerra Civil (2016) y Represión en Cantabria y Mujeres de Cantabria en el exilio republicano (2020), pero finalizando en la peripecia que comenzaba cuando ella pensaba que lo peor había pasado. Una vez en Santander, se encontró con que su padre estaba encarcelado por sus ideas republicanas y, a los pocos meses, ingresó su hermano Eduardo, con solo catorce años, detenido en la que se denominó la caída de los ciegos, entre cuyos componentes se encontraba el aprendiz de poeta José Hierro, de apenas diez y siete. Desde entonces la relación casi familiar con la familia Hierro-Real quedaría forjada y parece que su fijación con la poesía también se convertiría en una constante suya hasta el día de hoy.

Pero no sería hasta los años sesenta cuando comenzó a sacar a la luz algunas de sus composiciones poéticas. Un matrimonio bastante precoz y una vida dedicada a los múltiples quehaceres familiares, donde apenas quedaba hueco para la expresión cultural que no fuera la de asistir como simple espectadora, impediría el desarrollo pleno de sus inquietudes. El Ateneo de Santander, junto a sus dos hij@s mayores Alberto y Conchita Liaño Rincón, fue el primer paso hacia una liberación parcial de sus intereses más personales, y allí intervino en el Grupo de teatro dirigido por Ángeles Alonso Bravo, representando en marzo de 1967 el papel de la criada en la obra La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca.

La Casa de Bernarda Alba

La Casa de Bernarda Alba

En aquel reparto artísticos participaron, además de las mencionadas, Concha AlonsoMª Esther Delgado, Teresa Gómez Coro, Lola Lavín PhilipConchita Liaño Rincón, Maribel Moreno, Pilar MuñizInmaculada Polo, Susana Ramos, Conchita Ruiz, Teresa Solana y Carmen Vélez.

Ahora, reconociendo entre el público asistente a este homenaje al periodista Leandro Mateo Mateo, que había hecho de apuntador además de un personaje invisible pero latente como era el caballo garañón que impacientemente golpeaba las puertas del establo de la casa de Bernarda, me preguntaba yo si no nos encontrábamos ante uno más de los deja vu circulares que prolongan nuestras existencias, destinado a retomar debidamente actualizado lo que el entonces incipiente tardofranquismo había frustrado en el año 1968.

Habiendo conectado con el joven director Paulino Viota, la encomendó el rol de la madre del protagonista en su cortometraje José Luis (1967), la primera de sus diversas apariciones en la pantalla: Géminis (Garay/Revuelta, 1981), Después del sueño y Amor propio (Camus, con quien la une parentesco, 1991 y 1994), además de Intruso (Aranda, 1993).

Después del amor propio

Después del amor propio

En las páginas culturales de El diario montañés, coordinadas por el periodista José Ramón San Juan Jiménez (1946-2018),  hizo su debut oficial como poeta, para después repetir en la prestigiosa revista Peñalabra (1976), dirigida por Aurelio García Cantalapiedra (1919-2010). Un nuevo lapso silencioso, alternado con sus colaboraciones cinematográficas, hasta que finalmente publica su primera obra Sueños (1990) y, junto a su hija Natalia Liaño Rincón, participa en los homenajes anuales que llevan el nombre de Ana María Cagigal, lo que da lugar al recitado por diversas localidades de la región y la posterior publicación de varias de sus composiciones en antologías y otros libros colectivos, tales como mi Historia y antología de la poesía femenina en Cantabria (1996),

Concha Rincón y su hija Natalia Liaño Rincón

Concha Rincón y su hija Natalia Liaño Rincón

Al mismo tiempo escribe algunas composiciones destinadas al público infantil y con una selección de ellas publica su librito Animalario (2005), con ilustraciones de su hijo Juan Luis Liaño Rincón y prologado por su hermano Eduardo Rincón, quien a su vez, como ya se ha dicho, musicaría algunos de sus anteriores poemas. Esta nueva publicación propiciará sus visitas a diversas escuelas y centros socio-culturales de Cantabria.

Coincidiendo con la celebración de su noventa cumpleaños, sus nietas quisieron homenajear a una abuela a la que quieren y admiran como referente, editando un libro titulado Prosa y verso (1976-2016), en cuyo contenido se recoge en forma de antología gran parte de su trayectoria creativa.

Prosa y Verso, de Concha Rincón

Prosa y Verso, de Concha Rincón

Ahora, un numeroso grupo de las componentes del colectivo poético Villa Agustina, al cual ella pertenece desde su fundación hace casi un cuarto de siglo, ha querido rendirle un homenaje presencial en el transcurso del cual poesía, música e imágenes se han fundido en un solo acto como resumen de la actividad profusa de Concha.

Las voces de Nieves Álvarez Martín (también coordinadora del acto), Paloma BienertElena Camacho Rozas, Marisa Campo MartínezDori CamposMaría José EchevarríaMaribel Fernández GarridoIsabel García de JuanAraceli González Vázquez,  Rosario de GorosteguiNatalia Liaño RincónCarmen MoraLoli Peñil (la única fallecida), Adela Sainz AbascalRaquel SerdioYolanda Soler Onís (desde Beirut), María TocaÁngela Troyano e Isabel Victorino, han sonado leyendo los versos de Concha Rincón y, a su vez, dando a conocer una serie de los suyos propios como testimonio de afecto a la homenajeada.

La música ha tenido también su representación con dos grabaciones enviadas por Maribel Fernández Garrido, cantando tanto los versos compuestos por  Concha como los de su autoría propia y acompañándose al acordeón por ella misma, así como Raquel Serdio y Manuel Iglesias musicaron e interpretaron las nanas de Concha. En la pantalla se proyectaron, además, varios minutos de José Luis (1967), el primer cortometraje argumental rodado por Paulino Viota, en el cual intervienen Javier Vega ViotaConcha Rincón, Carlos Bertrand y Guillermo Liaño Rincón.

La Dirección General de Acción Cultural de Cantabria, en la persona de Gema Agudo, se sumó al homenaje y repartió entre las personas asistentes un folleto conmemorativo, en cuyas páginas se recoge una profusa información gráfica y literaria de las intervenciones habidas.

Homenaje de Concha Rincón en el Día Mundial de la Poesía

José Ramón Saiz Viadero.

Sobre J. Ramón Saiz Viadero 34 artículos
Escritor, historiador, periodista, conferenciante. Especialista en historia de Cantabria y del cine español. Ha sido asesor cultural del Ayuntamiento de Santander, y concejal en las primeras elecciones municipales.

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