“Me siento más cercano a la literatura latinoamericana que a la
española”
Por: Pablo Jaimes
El creador del libro “Metamorfosis y otros relatos” nos revela algunas claves de su
obra, pero también plantea cuestionamientos sobre la realidad social y la literatura
española. Acevedo opta por una narrativa basada en la creatividad, para él buena
parte de la literatura actual no termina de salir de un pasado y de un realismo
alejado de las muchas posibilidades que ofrece la imaginación. Algunos críticos
comienzan a ver en Acevedo uno de los escritores más rompedores del panorama
español. He aquí las respuestas de un creador que asume el juego literario de Boris
Vian y Georges Perec.
Pregunta: -¿Qué significa Boris Vian en la literatura de Jose Acevedo?
Respuesta-Boris Vian significa una concepción diferente de crear. Evidentemente
me quedo con su universo artístico como escritor, como músico, como forma de
concebir la vida, más allá de los modelos imperantes de la época que nos toca vivir,
más allá de las construcciones formales, más allá de los tabúes y de los
convencionalismos sociales. Boris Vian, por encima de todo, es libertad de
creación, de imaginar universos partiendo de la realidad, de hacer una metáfora de
la vida bajo un prisma diferente, desde el punto de vista semántico y formal.
Romper con la normalidad no es un pecado, no es una irreverencia, es más bien
cuestionar una realidad creada de la misma forma por otras personas que piensan
de forma diferente, siempre respetando la libertad de los demás. Las diferentes
conceptualizaciones de un momento determinado enriquecen la creación, le dan
color al sentido de la creación artística, ponen la imaginación al servicio del ser
humano, no como forma de metamorfosear una realidad ocultándola, sino
visualizar la misma realidad a través de un lenguaje propio.
P: -La literatura española tiene poco de juego, pero usted parece tomarse muy
en serio el buen humor y la inventiva. ¿De dónde le surge esta búsqueda?
R: -Es cierto que la literatura española es un poco insípida. Hay dos cosas que
afectan en mi forma de construir mis universos literarios. Por un lado, mi forma de
construir la ficción, por otro, todas esas influencias que tenemos los escritores en
cuanto que también somos lectores de historias. En cuanto a lo primero, todos mis
personajes tienen una existencia real. Intento meter en mi ficción realidad, con lo
cual, simplemente forzando un poco la realidad, es fácil construir y vivir a la vez
historias que pueden ser diferentes. Si vives una realidad y ficcionas sobre ella, es
más fácil construirla, creerla, hacerla real y posible. ¿El humor? Debe ser un
elemento de nuestras vidas, incluidas de las personas que no tienen motivos en sus
vidas para reírse de nada. Por otro lado, después de muchos años leyendo toda esa
literatura del siglo XX francesa de la que he hablado antes, es normal que algo
permanezca en nosotros, aunque sea simplemente como un concepto de vida, un
estilo que debe inundar no solo nuestra creación sino la propia existencia. Mejor
reír en el presente, mejor tener un poco de imaginación, que seguir
lamentándonos constantemente de nuestro pasado, de las cosas que nos
sucedieron a nosotros, a nuestros padres, a nuestros abuelos, o a este triste país
que no sé qué sigue reivindicando todos los días.
P: -Su libro “Metamorfosis y otros relatos“ tiene muchas lecturas. ¿Cuál es la
suya?
R:-Metamorfosis es un conjunto de relatos donde la principal protagonista es la
mujer. Pero no lo es por casualidad. Vivimos en una realidad marcada por una
pérdida de valores: no somos solidarios, somos egoístas por naturaleza, vivimos
permanentemente en la rutina, no tenemos más sueños ni más aspiraciones que la
supervivencia, sin importarnos lo que ocurre a nuestro alrededor. Ni siquiera la
vida vale nada cuando se trata de defender nuestro “yoísmo”. La misma clase
política utiliza las aspiraciones de las personas para conquistar el poder, para
despreocuparse después por sus necesidades. Esa pérdida de valores ha sido
creada por una sociedad donde el hombre prevalece en todos los ámbitos, incluido
el político. Es una realidad machista, no solo por sus valores imperantes, sino
porque ha sido él, el que la ha construido y manejado a su antojo. Partiendo de ese
presente, era el momento de dibujar otra distinta, en la que la mujer sale por
naturaleza del propio hombre, asqueada de soportar su ninguneo, su utilización, su
maltrato, para construir otra donde los valores humanos se impongan a lo que ellas
mismas han sufrido y vivido en sus propias carnes. De ahí la Metamorfosis, una
transformación social pensando en las esperanza de las personas que sufren, una
realidad en la que es posible otra vida diferente, más justa, más libre, más
solidaria, más igualitaria.
P: -¿Es la mujer la fuente de transformación en sus historias?
