Si alguien te explica que no es para ti, hazle caso. De verdad no es para ti.
Si alguien te dice que te va a traer problemas, hazle caso. En serio, te traerá problemas.
Si alguien te expresa que no es capaz de amar ni de entregarse, hazle caso. Seguro que es así.
Si alguien te cuenta que jamás pudo ser fiel y ese es un valor importante para ti, hazle caso. Contigo tampoco lo será.
Si alguien te pide que te alejes, hazle caso. Vete lejos y no mires atrás.
Si alguien hace recurrentes comentarios machistas, no habla bien de las mujeres y lo justifica porque dice que está muy dañada, hazle caso. Tú serás la próxima de la que hablará mal.
Si alguien te dice que tiene unas sombras enormes y que no puede ni verlas, hazle caso. Busca luz y claridad en otros espacios.
Si alguien te comenta que en sus relaciones ha llevado el poder, que sus parejas lo idealizaban y encumbraban, hazle caso. Tratará de que la dinámica relacional sea desigual de nuevo.
Si alguien pone peros a las personas con las que interactúa de forma constante y nadie parece adecuarse a su expectativa de perfección, hazle caso y toma nota. La próxima no suficiente serás tú.
Si el contacto con alguien despierta en ti memorias pasadas muy dolorosas, automáticos y activación de defensas sin saber por qué, escucha a tu cuerpo.
Y hazle caso.
Al menos para detenerte un poco y colocarte atenta a sus mensajes.
Y al mismo tiempo y vez que nos atendemos, olvidemos el afán de omnipotencia y cambio ajeno a base de presionar o de nuestro amor omnímodo.
Si alguien te dice que es un gato y tu eres un ratón, ya puedes salir corriendo, buscar a tu manada.
Y poner tus carnes a buen recaudo.
María Sabroso.
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