Asghar Farhadi es el director de cine iraní más conocido en el mundo. Ha dirigido varias películas con bastante éxito, y con “El viajante” ha cosechado algunos premios importantes.
Entre ellos, el Oscar a la mejor película extranjera. Finalmente, Farhadi no iría a recoger la estatuilla como protesta al veto de Trump a la emigración de sus compatriotas a Estados Unidos.
La película comienza dramáticamente: El edificio donde la pareja protagonista vive parece estarse derrumbando. Gritos , nervios…. Angustia en una ciudad que se transforma aceleradamente, y donde los viejos no se reconocen.
Emad y Rana deben encontrar un nuevo piso. Pertenecen a la parte liberal y moderada que parece ser el modelo del país ahora. Él es profesor y ambos pertenecen a un grupo de teatro que va a representar “ Muerte de un viajante” de Arthur Miller. Los ensayos y la escena final de la obra de teatro son en realidad parte de la acción.
Un compañero del grupo de teatro les encuentra un nuevo piso y a partir de aquí la mayor parte de la película va a transcurrir entre los dos pisos y la nave que utilizan para ensayar.
Un incidente fortuito , en el que Rana sufre un ataque en su casa va a convulsionar la vida de los protagonistas y de la familia del atacante.
Hay muchos factores en el drama, quizá demasiados; la progresiva decadencia de la relación entre Emad y Rana, la moral rígida e intolerante de los vecinos, el machismo del hombre iraní, que se va convirtiendo de aparente liberal a un obsesionado por el honor de la familia, que es el suyo propio.
En “Muerte de un viajante” el protagonista se suicida, después de que sus expectativas y sueños fracasan. La vida no es lo que se había imaginado.
En la película, Emad va cayendo en un pozo trágico al que le conducen sus obsesiones, su supuesta superioridad, su hombría herida. Todo se complica trágicamente y la relación con Rana se va a deteriorar sin remedio, a la vez que Emad va a realizar acciones que poco tienen que ver con sus sueños y expectativas.
Película dura, en la que la acción y la sugerencia nos van construyendo una especie de infierno, en la ciudad en cambio, ajena a estos problemas, donde una vez más el Estado es un acompañante molesto e inútil.
La pueden ver ustedes en el cine Groucho de Santander, entre otros; se la recomendaría a los amantes del cine, pero no a los románticos .
Texto: José Luis Lobete Pastor
Imagen: Omer Ilksen
Deja un comentario