La tenía pendiente en esas carpetas que una se pone para cuando tenga dos horas de asueto y pueda gastarlas en esas actividades que le alimentan el alma.
Hoy un compañero volvió a recordármela escribiendo sus impresiones al verla anoche.
Y ahora llego con los pies llenos del polvo de los caminos de tierra del barrio de Torre Baró, allá por el 78, con las manos rojas de aplaudir desde el sofá uniéndome a la algarabía de algo que pasó hace ya casi 50 años, pero cuyo eco penetra en mi pecho como si hoy estuviera pasando.
Y las lágrimas de alegría, pena y orgullo de clase pintan mis mejillas mientras escucho la canción de Gallo rojo, gallo negro que llevo rayando en mi particular tocadiscos desde que una amiga este verano, tumbadas las dos sobre un colchón en su desván, me la pusiera para que escuchara, así en silencio, con los ojos cerrados, como se degustan las cosas intensas, las que llegan allí donde dialogan las emociones en un encuentro íntimo entre tristezas y alegrías.
Me dijo, te regalo esta canción, se que te va a gustar.
No la he podido soltar, vive conmigo, es mi actual banda sonora.
Y justo en esta obra inmensa la canta una joven valiente, de esas que fueron, son y seguirán siendo.
No se rinde un gallo rojo mas que cuando está ya muerto.
Y siento que perdimos en estos 50 años aquella unión que hizo tanta fuerza y que hoy seremos capaces de dejar que nos cubran con los escombros de todo lo que aquellos valientes levantaron.
Educación, sanidad, transportes públicos. Dignidad.
Ay, si es que yo miento, que el cantar que yo canto lo borre el viento.
Ay, qué desencanto, si me borrara el viento lo que yo canto.
Valenia Gil
La película el 47 se emite en Moviestar Plus, en Prime Amazon y en alguna otra plataforma.
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