Anda una inmersa en periodo vacacional, dedicada a menesteres familiares que dejan exhausta y sin tiempo de leer ni periódicos ni acercarme a redes hasta altas horas de la noche cuando mi púber está encerrado a golpe de wassap con sus amigos del alma y la pequeña duerme plácida después de horas de desvarío intenso a lo largo del día, cuando me llega una noticia esperada y no por eso menos celebrada. Les cuento:
Imaginen una ciudad bonita, pequeña, del norte, con una bella bahía. Sí, la mía. Santander. Bien. Gozábamos de un servicio municipal de autobuses normalito tirando a bueno. Sin queja aparente más que las rutinarias de algunos retrasos o dilaciones inesperadas. El señor alcalde de antes…Ya saben ustedes, uno con pelazo que fue ministro breve y contestado por las hordas murcianas, esas que no quieren sus casas mirando a un muro y la ciudad partida como un queso. Ese que se enfrentó (pobre incauto, él) a estibadores saliendo de la contienda sin pluma y cacareando. El mismo: De la Serna.
El muchacho es ingeniero. En mi tierra, hasta hace unos años solo existía esa carrera de altos vuelos para que los machitos postineros se lucieran y las mozas casaderas envidiaran a la elegida por el ingenierito. Ingeniero en Santander es como ser Dios en parroquia evangélica. Y no exagero nada. Pues el fachendoso del pelazo, en un día brumoso y otoñal, imagino que aburrido de ver su apostura, ideó algo genial para remozar el transporte. Una especie de metro, pero con autobuses articulados y bamboleantes en una ciudad toda curvas, cuestas y calles pequeñas. En vez de respetar los trayectos anteriores (que eran bastante satisfactorios) el mozo, ideó una parafernalia de Intercambiadores, de forma que para llegar de Peñacastillo (barrio de las afueras, a no más de cinco kilómetros de distancia del centro) al Ayuntamiento usted tenía que bajarse dos o tres veces, hacer combinaciones inverosímiles y lo que antes costaba diez minutos se le convertían en cuarenta y cinco, con suerte. Y digo con suerte, porque como se le despistara el Metro Tus, a usted le compensaba tomar un avioncito en el Aeropuerto Seve Ballesteros, irse a Madrid, tomar otro de vuelta después de un coffé cup lait in Plaza Mayor.
El ingeniero hizo el proyecto ilusionado, tal que niño con espada láser y como le hicieron ministro le dejó la patatita a la sucedánea, doña Gema Igual. Doña Gema, es buena chica, no lo duden ustedes. A Doña Gema le encanta inaugurar, como a toda alcaldesa que se precie. Doña Gema no hay sarao que se pierda, compitiendo en ubicuidad con don Revilla. Y sí, Doña Gema no acabó Magisterio, pero qué más da, siendo del PP ya saben que las carreras son como de juguete y que ellos son lo que les dé la gana ser. Hasta ahí podíamos llegar. Pues la buena de Doña Gema Igual, contenta como un grillo en primavera instauró el servicio de Metro Tus en la ciudad de Santander y se montó el sindiós.
Lucha vecinal, unión y manifestaciones constantes como no se había visto en mi ciudad, de natural pacifica hasta la nausea, hasta ahora. Ella y sus corifeos acusaban al vecindario de paletillo e ignorantón por no saber descifrar los intrincados vericuetos de esa modernidad que ni es metro, ni es autobús, ni es más que un mamotreto denominado Metro Tus. Y ha dado marcha atrás después de mucho desprecio y grito. Marcha atrás, imaginamos las mentes perversas, motivada por el olfateo de campaña electoral un tanto a la rebatiña después de los últimos fiascos. Deshacen el invento ¡ Yupiiii!
