EL TREN DE LA LIBERTAD
“La ciencia política se desarrolla en una sociedad libre compuesta por personas libres y, resolviendo problemas que plantea la convivencia colectiva. Es un quehacer que establece el bien común”.
*Han de proteger con normas
las injusticias y brechas,
de la salud y el abuso,
de batallas y de levas,
del parado y de su ruina,
de ladrones con librea,
de timos, bancos y usuras,
del hambre… También esperan
temores y fanatismos
que en vez de salvar apresan
con visos de iluminados
que, cobrando, recomiendan…
*Políticos, señorías
—los que están y los que vengan—
no enarbolen las espadas
ni lo que a ustedes convenga,
no hagan norma en moralina.
Protejan a quienes deban
y, a las personas, mujeres,
que decidan lo que quieran.
Son maestras de la vida,
creyentes quizá, ateas,
y tampoco las aparten
si aspiran “independencia”,
su economía, el futuro…
Solo habrán de protegerlas
de injusticias, como a todos;
abortar, lo eligen ellas.
*¿Cómo pueden explicarme
una ley que, dicen justa,
castiga más un aborto
que a quien hayan violado?
—Sé que esta estrofa no rima,
menos rima… Violadas.
*Se ha abortado, con tragedias,
y, quien pudo costearlo,
lo hicieron en otra estado
¿No lo juzgan más injusto?
*Diputados, diputadas,
a favor o a los rivales,
son nuestras las decisiones,
siempre fuimos racionales
y a bordo de un tren sin dudas
con destino “Libertades”,
cada una que decida…
¡Ya no somos manejables!
Ángeles Sánchez Gandarillas ©
31-I-2014
Deja un comentario