Supongo que saben de lo que hablo. El efecto espejo es la proyección de nuestras propias limitaciones y/o defectos sobre los demás. Dicen los expertos que este problema se produce debido a inseguridades y baja autoestima. Yo, que no soy experta, ni lo pretendo, lo detecto mucho en los últimos tiempos. Pueden tener razón los expertos, aunque parece una postura cómoda: si los malos son los otros, no necesito ni autoanálisis ni autocorrección. ¡Qué bien!
No hace mucho sufrí en propia piel el efecto espejo. Ante la incapacidad de hacer algo que creía (yo) era sencillo, la otra persona se tornó bisonte ofensivo contra mí…acusándome de lo que era su problema. Es común, por tanto, ese efecto. Puedo jurarlo.
Entre los políticos de nuevo y viejo cuño también se da. Verán ustedes, repasen las últimas crónicas. ¿No observan que quien ha traicionado, manipulado, tergiversado, es , el/la que más se queja acusando al mundo de sus pecados? Porque una no sale de su perplejidad cuando ve, por ejemplo, como se señaló a la prensa como causa de la muerte de doña Rita (luego supimos lo de la cirrosis, y ya el argumento perdió fuerza) cuando fueron sus propios compañeros, quienes la abandonaron y la vejaron. ¿No observan en el artículo de Luis Alegre, un tufillo de efecto espejo, acusando a los demás de lo que durante tiempo hizo él a cascoporro? ¿No perplejean con la Comisión Gestora del Psoe, cuando acusa de manipulación, de traición a los que no se pliegan a sus engañifas?
Ahí tienen ustedes bien definido el efecto espejo. Que se está convirtiendo en práctica común en todos los ámbitos. Tengo visto yo a gente muy izquierdista despotricar sobre otras razas,mientras acusa de xenofobo al de enfrente; a feminista irredenta aborrecer de trans, mientras, ellas (las trans) criticar y censurar a las primeras. Gays condenar a hermanos con pluma; gente de misa diaria abortar sin arrepentimiento y así hasta el infinito. Todos ellos, en comandita, acusando al contrario de sus pecadillos. Y así vamos, calzando zapatos ajenos, emprendiendo a mandobles luchas fratricidas contra el adversario que suele estar enfrente, justo reflejado en ese espejo que miramos, sin darnos cuenta que es nuestra propia imagen lo que se proyecta.
Perdonaran ustedes, que sin dilacion corra a contemplarme, no sea que me haya contaminado de tan temido efecto y tengamos este artículo como prueba de lo que condeno.
#MariaToca
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