https://www.eldiariomontanes.es/santander/oposicion-celebra-victoria-20180820142514-nt.html
A la alegría vecinal y de la oposición en la Casona se le pone una sola nube encima. El costo. ¿Saben ustedes el dispendio del caprichito de don Serna? Siete millones. Siete millones que han salido de nuestras costillas. Siete millones de un Ayuntamiento que cercena las ayudas sociales con mente cicatera, que desoye el clamor de, por ejemplo la Cocina Económica y otras ONGs. Ahí dejo la historia porque ahora mismo salgo a ladrar cual loba en celo por mi ventana (con cuidado de que no se me despierte la infanta que duerme plácida) preguntándome si estos fiascos sabidos y visibles no debieran ser asumidos por su pergeñador ¡Qué cosas se me ocurren! Serán las vacaciones…
María Toca
Buenas tardes Doña María o mejor Sra. Toca. Soy ingeniero, soy de Santander y quizás el título elegido para su artículo no ha sido muy agraciado. Doña María, no por ser María quiere decir que sea Virgen, y no por ser ingeniero se es Dios, se lo aseguro. Yo trabajo 12 horas al día para llevar el cocido a mi familia, no tengo la suerte de tener vacaciones como usted Señora Toca, ni tampoco tuve la suerte de ser elegido por ningún ingeniero en mis tiempos mozos, tuvimos ambos mala suerte por lo que veo. No soy capaz de analizar el tema sin datos, no me atrevo, pero le ruego, por favor, que a la hora de descalificar mida. Bastante hemos sufrido de esta maldita crisis para que encima nos vengan con esta verborrea partidista y descalificante. Los ingenieros, hemos sido y somos, personas en las que hay buenos, malos y regulares como supongo en su profesión. Investigue, trabaje y no generalice por favor. Me voy a trabajar. ¡Ah, y felices vacaciones Sra. Toca !
Miguel Tausía Alvarez
No me puedo creer Miguel Tausia que interprete mi artículo sarcástico como un ataque a los ingenieros. Y no me lo puedo creer (o me cuesta mucho) porque por su párrafo le percibo inteligente. Usted no es Iñigo de la Serna, usted no ha diseñado el fiasco del Metro Tus (o sí, no lo sé, la verdad) usted no ha dilapidado 7 millones de euros de los santanderinos en una imbecilidad. No, querido, yo hago sarcasmo con los ingenieros como lo hago con mil cosas, empezando por mí misma, porque si lee con calma, comprobará que me río de mí, y de muchas cosas. Mire, la realidad es que en mis tiempos, tal como cuento en el artículo, la ingeniería era profesión de estatus y hacíamos bromas sobre el tema. Tengo grandes amigos que comparten su profesión que son los primeros en reír de nuestras bromas. No, amigo, Miguel, mi diatriba no va contra ustedes, va contra esos canallas que no saben hacer la o con un canuto y nos dilapidan nuestros impuestos. Y lo sabe. Si se mosquea y se siente implicado por mis comentarios, o le falta sentido del humor, o yo no me he explicado bien (que puede ser) pero créame, en ningún momento falto o desprecio una profesión como cualquier otra, con personas perfeccionistas o con mindundis, que ustedes deberían ser los primeros en señalar. No dispare contra la mensajera, querido Miguel, dispare contra quien dilapida 7 millones, se equivoca y no repara el error. Él sí insulta a los ingenieros. Un saludo cordial, y agradezco su lectura y su colaboración con @LaPajareraMgzn.
P.D- soy autonoma, hace seis años que no me tomo vacaciones, esta semana está dedicada a estar con mis pequeños que apenas veo…Mis vacaciones y mis plusvalías las empleo en esta publicación, mire usted que privilegiada soy. Sobra mi explicación porque a nadie debo dar cuentas, pero ya que usted compara su situación con la mía, se lo cuento. Reitero mis saludos.
Gracias por su respuesta Maria, simplemente le apuntó que está juzgando a un profesional político que ha sido elegido como Alcalde, que da la casualidad que es ingeniero. Todas las decisiones han sido y están siendo políticas. Los ingenieros informamos y los políticos deciden. Otra cosa es que discutamos o dialoguemos sobre el informe técnico, que le admito que no conozco, y también le digo que hecho mucho de menos a algún compañero que ha cobrado por ello defender con razones técnicas todas y cada uno de los consejos sobre los que haya informado. Un saludo y buenas tardes
Estoy haciendo un artículo sarcástico sobre unos personajes que pago…y sus errores me implican. Puedo ponerme sesuda e intensa, pero entiendo que el sarcasmo y la sonrisa son mejores armas de crítica. Solo eso. Si lee mi artículo de hoy verá como me autonombro…Un saludo y gracias por su colaboración
Y lo de los consejitos de:investigue, trabaje Sra. Toca…es muy de ingeniero. De ingeniero un tanto paternalista y patriarcal, querido.
Ni quito ni pongo una coma al escrito de María Toca. Es un presumido «elitista»…ideó esta chapuza..se largó a Madrid, dejando a estos pobrecillos, entre un sí y un no…entre un quiero agradar a quien me puso aquí y no puedo….El presupuesto del TUS, es idèntico al de las obras de sustitución de la Glorieta del Embarcadero, por una prolongación del actual paso inferior..
Muy de acuerdo con su percepción querido Modestin. Y me agradecimiento por sus palabras. Saludos y feliz lectura