El periodista Manuel Rico, lleva diariamente en twiter, https://twitter.com/manuelrico el computo de los días que han pasado desde que el gobierno de la señora Ayuso aprobó los llamados, Protocolos de la vergüenza, que a modo de los de Nuremberg, en 1934 de la Alemania nazi, se ordenaba que a las personas con cierto grado de discapacidad o dependencia -silla de ruedas, síndrome de Down, ancianos con alguna limitación cognitiva…- no fueran trasladados a urgencias. No fueron criterios basados en la edad o gravedad, en absoluto, sino que se discriminaba por grado de dependencia y discapacidad, lo cual atenta directamente contra la Constitución y la Declaración de Derechos Humanos. Murieron, una cantidad indeterminada de personas, de forma horrible, sin asistencia, en el mejor de los casos, administrándoles morfina o sedación.
Alberto Reyero, el que fuera Consejero de Políticas Sociales en el gobierno de Ayuso, por parte de la coalición formada por el PP y Cs, perteneciente a este último partido, ha escrito un libro sobre lo vivido en esa época, según confirma en entrevistas de prensa, debido a que le vedaron las innumerables preguntas que tenía que hacer de haberse formado un Comisión de investigación, tan reclamada y negada por la hipocresía de Vox, que primero la pidió para después desdecirse con el argumento de que una comisión de la verdad era cosa de comunistas (Rocío Monasterio, dixit) . Se entiende la postura pepera de negar la investigación, dice Reyero, porque resulta lógico querer ocultar la terrible verdad de aquellos días en que se aplicaron los infaustos protocolos, pero ¿Vox? ¿No venían a destapar la corrupción? (dejen la risa para luego, esto es serio)
El libro de Alberto Reyero, cuyo título, a mi criterio, no define el genocidio: “Morirán de forma indigna” (editorial K.O) Las personas ingresadas en las residencias de Madrid murieron de forma salvaje, cruel e infame. Los indignos/as fueron quienes impidieron que se les cuidara o se paliara el sufrimiento inherente a una agonía atroz. Ellos son los indignos .
Resulta curioso que sean precisamente las personas que levantan la voz en contra del aborto, eutanasia, incluso de las sedaciones paliativas (recuerden la difamante campaña contra el doctor Luis Montes, jefe de Cuidados Paliativos del Severo Ochoa, realizada por el gobierno de Esperanza Aguirre) condenaran, sin temblarles la mano, a morir sin amparo ni auxilio a las personas ingresadas en las residencias madrileñas. Me dirán ustedes que es posible que en otras comunidades ocurriera algo parecido. Es posible, pero no lo escribieron ni lo firmaron.
Los protocolos fueron firmados por el Director General de Coordinación Sociosanitario del gobierno de la Comunidad de Madrid, Carlos Mur. A Mur, se le cesa el trece de mayo, sin mayores justificaciones. Precisamente, El Mundo, en un infame titular le señala como responsable directo de las muertes ¿Conocían los cargos políticos los protocolos? ¿Fueron informados de ellos? En caso de que la respuesta fuera sí, son responsables directos de las aproximadamente 7000 muertes ocurridas en las residencias. En caso de que Mur no hubiera informado a sus superiores ¿no sería motivo de procesamiento o al menos de investigación?
Recordemos, SE HA NEGADO LA COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN, que solicitaba la oposición. Y cuando se niega es porque hay mucho que ocultar y levantar las alfombras pudiera ser motivo de procesamiento y de punidad penal.
Lo que sí sabemos es que hubo dos comunidades, Andalucía -gobernada, al igual que Madrid, por la coalición PP, Cs) y Comunidad Valenciana (gobernada por PSOE, Compromís y Podemos) que dieron orden de que en el momento que en una residencia se detectara un caso de Covid, quedaba automáticamente bajo el mando directo de las Consejerías de Sanidad. En Madrid, eso no ocurrió. En la sede de Sol, se optó por ordenar no atender a dependientes.
Reyero insiste en que esa decisión no fue un triaje, sino una discriminación por norma. Los protocolos obedecen a la premisa terrible que implica un edadismo y eugenesia salvaje. “Total, son viejos. Total, son dependientes…Van a morir antes o después”, se debieron decir las mentes pensantes que emergen desde Sol. Y sí, es posible que fueran a morir. Todas vamos a morir, el problema es cuándo y cómo. Como ejemplo sirve el que recogemos del Confidencial que publicó un parte de alta de un hospital en el que una persona que quería ingresar y llegó al centro hospitalario, fue rechazada. En el informe de alta se decía que era por órdenes de la dirección médica. Esa persona falleció a los tres días en la residencia.
Volvemos a las palabras pronunciadas por Reyero en una entrevista concedida al Huffintong Post: “Se organizó un sistema para bloquear la llegada de las personas a los hospitales. En cuanto las ambulancias oían que les llamaban de una residencia, directamente no iban”
Optar por el plató televisivo de IFEMA, o desviar fondos para la construcción del Zendal, confirma Reyero, que ha sido un plan de marketing perfecto. Según los consejos emitidos por Steve Bannon y años antes, Joseph Goebbels , todo sirve para la propaganda. Da igual que sea la muerte impía de miles de personas, la desatención y el genocidio ocurrido en las residencias. A la presidenta de Madrid, en concreto, la sirvió mucho. Convocó elecciones enseguida ganando por mayoría defenestrando del gobierno a los moderados Cs y buscando la aquiescencia de sus verdaderos compañeros de camino, los fascistas de Vox.