R: -Teniendo en cuenta lo que acabo de deciros, parece que el hombre no puede
serlo, ha tenido su oportunidad y ha creado el mundo tal cuál es. No creo que
nadie se pueda sentir satisfecho con la realidad que le rodea. El que lo esté, o es
ciego, o es un equivocado de la vida, o simplemente no merece la consideración de
persona. La mujer solo debe ser ella, desvestida de esos males que aquejan a las
sociedades contemporáneas, incorruptible por el afán de poder y de riqueza.
Pensar en una madre, ¿qué piensa una mujer cuando ejerce de madre? ¿ser rica?
¿mandar más en casa que el padre? No, simplemente, que sus hijos salgan
adelante, que tengan un futuro, vivir en paz, ser felices. Esta idea que parece tan
naíf, cambiaría las malformaciones que han conducido a nuestras sociedades a ser
lo que son.
P: -Tengo entendido de que su obra saldrá pronto en varios países de América Latina,
esto a partir de cierta aproximación en su estilo a la literatura de la región y a sus
lectores. Se dice que Enrique Vila-Matas es el más europeo de los escritores españoles,
¿es Jose Acevedo el más latinoamericano?
R: -Si por latinoamericano pensamos en centrarnos en lo que nos rodea,
posiblemente sí. Nuestra literatura está tan marcada por el pasado, por las vidas de
épocas pasadas, que adolece por completo de un valor que debe tener cualquier
actividad creativa, como es ser motor de un cambio, transformación de algo. La
literatura latinoamericana se ha caracterizado habitualmente por los problemas de
sus pueblos y sus personas, los problemas que les preocupan. Si eso es ser
latinoamericano, posiblemente tenga ese espíritu que la literatura española no
tiene. Lo cual me preocupa en gran medida. Debemos abrir los ojos a aquellos
seres con los que compartimos un espacio, debemos tumbar esas puertas que
separan la intimidad de las personas que son la vergüenza de nuestra condición de
personas, gritar en voz alta que esa realidad no existe, y no poner nuestras
palabras al servicio del poder, volverla al pasado o contar historias que nos
narcoticen contra los golpes del presente. Podemos construir buenas historias así,
pero sin duda estamos traicionándonos como personas. No sé si a alguien le
interesa las penalidades de sus vecinos, pero yo prefiero ser así.
P: -¿Quién es Carlos?
R: -Carlos es un alter ego de Jose Acevedo, el observador de mi realidad. Un
personaje colocado en mis historias para contarme, a su forma, los universos que
interiorizo como escritor. Pero tal vez Carlos sea Jose Acevedo, o Jose Acevedo sea Carlos. No sé representa a quien, solo sé que los dos son protagonistas de las
mismas historias porque, como he comentado antes, Jose Acevedo vive su realidad
a través de su propia ficción, su ficción a través de su propia realidad, ambas
confluyen en Carlos y en Jose Acevedo, tal vez sea por eso que la literatura de Jose Acevedo pueda resultar diferente.
P: -¿Cuántas metamorfosis ocurren en usted? ¿Está consciente de todas?
R: -Cuando haces muchas cosas en la vida puede que te metamorfosees para
cambiar de un rol a otro. Pero es cierto que el Jose Acevedo escritor es el mismo
que ejerce de trabajador social para la Administración, el mismo que da clases a un
grupo numerosos de alumnos. El que es de un forma debe ser siempre de esa
forma, esos travestismos forzados solo conducen a desintegrarte como persona, a
aniquilarte en tus pensamientos y comportamientos. Debemos ser como somos,
aunque les pese a los demás. Me da lo mismo lo que piensen los demás al
respecto. Si mi vida es una metamorfosis, mejor que siga siendo así, todos los días,
cuando cambie dejaré de ser yo, seré otra persona. Incluso el Carlos
metamorfoseado en Lucía sigue siendo la misma persona, porque todo es
circunstancial y material, lo que permanece es la esencia de cada uno, lo que nos
hace seguir siendo nosotros mismos, más allá de lo que piensen los demás.
P: -¿Falta más feminismo en la vida de los hombres?
R:-Si entendemos por feminismo lo que realmente significa, por supuesto. Falta
que el hombre asimile cuál es el verdadero concepto de la igualdad. No es
quitarme yo para ponerte tú, no es cambiar mujeres por hombres, sino crear un
espacio, que es común, donde ambos géneros comparten en igualdad de
condiciones. El hombre no es feminista porque, desde su concepto machista, se
estaría convirtiendo en homosexual, esta es la desgracia de la sociedad actual,
hacer algo nos etiqueta, pero me da lo mismo que me etiqueten como quieran. Si
defender la igualdad de mujeres y hombres, la igualdad real en todos los ámbitos,
sin cupos, ni porcentajes, ni tonterías, es dar un paso hacia la homosexualidad,
posiblemente todos tengamos que dar un día ese paso. Pero es cuestión de
etiquetas, y las etiquetas nos alejan cada día más del verdadero sentido que tiene
el concepto de vivir en sociedad.
Pablo Jaimes
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