Los heridos en la batalla,
en lúgubres hospitales de dolor;
los tristes corredores,
los fríos suelos de piedra.
¡Mirad! En aquella casa de aflicción
Veo una dama con una lámpara.
Pasa a través de las vacilantes tinieblas
y se desliza de sala en sala.
Y lentamente, como en un sueño de felicidad,
el mudo paciente se vuelve a besar
su sombra, cuando se proyecta
en las oscuras paredes.
Nació en Florencia, de donde recibió su nombre, el día 12 Mayo de 1820. Hija de familia pudiente, su padre Willian Edward Nightingale, y su madre Frances (Fanny) Smith, cuyo padre y abuelo de Florence fue abolicionista y unitarista, William Smith.
Desde su primera infancia, Florence destacó en Matemáticas, a lo largo de su vida aplicó sus conocimientos de estadística a la epidemiología y a sus investigaciones sanitarias. Creyente religiosa, pensó que escuchaba la voz de Dios que la llamaba hacia las labores sanitarias, enfrentándose con ello a la sociedad de su tiempo y a su propia familia, sobre manera, su madre y hermana, que la querían desempeñando “labores de su sexo” influyéndole hacia el matrimonio y la crianza de hijos. El carácter resolutivo y la fe inquebrantable de Nightingale, la hicieron fuerte en su decisión de seguir adelante con el empeño de ser sanitaria desoyendo dos propuestas matrimoniales que le fueron realizadas, las de Richard Monckton Milnes, político de la época, que la apoyaba en su cometido y Benjamín Yowet. Rechazó en todo momento el matrimonio porque pensaba que la desviaba de su vocación.
Viajera impenitente, se desplaza por Grecia, Egipto, donde escribe las impresiones que estos viajes la producen. En Roma, en 1847, conoce a Sidney Herbert, político inglés que estaba de viaje de novios, y que años después la apoya en su tarea, cuando es nombrado Secretario de Guerra. En 1850 visitó una comunidad religiosa luterana en Alemania, la Kaiserwerth, observando como el Pastor Theodor Fliedner asistía a los enfermos, dejándola impresionada y con el ansia de crear una forma similar de hacerlo. Escribió sobre las vivencias que esta experiencia la produjo esta visita. Poco después consigue ser formada en tratamientos médicos durante cuatro meses, dando forma a los inicios de la profesión de Enfermería.
En 1853 asume el cargo de Superintendente en el Instituto para Cuidados de Señoras Enfermas, en el Upper Harley Street de Londres. Vencida ya la oposición de la familia a su profesión, vive de forma holgada con las 500 libras anuales que le proporciona su padre.
Es en la guerra de Crimea cuando tuvo ocasión de demostrar sus conocimientos. Embarcó junto a 38 enfermeras el 21 de Octubre de 1854. El equipo de personal que aportaba, era precario en formación, pero no en ímpetu y resolución. Se dirigen a Selinje, cerca de Estambul, en el corazón del Imperio Otomano. Al llegar, la situación dantesca de los soldados las asombra. No había higiene, ni medios, ni alimentos con la indiferencia de la oficialidad ante estos hechos. En Sutari, 4077 soldados murieron. Las muertes se producen en una proporción de diez veces más por tifus, fiebres tifoideas, disenterías, cólera, que por las heridas de guerra. Nightindale, aplica los métodos aprendidos y consigue reducir las muertes por esas enfermedades endémicas. Mejora los conductos de ventilación de hospitales y la alimentación. Hay polémica sobre si tomó cuenta de las infecciones producidas por contagio, por la falta de higiene, aunque todo apunta a que sí se percató del problema aportando soluciones al mismo, para lo que abogó, en tiempo de paz, tomar medidas y resolver los problemas derivados de la falta de higiene, reduciendo, con ello, las muertes de forma notoria.
Influido por Nightindale, el gobierno británico envió una comisión sanitaria que realizó los cambios precisos para evitar las muertes. En una ocasión le quisieron hacer un homenaje, que resultó tan masivo que sirvió de base económica para ensamblar un programa de estudios que conformaron poco después la Escuela de Enfermería Nigthidale.
Gozaba de merecida fama, después de los logros obtenidos en la guerra de Crimea. Le fue otorgada la Real Cruz Roja y en 1907 fue la primera mujer en recibir la Orden del Mérito del Reino Unido.
En 1893 se instauró el juramento Nigthindale en el que la enfermera se compromete a una serie de cuidados y protocolos inspirados en ella. Desde entonces, el cumpleaños de Higthindale, se conmemora como el Día de la Enfermera.
Creó la Escuela de Enfermería en el hospital Saint Thomas de Londres, que hoy forma parte de Kings College, también de Londres.
Florence Nightindale, ha sido la primera formadora del mundo de una enfermería laica y profesional, haciendo de su vocación un plan de servicio completo a la comunidad. Inspiró a Henri Dumant, fundador de la Cruz Roja, en cómo afrontar los cuidados de enfermos extremos y en conflictos bélicos.
Al final de su vida, enfermó de una grave depresión, que la mantuvo postrada, pero no por ello abandonó el trabajo, ya que desde el lecho, mantenía el contacto con sus escuelas, seguía proyectando centros y mejorando sus cuidados. Murió en Londres el 13 de Agosto de 1910, dejando tras de si una ingente labor y delimitada la formación de profesionales de enfermería en todo el mundo. Hoy, siguen utilizando sus textos, haciendo el juramento Nigthindale y respetando su obra.
María Toca
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