Mientras la perversa psicópata Díaz Ayuso, posaba con el rímel corrido, la cara compungida como una vulgar Virgen de los Dolores, de bajos fondos, la gente moría en las residencias sin respiradores, sin medicamentos ni personal preparado para el drama que se vivía en aquellos días. Permanecían en las habitaciones, incomunicados, en soledad o en compañía del vecino de cama muerto días antes, hasta que los uniformados bomberos los llevaban hacia la morgue. La incomunicación impedía a las familias tener conocimiento de que sus seres queridos, yacían en un triste ataúd. La presidenta a lo suyo, haciendo la propaganda personal que alimenta su enferma mente de bordeline.
A poco que rasquemos, nos encontramos con las esencias del capitalismo sin careta. Los viejos, los dependientes, son material humano inservible de la producción social. No generan dinero, solo consumen recursos. Puede parecerles duro el argumento pero les aseguro que no se me ha ocurrido a mí. Son palabras del señor Reyero, que tiene poco de bolchevique.
“Fue como el Titanic: los que iban en primera se salvaron, y a los que iban en tercera clase se les condenó” Confirma gráficamente, Reyero.
Lo cierto es que no todos fueron tratados por igual. Volvemos a lo expresado por el autor del libro en declaraciones a la prensa “las personas mayores con seguro privado sí fueron trasladadas desde la residencia al hospital”.
Tal como dijimos más arriba, estaba tan interiorizadas las ordenes de no atender a las personas dependientes internadas, que si se llamaba a una ambulancia desde la propia residencia, simplemente no acudía. Hubo soplos a familiares conocidos para que sacaran a sus seres queridos del internamiento o que fueran los particulares quienes llamaran a los servicios de urgencias , como forma de sortear las ordenes de no atención.
En una ocasión, una doctora encargada de una residencia con varios afectados, llegó a decir a sus superiores que si la ambulancia no venía, ella misma los llevaría en su coche al hospital más cercano. La cínica respuesta de los responsables fue: “hazlo, los tendremos dos o tres días sentados en una silla en el pasillo del hospital, hasta que mueran”
Había pocas formas de evitar la desalmada discriminación porque si los que tenían pólizas privadas fueron atendidos, insiste, Reyero, se niega el triaje. El pensamiento de los/as responsables de la Comunidad de Madrid fue la de dejarlos morir, convirtiendo a la ciudadanía en pasajeros de primera, segunda o tercera clase. Como en el Titanic, insiste Reyero.
Varios medios han preguntado al autor de la denuncia ¿Por qué se pusieron por escrito estos protocolos? quizá lo sencillo hubiera sido imponerlos verbalmente, como forma de eludir responsabilidades. Reyero, responde a esa pregunta, diciendo que es probable que las personas responsables de hacer cumplir las ordenes se negaran si no venían firmadas por responsables del gobierno. Lo que sabemos en que el once de marzo, de 2020, en los albores del confinamiento, se reunieron de forma secreta los responsables de la sanidad madrileña. Lo sabemos porque, quizá de forma involuntaria, lo ha contado uno de los integrantes de esa reunión, Antonio Burgueño, en declaraciones al País.
Muchas nos preguntamos, ¿por qué no se medicalizaron las residencias? ¿por qué se optó por el circo de IFEMA o por la construcción del Zendal en vez de desviar los recursos a los hospitales descapitalizados desde hace tiempo por las políticas regresivas de los gobiernos del PP o a las propias residencias? Las respuestas a ambas preguntas son claras: promoción personal, marketing político, canallesca propaganda de alguien que carece de los mínimos escrúpulos cuyo fin es medrar y obtener el protagonismo del que carece por virtudes personales.
Tenemos datos que aclaran lo que decimos, 16 personas murieron en IFEMA frente a las 5.000 que murieron en residencias en el mismo período, vemos que de los 3.811 que ingresaron en IFEMA sólo 23 personas eran de residencias, y además sólo de dos residencias. No tiene sentido que, de 475 residencias de la Comunidad de Madrid, sólo se trasladara a algunos pacientes de dos residencias. Seguimos preguntándonos ¿por qué? Las respuestas, de momento, no se dan.
Es terrible pensar que unas personas , tienen poder y pueden tener más (no quiero personalizar solo en Díaz Ayuso, hay gente a su alrededor que consiente y alienta sus desvaríos) utilizando la muerte y el sufrimiento en provecho personal sin ningún tipo de escrúpulo obviando la investigación y las respuestas a las preguntas que nos hacemos.
Viendo como funciona la trituradora de Díaz Ayuso -defenestró a Cs de su gobierno cuando supuso que ganaría y no olvidemos la hormigonera usada contra Casado, del que parece se le tragó la tierra y la historia- no dudamos quién será el siguiente en derribar y qué metas aspira.
Sea como fuere, el comportamiento futuro de la demente, lo exigible, como sociedad, es conocer lo ocurrido en las residencias madrileñas con detalle. Saber quién y por qué se firmaron los Protocolos de la vergüenza, y las consecuencias de tal decisión. Si se hizo bien, perfecto, pero si hubo discriminación criminal, como todas las pruebas apuntan, incluida la opacidad y la falta de trasparencia, los/as responsables paguen por ello.
Las cifras de 7.000 personas fallecidas, suponen que murió casi uno de cada cinco usuarios de las residencias de la Comunidad de Madrid durante la pandemia en infames condiciones. Ellos/as son a los que debemos justicia. Y a la sociedad futura, también.
María Toca Cañedo©
https://www.infolibre.es/politica/alberto-reyero-nadie-merece-morir-decision-politica_1_1329743.html
Ha sido tremendo. Lo que me deja sin palabras es que Ayuso consiguiera la mayoría absoluta en las elecciones. Solo me lo explicaría si el índice de participación en las mismas hubiera sido bajo, de lo contrario no entiendo nada. Un saludo.
Cuesta entenderlo, Arancha…es un misterio.